A los humanos nos encanta el agua, pero no estamos hechos para vivir dentro de ella. Comparados con otros mamíferos, el tiempo que podemos pasar inmersos (sin ayuda de algún dispositivo) es bastante reducido, aunque la tecnología se ha encargado de resolver este problema.
Pero en esta oportunidad hablaremos de una especie de ballena que bate récords en lo que respecta a aguantar la respiración bajo el agua: la ballena picuda de Cuvier (Ziphius cavirostris).
Los científicos del Laboratorio Marino de Duke en Nicholas School of the Environment de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, dicen que la capacidad de esta especie de sumergirse a las profundidades del océano en realidad es mucho más desarrollada de lo que pensábamos.
En un artículo publicado en Journal of Experimental Biology, informan que un individuo de estos zifios de Cuvier pudo contener su respiración en la profundida durante más de tres horas, superando con creces el límite registrado previamente de apenas una hora.
Inmersiones no siempre son para buscar alimento
Los investigadores revisaron más de 3,680 inmersiones de 23 ballenas marcadas en aguas frente al cabo Hatteras de Carolina del Norte entre 2014 y 2018. Las clasificaron en dos categorías: inmersiones para búsqueda de alimento (pues las ballenas comen calamares y peces de aguas profundas) e inmersiones para otros fines diferentes.
Entonces notaron que, en las inmersiones para buscar comidas, las ballenas descendían alrededor de 5,760 pies (1,450 m) y se mantenían en las profundidades durante alrededor de 60 minutos en promedio.
En cambio, las inmersiones sin búsqueda de alimento eran más cortas y menos profundas. En este caso, las ballenas descendían aproximadamente de 980 pies a 1,600 pies (300 a 500 m), durante un promedio de 30 minutos.
Ahora bien, los investigadores están al tanto de que estas últimas no las hacen con intenciones de alimentarse, pero no saben con certeza qué hacen los animales en las profundidades del océano.
La autora principal del estudio, Nicola Quick, dice que es posible que las ballenas picudas hayan desarrollado la capacidad de permanecer durante más tiempo en aguas profundas como una estrategia para evitar depredadores. Aguas más profundas también implican más oscuridad, y depredadores como las orcas, que se guían por la vista, no tendrían tanta ventaja en estos contextos.
Más de 3 horas en las profundidades
Los mamíferos buceadores pueden permanecer sumergidos durante mucho tiempo incluso después de agotar sus reservas de oxígeno. Es entonces cuando cambian a la respiración anaeróbica, durante la cual empieza a acumularse el ácido láctico en los tejidos corporales, y como saben muchos que hacen ejercicio, contribuye a la fatiga de los músculos.
Según estudios, previos, los mamíferos buceadores de aguas profundas suelen finalizar sus inmersiones antes de tener que cambiar a la respiración anaeróbica. Pero la historia cambia un poco con los zifios de Cuvier, que pueden contener la respiración durante unos 78 minutos antes de recurrir a esta modalidad.
Pero lo que más llamó la atención de los investigadores es que incluso este promedio puede ser superado por algunos individuos. En 2014, un equipo de investigadores informó una inmersión de dos horas y 17,5 minutos para una ballena picuda de Cuvier.
Sin embargo, en 2017 este récord fue superado por una ballena que hizo un par de inmersiones extremas que impresionó a los investigadores. La primera inmersión duró dos horas y 53 minutos, pero la siguiente fue de tres horas y 42 minutos.
Recuperación rápida tras una larga inmersión

Pero lo impresionante no se limita únicamente a la capacidad de contener la respiración de manera prolongada en la profundida del océano, sino en su capacidad para recuperarse rápidamente de ello.
Los investigadores informan que uno de los individuos observados descansó solo 20 minutos después de una inmersión de dos horas. Así que todo indica que lo que parecía extremo entre los mamíferos en cuanto a respiración realmente se queda corto para estas ballenas.
«Va en contra de lo que creemos que los mamíferos deberían poder hacer», dijo Quick refiriéndose a la proeza. Pero «tal vez lo que pensamos que es extremo para estos tipos, según lo que sabemos hasta ahora, simplemente no es extremo para ellos», y puede que no se equivoque.
Referencia:
Extreme diving in mammals: first estimates of behavioural aerobic dive limits in Cuvier’s beaked whales. https://jeb.biologists.org/content/223/18/jeb222109