Neil Armstrong
Neil Armstrong dentro del módulo lunar Eagle. 20 de julio de 1969 / Crédito: NASA/Newsmakers.

El 20 de julio de 1969 la humanidad hizo historia cuando una persona pisó la Luna por primera vez. Es por este evento que aún son recordamos los nombres de Neil Armstrong, Edwin ‘Buzz’ Aldrin Jr. y Michael Collins, tripulantes de la renombrada misión Apolo 11.

A pesar de que los tres estuvieron en la misión, sin lugar a dudas quien es más reconocido y recordado es Neil Armstrong, el primer hombre en dejar su huella en nuestro satélite natural. Por si fuera poco, con el alunizaje, también se convirtió en la primera persona en aterrizar exitosamente una nave en la Luna.

Su trabajo logró que las proyecciones hechas ocho años antes por presidente John F. Kennedy se hicieran realidad, llevando a Estados Unidos a conquistar la Luna antes del fin de la década. Su fallecimiento el 25 de agosto de 2012 dejó al mundo lamentando la partida de un hombre que marcó no solo la Luna, sino nuestra historia. Para esta fecha, Armstrong tendría cumplidos 90 años.

Primeros años de Armstrong – Nace su amor por volar

Fruto del matrimonio entre Viola Louise Engel y Stephen Koenig Armstrong, Neil Alden Armstrong fue el mayor de tres hermanos. Nació el 5 de agosto de 1930 en Wapakoneta, Ohio, EE.UU.

A los 6 años tuvo su primer encuentro con la pasión que guiaría el resto de su vida: la aeronáutica. Su primer viaje en avión encendió en Neil una chispa de curiosidad y determinación que lo acompañó hasta el último de sus días.

Al haber encontrado su pasión, Neil no perdió tiempo para perseguirla. Mientras cursaba sus estudios en el liceo y participaba en los Boy Scouts of America –dentro de los cuales obtuvo el máximo rango posible: Eagle Scout–, Neil también tomó lecciones de pilotaje en el aeródromo de su localidad. Gracias a esto y al apoyo de su familia, a los 16 años consiguió un certificado de vuelo de estudiante que le permitió hacer su primer vuelo en solitario. Su viaje estaba apenas comenzando.

Armstrong inicia sus estudios de aeronáutica

Al año siguiente, en 1947, Neil Armstrong iniciaría sus estudios de ingeniería aeronáutica en la Universidad Purdue de West Lafayette en Indiana. En paralelo, se enlistó como cadete aéreo naval. Pasaron solo dos años cuando Armstrong fue reclutado por la base aérea de la armada estadounidense ubicada en Pesacola. Sería a partir de este momento que Armstrong comenzaría formalmente su formación como piloto. Para entonces, ni siquiera la idea de la NASA se encontraba en el aire y mucho menos la de viajes a la Luna –una hazaña que pertenecía solo a historias como las de Verne o las de Méliès –.

Armstrong en la Guerra de Corea

A pesar de que su servicio en la marina y sus estudios iniciaron en 1949, estos tuvieron que posponerse entre 1950 y 1952. Esto ya que Armstrong debió servir durate la Guerra de Corea.

En total, asistió en 78 misiones de combate. En una de ellas sería cuando Armstrong demostraría por primera vez sus habilidades en momentos de alto estrés y presión. Durante una misión, quedó en medio de un bombardeo a baja altitud y chocó con un cable antiaéreo. Allí uno de los alerones de la nave se despegó por completo.

Debido a esa situación, Armstrong tuvo que eyectarse de emergencia del avión para poder salvar su vida. Esta fue la única vez en la que fue derribado durante su tiempo de servicio. Luego de la guerra, se le condecoró con tres medallas de aire.

Comienza a formarse la leyenda – Neil Armstrong en la NACA

Neil Armstrong, 1969 / Crédito: AP.

Una vez terminó su servicio durante la Guerra de Corea, Armstrong volvió a los estudios y obtuvo su licenciatura en ingeniería aeronáutica en 1955. Ese mismo año se convirtió en un piloto de investigación civil para el Comité Asesor Nacional de Aeronáutica (NACA) –el que ahora conocemos como NASA– en Cleveland.

Durante el tiempo que estuvo en el Comité, Armstrong probó un vasto número de aviones pioneros entre los que estuvieron jets, cohetes, helicópteros, planeadores e incluso novedosos cazas supersónicos. Acumuló más de 1.100 horas en el aire.

Un vuelo particularmente resaltante fue el de 1957, cuando pilotó por primera vez un avión cohete. Este era conocido como X-15 y lograba alcanzar velocidades de 4 mil millas por hora. Durante este tiempo, también sorteó con su habilidad como piloto variados incidentes con fallos de máquinas y demás, logrando siempre regresar sano y salvo.

Nacimiento de la NASA – La ascendente carrera de Armstrong

Neil Armstrong / Crédito: NASA.

En 1958, nace finalmente la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) y Armstrong pasa a trabajar con esta. Allí continuó con sus labores como piloto investigador civil, pero poco a poco se fue acercando más al naciente mundo de la exploración espacial.

Con la NASA, Armstrong aumentó sus horas de vuelo a 2.450 y llegó a probar más de 200 modelos de aviones. Para 1962, todo esto se convirtió en experiencia acumulada para lo que sería la próxima etapa de su carrera: su participación en el programa espacial.

Misión Gemini 8 – Primera visita al espacio

Armstrong entró como parte del segundo grupo de astronautas del naciente programa espacial. En primera instancia, se lo consideró como un piloto sustituto para la misión espacial Gemini 5, pero su servicio no fue requerido. Sin embargo, ya había recibido todo el entrenamiento de capacitación.

Neil Armstrong antes del lanzamiento de la misión Gemini 8. Florida, marzo, 1966 / Crédito: NASA.

Este detalle le fue de gran utilidad cuando finalmente lo nombraron piloto de la misión espacial Gemini 8. Armstrong salió de la Tierra junto con David R. Scott el 16 de marzo de 1966.

Su misión era llevar su nave hasta el cohete no tripulado, Agena, y acoplarse con él. Toda la primera fase se ejecutó a la perfección y el primer viaje al espacio de Armstrong también se transformó entonces en el primer acoplamiento espacial manual exitoso.

Sin embargo, el sabor a victoria duró poco, puesto que Agena presentó un problema técnico en uno de sus propulsores. Esto trajo como consecuencia que el cohete comenzara a girar incontrolablemente, arrastrando a la nave de los astronautas con él. Por esto, tuvieron que realizar un desacoplamiento de emergencia y regresar a la Tierra. Armstrong estuvo a cargo de ambas maniobras.

El par de astronautas terminó en el Océano Pacífico tras su amerizaje de emergencia, realizado unas 11 horas después del inicio de la misión. En aquella ocasión fueron rescatados por la marina estadounidense a bordo del U.S.S. Mason.

Misión Apolo 11 – Comienzan los preparativos

La tripulación del Apolo 11 de izquierda a derecha Neil Armstrong, Michael Collins y Edwin «Buzz» Aldrin Jr. / Crédito: NASA.

Luego de que la misión Gemini 8 llevada por Armstrong resultara un éxito, se lo designó rápidamente como piloto de reserva para el Gemini 11. Aunque, al final, Armstrong no partió al espacio sino que fue director de operaciones desde CAPCOM.

Dos años después, en diciembre de 1986, Neil Armstrong es seleccionado como comandante de la misión Apolo 11. La realizaría junto a Edward ‘Buzz’ Aldrin como piloto principal y Michael Collins, como piloto secundario. Con esta, buscaban que astronautas estadounidenses llegaran a la Luna por primera vez en la historia.

Neil Armstrong durante entrenamiento de simulación para la misión Apolo 11 / Crédito: NASA.

En esta oportunidad los accidentes también hicieron presencia. Durante una de las cruciales pruebas en las que ensayaban un alunizaje, la nave de Armstrong presentó problemas de funcionamiento técnico.

Como resultado, esta se estrelló irremediablemente contra el suelo. De nuevo, Armstrong debió pensar rápido y eyectarse para poder salir ileso de otra situación de vida o muerte.

Polémica previa a la misión Apolo 11

Durante algo tan delicado como los viajes al espacio, a pesar de que los astronautas deben estar preparados para reaccionar ante imprevistos, todo se maneja con un detallado plan inicial. Por este motivo, incluso era crucial conocer el orden en el que los dos astronautas bajarían a la Luna mientras Collins se quedaba a bordo de la nave.

Según la tradición de la NASA los pilotos deben ser los primeros en bajar. En este caso, como Armstrong era el comandante, Aldrin fungía como piloto. Por lo que, Aldrin debería haber sido seleccionado para ir primero –pero ya sabemos que esto no ocurrió así–.

Hasta ahora, no existe una justificación oficial de la NASA que explique esta excepción a sus propias reglas. Sin embargo, se especula que la situación nace del interés de la organización en que el primer hombre en pisar la Luna fuera un civil. Por otra parte, también se dice que se debió a un simple asunto de practicidad. Ya que por la posición de la escotilla era más factible que Armstrong saliera primero.

Curso fijado. Destino: la Luna – El icónico despegue

Dejando las polémicas de lado y los incidentes que ocurrieron durante el tiempo de preparación, la misión Apolo 11 siguió adelante. Es por eso que, el 16 de julio de 1969, Armstrong, Aldrin y Collins despegaron rumbo a la Luna a bordo del cohete Saturno V desde el Centro Espacial John F. Kennedy en Florida. Armstrong, de 38 años, llevaba consigo la Insignia Scout Mundial que había adquirido en su juventud, uno de sus primeros reconocimientos.

El despegue fue transmitido por televisión en todo Estados Unidos y millones de espectadores presenciaron el evento. Luego de ese primer momento, el viaje de los navegantes espaciales tomaría otras 102 horas, 45 minutos y 40 segundos para llegar a su destino.

La misión Apolo 11 llega a la Luna

El 20 de julio de 1969, 4 días después de su salida de la Tierra, el módulo de comando Columbia de la misión Apolo 11 llegaba a la Luna. Específicamente, a las 4:17 pm hora del este de Estados Unidos (EDT), el módulo lunar Eagle se separó del Columbia y comenzó su aterrizaje.

Inicialmente se había programado a la nave para que realizara el aterrizaje en un área particular de la Luna. No obstante, cuando Aldrin y Armstrong tuvieron visual de esta, notaron que no era el lugar más idóneo para aterrizar.

Fue en este momento en el que Armstrong tomó otra decisión que cambió el curso de lo que pudo ser una misión fallida por este error de cálculo. El comandante de la misión tomó los controles de la nave y la pilotó hasta una nueva zona, en la llanura cercana al borde suroeste del Mare Tranquillitatis, en donde sí fue posible aterrizar. Todo esto justo antes de que el combustible de la nave se agotara y no pudieran realizar más maniobras.

Así fue como Neil Armstrong se convirtió tanto en el primer hombre en aterrizar una nave sobre la Luna, como en el primero en poner un pie sobre ella.

Complicaciones por doquier

Antes de realizar la primera e icónica caminata lunar, Armstrong y Aldrin se encontraron con un último gran obstáculo dentro de su propia nave. La escotilla diseñada para que los astronautas salieran había sido reducida en variadas ocasiones –todo con la intención de hacer a la nave lo más ligera posible–.

Como resultado, Armstrong no fue capaz de pasar con las mochilas y equipos de emergencia que deberían ir adheridos al traje. Antes de decidir salir sin ellos, Neil y Buzz intentaron diferentes posiciones para que los equipos cupieran por la escotilla, pero fue imposible. Afortunadamente, a pesar de este imprevisto, el resto de incursión en la Luna y de su regreso a casa no tuvo más contratiempos.

El momento de la verdad – Pequeño pasos, grandes saltos

Neil Armstrong en la Luna. Julio, 1969 / Crédito: NASA.

Luego de traspasar este obstáculo, a las 10:56 pm EDT de ese mismo 20 de julio, Armstrong y Aldrin bajaron de la nave. Como se había determinado, el primero en bajar fue Armstrong. Allí recitaría una de las frases más recordadas hasta la actualidad al decir que su llegada a la Luna “es un pequeño paso para [el] hombre, un gran salto para la humanidad”.

Todo el evento fue televisado y transmitido en vivo a través de un inigualable uso de la tecnología de la época. Gracias a esto, 600 millones de personas pudieron presenciar todo el icónico acontecimiento.

Luego de este, Aldrin y Armstrong se mantuvieron en la Luna por otras 21 horas y 36 minutos recolectando muestras y realizando pruebas sobre suelo lunar. Durante este tiempo también realizaron la icónica postura de la bandera estadounidense.

A las 124 horas y 22 minutos del 21 de julio de 1969 los motores del Eagle se encendieron y este inició el ascenso. Finalmente, se reunieron con Collins e iniciaron el viaje de regreso a casa. Su misión había sido todo un éxito.

Nueva polémica: ¿fue ’el’ o ‘un’?

Otro detalle curioso que se debe mencionar sobre este icónico comento tiene que ver con la reconocida frase de Armstrong. Según el astronauta mantuvo toda su vida, su intención fue decir “un pequeño paso para un hombre” (él). Pero, al final la frase que terminó llegando al mundo fue “un pequeño paso para el hombre”.

Con este pequeño cambio en la determinación de los artículos la semántica de la frase tiene una modificación notoria. En general, la segunda declaración (la técnicamente errónea) tiene una mención mucho más universal del ‘hombre’ en contraposición con la ‘humanidad’. Pero, haya sido su nacimiento obra de la casualidad o no, esta se ha convertido en una pieza vital y totalmente representativa del peso e importancia de lo que sucedió ese 20 de julio.

En algunos casos se dice que por los nervios Armstrong cambió la declaración sin darse cuenta, en otros se dice que simplemente fue mal transmitida –tal como pasó con otra icónica frase dicha en la misión Apolo 13–.

Regresando a casa

Los astronautas lograron volver a la Tierra sanos y salvos el 24 de julio de 1969, luego de otras más de 100 horas de viaje. Amerizaron en el océano Pacífico, cerca de Hawaii, a las 12:51 pm EDT y fueron recogidos por el buque U.S.S. Hornet.

Inmediatamente después, Armstrong, Aldrin y Collins fueron puestos en cuarentena durante 18 días. Todo esto como un método preventivo por si traían consigo “virus lunares”. Durante esta cuarentena, Armstrong celebró su cumpleaños número 39.

Una vez finalizado el periodo de aislamiento, los astronautas fueron llevados por una gira internacional que terminó por hacerlos visitar 21 naciones distintas en 45 días. A esto se le ha conocido como “El gran salto”.

Ese mismo año Armstrong fue galardonado con la Medalla Presidencial de la Libertad. Asimismo, se le asignó el cargo de Administrador Asociado Adjunto de aeronáutica en la Oficina de Investigación y Tecnología Avanzada de sede de la NASA en Washington, D.C. Sus nuevas responsabilidades incluían dirigir y coordinar el desarrollo de investigaciones y nuevas tecnologías relacionadas con la aeronáutica.

Para este momento, Armstrong era la figura pública más notoria de la época y, desde antes de que sus pies volvieran a tocar la Tierra, ya se lo trataba como a un héroe nacional.

El gran cambio – Armstrong renuncia a la NASA

Tan solo un par de años después, en 1971, Armstrong decide renunciar y dedicarse a otras actividades académicas y profesionales. En general, el primer hombre en pisar la Luna siempre fue descrito por sus pares como una persona muy humilde y sencilla. Por lo que, su salida del cargo en la NASA fue su forma de alejarse de la intensa atención de los medios.

Su nuevo trabajo lo vio como profesor de ingeniería aeroespacial en el Departamento de Ingeniería Espacial de la Universidad de Cincinnati, Ohio desde 1971. En 1978, Armstrong recibió la Medalla de Honor Espacial del Congreso, el más grande galardón que puede dar la entidad. Armstrong se mantuvo en la universidad durante ocho años, hasta que renunció en 1979.

Armstrong se alejó de las cámaras, pero nunca de su campo

Para 1982, Armstrong se convierte en presidente de Computing Technologies for Aviation, Inc. De este modo, pudo continuar las investigaciones en su campo desde una posición menos mediática. En paraledo, desde 1977, fue director de AIL Systems (más tarde EDO Corporation), hasta el momento de su jubilación en 2002.

Durante este tiempo, Armstrong también formó parte de gran variedad de grupos y asociaciones. Para nombrar algunas podemos mencionar a la Society of Experimental Test Pilots, de la Royal Aeronautical Society; al Instituto Americano de Aeronáutica y Astronáutica, del que era miembro honorario; a la Federación Internacional de Astronáutica; a la Academia Nacional de Ingeniería y a la Academia del Reino de Marruecos.

Desde 1985 hasta 1986 también fue miembro de la Comisión Nacional del Espacio. Igualmente, durante la tragedia del Challenger –que tras la explosión se llevó las vidas de su tripulación y de la maestra Christa McAuliffe– Armstrong fue el Vicepresidente de la Comisión Presidencial sobre el Accidente del Transbordador Espacial Challenger. Con relación a este accidente, también prestó su apoyo en el panel de la Comisión Nacional del Espacio (NCOS) para analizar y detectar los fallos ocurridos.

En 1994, Armstrong se divorció de su esposa Janet, con quien había tenido tres hijos Eric (1957), Karen (1959-1962) y Mark (1963). Un año después, se casó con su segunda y definitiva pareja, Carol Held Knight.

El legado de Neil Armstrong

Durante su vida, Neil Armstrong recibió innumerables condecoraciones. Por ejemplo, en el 2009 el Congreso decidió reconocerlo de nuevo, esta vez con su Medalla de Oro. Asimismo, otros 17 países también galardonaron a Armstrong por su gran logro.

Entre algunos de los honores que recibió en vida, además de los ya mencionados, están también la Medalla Espacial de Oro de la Federación Aeronáutica Internacional, la Medalla por Servicio Distinguido de la NASA, el Premio AIAA Astronáutica, el Premio al Logro de Vuelo de la Sociedad Astronáutica Estadounidense y el Trofeo Harmon International Aviation, solo por mencionar algunos.

Además de estos reconocimientos, Armstrong también obtuvo variados doctorados honorarios de reconocidas instituciones. Asimismo, tanto un cráter lunar como un satélite han sido bautizados con su nombre. Y, por si fuera poco, también cuenta con la más reciente película biográfica First Man.

¡Adiós, Neil!

Armstrong falleció el 25 de agosto del 2012, a sus 82 años. Toda una gran polémica se desató alrededor de este evento y del hospital de Cinninati que presuntamente pudo haber cometido errores durante la cirugía (los que causaron finalmente la muerte de Armstrong).

En cualquier caso, ese 25 de agosto su luz se apagó para siempre, pero nunca ha dejado de ser recordada. El 31 de agosto su familia realizó un velorio privado para las personas cercanas a Armstrong. Unas semanas más tarde, el 13 de septiembre, se realizó una misa general en la Catedral Nacional de Washington que fue presidida en oraciones por su compañero de tripulación Michael Collins.

Durante el homenaje en la catedral, Eugene Cernan, el doceavo y último hombre que caminó en la Luna, en su tributo a Neil Armstrong dijo las siguientes palabras:

“El destino nos miró con amabilidad cuando eligió a Neil para ser el primero en aventurarse a otro mundo y tener la oportunidad de mirar hacia atrás desde el espacio a la belleza nuestra [Tierra].

Neil, donde quiera que estés. Allí, casi medio siglo después, has mostrado una vez más el camino hacia las estrellas”.

Al día siguiente, la Marina de Estados Unidos le rindió tributo durante su entierro en el océano a bordo del U.S.S. Philippine Sea. Ese día el entonces presidente Barak Obama ordenó colocar las banderas a media asta.

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