Con las promociones de vida saludable que circulan a través de las redes sociales, sobre todo en estos meses de pandemia, puede que más de uno se haya puesto a hacer ejercicio diario. Algunos ya estarán notando los músculos, mientras que otros abandonaron al día o la semana siguiente.
El hecho es que, aunque los expertos lo recomienden a toda costa, el ejercicio no se le da a todo el mundo, incluso a pesar de que dicen que este puede ayudar a mejorar el estado de ánimo. «¿En serio?», dirán muchos, y sí, puede que la idea no sea tan descabellada, y es por ello que en este artículo nos enfocaremos en comprender cómo es que algo tan doloroso puede hacernos sentir bien.
Endorfinas, las hormonas del placer
Las endorfinas son hormonas secretadas por una pequeña glándula con forma de frijol que reside al lado del cerebro conocida como pituitaria. La Universidad de Harvard se refiere a ellos como «los analgésicos naturales del cuerpo», mientras que Mayo Clinic los llama «elevadores del estado de ánimo». Dicho esto, ya podemos imaginarnos cuál es su función: hacernos sentir bien.
Producimos endorfinas en diferentes situaciones, como cuando experimentamos excitación, enamoramiento y orgasmos, aunque también en aquellos casos menos agradables como cuando consumimos picante o experimentamos dolor.
Estas hormonas se unen a los receptores opioides, bloqueando así a los neurotransmisores para modular nuestra respuesta al dolor (que algunas veces es exagerada). Pero su producción también desencadena la producción de otra hormona popular, la dopamina, que es responsable del placer.
Endorfinas como respuesta al estrés

Lo curioso es que la explicación que relaciona estas hormonas con el ejercicio se encuentra en nuestro lento proceso evolutivo. El psicólogo deportivo Dr. J. Kip Matthew explica que nuestros cuerpos han evolucionado para producir endorfinas con tan solo hacer un poco de actividad física.
Producimos endorfinas como respuesta al estrés, y el ejercicio genera un estrés que, aunque fisiológivo, es lo suficientemente significativo como para desencadenar su producción para mitigarlo. De esta forma, bloqueamos el dolor, y podemos seguir adelante. ¿Recuerdas nuestro artículo sobre por qué el estrés puede ser positivo? ¡Se trata de algo similar!
Esto es precisamente lo que pasa con los atletas. En pleno ejercicio intenso, su cuerpo produce dopamina, lo que genera una sensación de euforia para continuar a pesar del dolor, una experiencia conocida como «subidón del corrector». ¿Ahora entiendes por qué te sientes mejor después de hacer tus sentadillas en el descanso?
Referencia:
How Do Exercise Endorphins Work, Exactly? https://www.dollarshaveclub.com/content/story/how-do-exercise-endorphins-work-exactly