Las investigaciones para poder determinar la forma de contrarrestar con efectividad al nuevo coronavirus, SARS-CoV-2, no paran. En la actualidad, la comunidad científica y médica del mundo se encuentra en una apresurada carrera por encontrar medios con los que inhibir los efectos de la enfermedad o incluso suprimirla.
Sin embargo, los avances aún no nos han llevado a un tratamiento o medicamento concreto. Pero, esto no implica que no haya ahora varios caminos posibles. Entre ellos, uno de los más nuevos es el que recientemente ha dado a conocer el equipo del Centro de Investigación de Biociencia Computacional de la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdalá (KAUST, por sus siglas en inglés).
En este, señalan que la relación entre el SARS y el COVID-19, al ser ambos coronavirus, podría darnos más soluciones de las que creemos a la hora de combatir el SARS-CoV-2.
Parientes cercanos
“El SARS-CoV-2 parece haber evolucionado recientemente de otros Betacoronavirus relacionados, como los que causan el SARS y el síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS)”, declara el primer autor del estudio, Intikhab Alam.
Según el estudio genómico que se realizó de ambos virus, se pudieron ubicar las similitudes de los betacoronavirus de cada una. De hecho, esta relación también se extendió hasta otro pariente cercano, al que se le conoce como síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS). Como resultado, existe la posibilidad de que los medicamentos que se han utilizado para tratar el SARS también podrían terminar por ser efectivos contra el COVID-19.
SARS-CoV-1 y SARS-CoV-2
La primera nomenclatura corresponde al síndrome respiratorio agudo SARS, mientras que la segunda, como sabemos, es la que se le ha dado al virus del COVID-19. Estos nombres no se han colocado al azar, ya que el nuevo coronavirus es en realidad una evolución de los betacoronavirus de su antecesor.
Debido a esto, la cantidad de similitudes estructurales que tienen es más notoria de lo que se esperaría. Queda claro en la actualidad que el SARS-CoV-2 es mucho más peligroso, al igual que más contagioso que el SARS-CoV-1. No obstante, detalles en su estructura genómica siguen siendo los mismos. Por lo que, los métodos utilizados para erradicar uno podrían ser justamente lo que se necesita para hacer frente al otro.
Proteína envolvente E
En el estudio, que comparó los genomas de 24 coronavirus, los científicos se enfocaron en una proteína superficial que se encuentra en las espigas o picos de estos: la proteína envolvente E. Para garantizar la variedad, 4 de estas muestras pertenecían al SARS-CoV-2 (dos recolectadas en China y dos en Estados Unidos).
Luego de realizar los análisis, fue posible detectar similitudes notorias entre la proteína envolvente E del virus del SARS y del COVID-19. A pesar de que esta no se manifiesta de la exacta misma forma en ambos virus, sus presentaciones fueron lo bastante parecidas como para llamar la atención de los científicos. De hecho, se las considero “casi idénticas”.
En ambos casos, esta proteína se relaciona con el desencadenamiento de la respuesta inflamatoria del organismo. Asimismo, está directamente implicada en la aparición de los problemas respiratorios graves que se desencadenan tanto con el SARS como con el COVID-19. Ya que la inflamación es la peligrosa causante de la acumulación líquidos en los pulmones.
¿Qué implicaciones tiene este descubrimiento?
“Queríamos comprender la composición genética del SARS-CoV-2. Ver lo que ha cambiado podría ayudar a encontrar formas de detectar el virus y comprender su rápida propagación”, comenta Alam.
Ahora, con los resultados de su investigación finalmente a la vista del público, queda claro que esto implica el nacimiento de una nueva posible área de estudio para enfrentar al SARS-CoV-2. Puesto que al entender el origen de este y las formas en las que se relaciona con sus antecesores también puede revelarnos caminos a través de los cuales interceptar sus efectos en el organismo.
Debido a esto, los investigadores plantean que es momento de hacer una revisión a los medicamentos contra el SARS que ya se encuentran aprobados por la FDA. Ya que entre ellos podría encontrarse el compuesto capaz de inhibir la actividad de la proteína envolvente E que ataca en el COVID-19.
“Aunque estos medicamentos no detendrán la propagación del virus, esperamos que puedan atenuar o prevenir el síndrome de dificultad respiratoria aguda y ayudar a salvar vidas”, aclara Alam.
Referencia:
Functional Pangenome Analysis Shows Key Features of E Protein Are Preserved in SARS and SARS-CoV-2: https://doi.org/10.3389/fcimb.2020.00405