Ya sabemos que el coronavirus SARS-CoV-2 puede causar una amplia variedad de síntomas, y de hecho ya los expertos lo han clasificado en seis subtipos en función de ellos, como informamos previamente.

Una de las peculiaridades de esta enfermedad es que los pacientes pueden perder el sentido del olfato y del gusto. Un estudio previo permitió comprender mejor cómo ocurre la anosmia, pero los investigadores también están interesados en comprender cómo ocurre la disgeusia.

La meta no parece estar tan lejos, pues un nuevo estudio realizado por miembros del Regenerative Bioscience Center de la Universidad de Georgia ha encontrado nuevos detalles sobre este síntoma.

Los resultados sugieren que COVID-19 no daña directamente las células de las papilas gustativas y que la pérdida del sabor probablemente ocurre por eventos inducidos por la inflamación que caracteriza esta enfermedad. Los detalles se publicaron formalmente en la revista ACS Pharmacology & Translational Science.

Receptores ACE2 en ratones modificados genéticamente

Los investigadores partieron del popular receptor ACE2, que como hemos explicado en oportunidades previas, es la proteína objetivo del coronavirus para infectar a las células humanas.

Interesados por determinar si las células de las papilas gustativas expresan los receptores ACE2 como ocurre cuando emerge por primera vez en el tejido oral durante el desarrollo fetal, usaron un modelo de ratón para sus experimentos.

A diferencia de otros animales, como los macacos, los ratones no se pueden infectar con el coronavirus ya que estos no producen los receptores ACE2 humanos, y los que se modifican genéticamente para que lo hagan, lo producen en bajas cantidades.

La semana pasada un equipo de científicos informó que había dado con un método que les permitía contagiar a este modelo en particular con el coronavirus, lo que podría facilitar otros estudios sobre esta enfermedad.

Para este estudio, los investigadores usaron un modelo genéticamente modificado para examinar la expresión del receptor ACE2. Determinar dónde se expresa en ratones podría ayudar a entender lo que ocurre en las personas, pues los ratones y los humanos comparten patrones de expresión similares de genes.

«Los ratones tienen una copia celular diferente de ACE2, lo que los hace inmunes a la infección por SARS-CoV-2», dijo Liu. «Un primer paso lógico fue diseñar genéticamente un modelo para examinar la expresión del receptor ACE2 en ratones de tipo salvaje, para proporcionar información sobre lo que sucede en las personas».

Papilas gustativas carecen de receptores ACE2

Al analizar las células orales de los ratones adultos, encontraron que los receptores ACE2 eran abundantes en las células que le dan a la lengua su característica rugosidad en la superficie.

Sin embargo, no lograron encontrarlos en la mayoría de las células de las papilas gustativas. En vista de ello, los investigadores concluyeron que la pérdida del gusto por la infección por COVID-19 probablemente no ocurra a través de la infección directa de estas células.

«Este estudio no es el primero en estudiar la expresión de ACE2 en la cavidad bucal», dijo Liu. «Pero es el primero en mostrar, específicamente en relación con el coronavirus y la supervivencia de las células de las papilas gustativas, que probablemente haya otros mecanismos de muerte celular en juego».

Y en efecto. Meses atrás, cuando aún no se sabía tanto sobre el coronavirus, los científicos y médicos solicitaron a la Organización Mundial de la Salud reconocer la pérdida del gusto y olfato como síntomas de enfermedad.

Investigaciones recientes ya confirman que entre el 20 y 25 por ciento de los pacientes experimentan la pérdida del gusto. Y aunque este parece volver tras la recuperación, llama la atención que muchos pacientes informan disgeusia en una fecha posterior.

Referencia:

SARS-CoV-2 Receptor ACE2 Is Enriched in a Subpopulation of Mouse Tongue Epithelial Cells in Nongustatory Papillae but Not in Taste Buds or Embryonic Oral Epithelium. https://pubs.acs.org/doi/10.1021/acsptsci.0c00062

Romina Monteverde

Venezolana, ingeniera química, redactora y autodidacta.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *