Los investigadores explicaron recientemente que el SARS-CoV-2, el coronavirus responsable de la pandemia de COVID-19 declarada hace casi un mes, se adhiere a las células humanas a través de lo que denominaron una “proteína espiga”.
La proteína espiga se une a un receptor celular humano, el cual posee una proteína en su superficie que sirve de entrada a la célula, luego de lo cual se fusionan la membrana del virus y la membrana celular humana, permitiendo que el material genético del patógeno ingrese a las células humanas.
Ahora bien, todos los coronavirus se unen a las células humanas a través de proteínas espiga, pero cada tipo tiene proteínas espiga con estructuras diferentes. Para el caso del SARS-CoV-2, un equipo de investigadores de la Universidad de Texas en Austin y en los Institutos Nacionales de Salud ya logró mapear la estructura molecular de la nueva proteína espiga.
Pero ahora otros investigadores se encargaron de explorar la misma más a fondo para comprender cómo esta proteína es tan buena infectando las células de los humanos, superando incluso a su similar SARS-CoV.
En su documento publicado en la revista Nature, el equipo informó que la proteína espiga que utiliza el SARS-CoV-2 para unirse a las células humanas está dotada de una especie de cresta compacta que le permite fijarse más fuertemente a las células humanas en comparación con virus similares. Esta es la razón por la que el virus es tan contagioso.
El mismo receptor humano
Para empezar, es necesario dejar claro que tanto el SARS-CoV como el SARS-CoV-2 se unen al mismo receptor humano, conocido como ACE2, pero ciertamente lo hacen de manera diferente y ello ha marcado diferencias en su propagación.
Los investigadores descubrieron algunas mutaciones genéticas que llevaron a la proteína espiga del SARS-CoV-2 a desarrollar una cresta molecular más compacta que la de del SARS-CoV, y que esto, junto con otras pequeñas diferencias, ha permitido que el primero se una más fuertemente al receptor humano ACE2.
Sin lugar a dudas, se trata de un hallazgo importante ya que permite entender con mayor profundidad cómo es que este nuevo virus logró propagarse tan rápidamente en casi todo el mundo y causar los estragos conocidos hasta ahora. Además, puede ser útil para conocer las características estructurales de las proteínas virales para el diseño de tratamientos que bloqueen dicha actividad a esperas de una vacuna.
Referencia:
Structural basis of receptor recognition by SARS-CoV-2. https://www.nature.com/articles/s41586-020-2179-y