Una nueva investigación recientemente publicada en la revista científica Nature Ecology & Evolution ha revelado los datos de una nueva investigación que vincula las expansiones de los canales de Panamá y Suez (Egipto) con una invasión sostenida de peces no nativos a nuevos ecosistemas.

En el caso del canal de Panamá, cuya expansión culminó en el 2016, las especies de peces de agua dulce han comenzado a habitar en los espacios de agua salada aledaños al sistema de reclusas. Por su parte, en Suez, los peces han sido capaces de hacer largos viajes y mudarse del Mar Rojo al Mediterráneo.

Los autores Gustavo A. Castellanos-Galindo, becario postdoctoral; D. Ross Robertson, ictiólogo del STRI, y Mark E. Torchin, ecólogo marino, no solo han denunciado esta situación con su estudio. Los tres forman parte del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) de Panamá –que colaboró con el Centro Leibnitz de Investigación Marina Tropical (ZMT) en Alemania– y han comentado sobre el desequilibrio ecológico que esta situación podría traer en el futuro.

El predominio de peces ha cambiado en el canal de Panamá

Para el caso del canal de Panamá, Torchin ha comentado que:“Estamos viendo un cambio de peces predominantemente de agua dulce a peces marinos en el Canal de Panamá (lago Gatún) en un corto período de tiempo”.

Esta es una declaración sustentada en las 11 nuevas especies que aparecieron en el lago Gatún luego de las expansiones. Con este aumento, ya van 29 especies marinas no nativas que han comenzado a vivir en sus aguas.

Debido a esto, criaturas como jureles, róbalos y mojarras se han convertido en especies predominantes en los lagos aledaños –llegando incluso a desplazar por completo a sus contrapartes de agua dulce nativas–. Si la situación sigue así, los peces podrían incluso cruzar por completo el canal.

Como una explicación a esta situación, se considera el aumento de salinidad del lago desde que el nuevo sistema de reclusas permite que un poco del agua bombeada retorne a los lagos luego de ser utilizada. Sin embargo, no se tienen suficientes datos sobre esto como para poder hacer una afirmación definitiva.

Consecuencias ecológicas: desconocidas

Torchin ha recalcado la preocupación que comienza a inundar a los investigadores y ecologistas al comentar:

“La preocupación es que si continúan las invasiones de peces, hay una buena posibilidad de que algunos de esos peces se muevan hacia el otro océano, con consecuencias ambientales desconocidas”.

Castellanos-Galindo secundó esta declaración y se encargó de resaltar que la situación actual con los peces es apenas una “alerta temprana” de lo que podría ocurrir si no se comienza a regular esta situación a consciencia.

“A lo largo de ambas costas de Panamá hay cientos de especies de peces que podrían tolerar las condiciones de un canal incluso ligeramente salobre. No sabemos cuáles serían las consecuencias ecológicas y socioeconómicas de estos peces que cruzan el canal hacia el Pacífico o el Atlántico”, finalizó.

Mientras tanto, en el canal de Suez

Una situación similar a la del canal de Panamá también se está dando en el de Suez. Sin embargo, allí donde Panamá tuvo al lago Gatún como una barrera natural de agua dulce, Suez tuvo la presencia de los Lagos Amargos –con una salinidad más alta que la del Mediterráneo y el Mar Rojo–, que también actuaban como barreras naturales.

Ahora, parece que los peces han logrado adaptarse un poco más a este aumento en la salinidad y han comenzado a poblar áreas por las que antes no hubieran podido nadar. Para este momento, por lo menos 100 especies de peces del Mar Rojo se han abierto paso hasta el Mediterráneo.

Ahora, la expansión del canal ha vuelto a fomentar esta situación al diluir un poco más la salinidad de los Lagos Amargos. Como consecuencia, en estos últimos 5 años, 8 nuevas especies del Mar Rojo lograron llegar hasta el mediterráneo.

¿Qué podemos hacer ahora?

Se sabe que las actividades económicas que se desarrollan en los dos canales corresponden al menos al 10% del PIB (Producto Interno Bruto) de Panamá y Egipto. Por este motivo, es poco probable que se puedan tomar medidas radicales como el cierre de estas vías marítimas.

Hasta ahora, solo existen suposiciones sobre qué puede estar favoreciendo más la invasión de especies de agua salada en agua dulce o la de peces del Mar Rojo en el Mediterráneo. Por lo que, profesionales como Robertson han comentado que ahora es necesario un nuevo proceso de recopilación detallado de datos, como el que les permitió notar estos cambios iniciales.

“Necesitamos volver a recopilar más datos para averiguar exactamente qué está sucediendo y proporcionar la ciencia que ayudará a los responsables políticos a mitigar el impacto potencial. Este es un muy buen ejemplo de cómo la pandemia ha interrumpido el trabajo de campo con implicaciones importantes para la toma de decisiones ambientales”.

En paralelo, los autores de la investigación también sugieren que se incluya al agua de los canales en los proyectos de conservación ambiental, de forma que se pueda asegurar el mantenimiento del equilibrio de los ecosistemas a pesar de las actividades comerciales y el alto flujo de barcos que se mueve por la zona.

Para esto, consideran que herramientas de seguimiento como el uso de ADN en muestras de agua y de detectores de sonido podrían ayudar. Esto ya que con ellas se podría detectar a las especies no nativas antes de que estas puedan asentarse. De este modo, se las puede regresar a su hábitat y mantener la integridad de los sistemas de canales.

Referencia:

A new wave of marine fish invasions through the Panama and Suez canals: https://doi.org/10.1038/s41559-020-01301-2

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