La pandemia de COVID-19 ha revelado las vulnerabilidades de nuestra sociedad actual, esa que considerábamos tan avanzada e inquebrantable, incluso en aspectos que nunca habríamos imaginado.
Ya hemos hablado de la fragilidad de la economía y las carencias de los sistemas de salud de diferentes países, así que en esta oportunidad nos centraremos en un tema un poco más delicado y del que seguro muchos otros se han enterado en las redes sociales: racismo.
La llegada del COVID-19 en la era de las redes sociales ha hecho que más personas conozcan más a fondo las desigualdades existentes en Estados Unidos y el mundo respecto a las razas, un problema antiguo pero aún más latente de lo que muchos habrían imaginado.
Un estudio reciente reveló que en todo Estados Unidos, son más los afroamericanos que han estado contagiándose y muriendo de COVID-19 en tasas desproporcionadas. Y por si esto fuera poco, estos parecen tener menor acceso a la prueba diagnóstica en comparación con sus pares blancos.
Más negros mueren por COVID-19 en Estados Unidos
Existe un grupo llamado el Consorcio Black Doctors Covid-19 que se encarga de combatir la crisis sanitaria actual entre las comunidades más discriminadas. Alan Standford, uno de los médicos que hace parte de dicha lucha, tiene un consultorio móvil en un estacionamiento en Filadelfia, y desde allí él y sus colegas brindan atención médica a las comunidades negras desatendidas.

Para muchos esto podría sonar a un país subdesarrollado, pero lo cierto es que ocurre en Estados Unidos. El equipo trabaja por su cuenta con hisopos nasales, materiales educativos y equipo de protección personal, los cuales logran adquirir gracias a las donaciones que reciben a través de GoFundMe. Es decir, el dinero no proviene del gobierno sino los internautas altruistas enterados de su labor.
Pero Filadelfia no es la única región donde se ha observado este descuido. El estudio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades reveló que varios grupos raciales minoritarios en el país representan un número desproporcionadamente alto de casos y muertes en esta pandemia.
Por ejemplo, en Wisconsin, un estado en el que solo 6 por ciento de las personas son negras, estas representan aproximadamente la mitad de sus muertes por COVID-19. En Chicago, el porcentaje es mayor: 70 por ciento de las muertes por la infección ocurrieron en personas negras, aunque estas representan solo el 30 por ciento de su población. En Richmond, Virginia, la situación fue aún más evidente: todas menos una de las personas que murieron de COVID-19 eran negras.
Más factores de riesgo
Esta brecha sanitaria entre blancos y negros estadounidenses ha existido durante años, e incluso siglos, por lo que las causas son más profundas y arraigadas de lo que muchos creerían. Así que COVID-19 es solo una manifestación más del problema.
Partamos de que las personas negras, y otros grupos minoritarios, tienden a vivir en zonas más contaminadas y más densamente pobladas. Por lo general, tienen más personas en su hogar, y en los entornos en los que residen es difícil aplicar el distanciamiento social. De hecho, estos están en mayor proporción en cárceles y refugios para personas sin hogar, lugares poco propicios para evitar contagios.
Y aunque en la actualidad son muchos los negros que laboran en trabajos que se consideran esenciales, siguen existiendo ciertas diferencias con respecto a los blancos. Estos tienen menor propensión a disfrutar de permiso por enfermedad, a tener ahorros suficientes para tomarse un tiempo libre, o de tener una tienda de comestibles lo suficientemente cerca como para hacer sus compras rápido.
A esto se suma que las comunidades negras también tienen tasas más elevadas de afecciones médicas agudas y crónicas, las cuales, como bien han señalado los expertos y agencias de salud, empeoran el pronóstico de COVID-19.
Pacientes afroamericanos desconfían de la atención proveniente de blancos
Pero incluso existe prejuicio racial en el estudio y ejercicio de carreras como la medicina. Esto ha sido confirmado por Shervin Assari, investigador de la desigualdad en salud en la Universidad Charles R. Drew, una de las pocas escuelas de medicina conformadas únicamente por personas afroamericanas en todo Estados Unidos.
«Descubrimos que el prejuicio racial entre los médicos afecta la forma en que interactúan con los pacientes negros», añade Louis Penner, profesor emérito de la Universidad Estatal de Wayne que estudia las disparidades raciales en la atención médica. «Incluso en interacciones muy breves y altamente estructuradas entre médicos y pacientes, los pacientes negros se dan cuenta de esto y reaccionan».
De hecho, los pacientes negros tienden a recibir atención médica más deficiente y obtener peores resultados de salud tras un tratamiento en comparación con los pacientes blancos exactamente para las mismas enfermedad.
Mientras que Stuart Grande, un sociólogo médico de la Universidad de Minnesota, ha observado que los pacientes afroamericanos tienden a mejorar cuando los atiende un médico cuya raza coincide con la suya.
Assari señala que mientras las personas blancas prefieren obtener su información de salud de los proveedores médicos y los medios de comunicación, las personas negras la buscan mayoritariamente en los miembros de la familia y las iglesias. Esto no solo radica en una educación deficiente en materia de salud, sino una marcada y justificada desconfianza hacia estos proveedores.
«No necesariamente sigues lo que te está pidiendo el sistema que ha sido opresivo», dice Assari. «Si lo haces, estás ‘actuando de blanco’, lo cual es un estigma». Por lo que no solo tenemos un problema de parte de los blancos, sino también de disciplina y confianza entre sus pacientes negros. Cosas como creer en el diagnóstico, la voluntad del paciente de confiar en lo que le receten, y llevar a cabo el tratamiento también son factores importantes.
¿Cómo afrontar el problema?
Aunque las condiciones para los afroamericanos son mejores que en la Reconstrucción, la desigualdad sigue latente, por lo que los resultados expuestos no deberían ser motivo de sorpresa.
El gran problema es que eliminar estas disparidades de salud es una tarea difícil en condiciones más normales, ¡cuánto más en medio de una pandemia! Sin embargo, se han visto algunas iniciativas. Por ejemplo, el gobernador de Nueva York Andrew Cuomo, se comprometió a aumentar las pruebas de COVID-19 en comunidades minoritarias afectadas, además muchos otros trabajan como Standford ayudan en la aplicación de pruebas y en divulgación educativa.
Pero sí, nos interesan también soluciones a largo plazo, y la que promete ser más efectiva es desmantelar las desigualdades estructurales. Esto podría empezar con la realización de auditorías internas en los hospitales que permitan cerciorarse de todo reciban la misma calidad de atención.
Y aunque tomará mucho tiempo ver los resultados, es una prioridad para evitar desproporciones como las observadas hasta ahora. Definitivamente, nuestro mundo no puedo volver a la normalidad, sino crear una mejor que la que ya teníamos.
Referencia:
Covid-19 Is Killing Black People Unequally—Don’t Be Surprised. https://www.wired.com/story/covid-19-coronavirus-racial-disparities/