La actual pandemia de COVID-10 ha popularizado una variedad de términos que antes solo eran comunes en áreas de trabajo, y ahora muchas personas tienen mayor conocimiento sobre los virus y la forma en que se transmiten, tanto de los animales a los humanos como entre los humanos.
En esta oportunidad, nos enfocaremos en la transmisión de patógenos de animales a humanos, un proceso conocido con el nombre de zoonosis y que ya en varias oportunidades ha dado lugares a crisis sanitarias similares a la actual.
¿Qué es zoonosis?
Las zoonosis son todas aquellas enfermedades infecciosas que son causadas por bacterias, virus, hongos o parásitos que se transmiten de los animales a los seres humanos. Las vías de transmisión son variadas e incluyen el contacto físico directo, el aire, el agua o un huésped intermedio como un insecto.
Por supuesto, muchos de estos agentes infecciosos no afectan a los animales en los que residen, como es el caso de los coronavirus dentro del organismo de los murciélagos. Sin embargo, pueden representar una amenaza enorme para los seres humanos, que no posee inmunidad natural para salir ilesos de su contacto.
Los animales domésticos pueden causar zoonosis al transmitir bacterias como Escherichia coli y parásitos como el de la toxoplasmosis. Por su parte, de los animales salvajes han salido patógenos como el Virus del Nilo Occidental, el SARS (síndrome respiratorio agudo severo), MERS (síndrome respiratorio del Medio Oriente) y, el más reciente, el COVID-19 causado por un nuevo coronavirus denominado SARS-CoV-2.
Las enfermedades zoonóticas pueden tener un carácter endémico, lo que significa que son propias de una región o población bien definida, o bien pueden ser epidémicas, cuando se propagan en un territorio más extenso. Cuando la propagación es tan amplia que logra llegar a todos los continentes, entonces se trata de una epidemia mundial, mejor conocida como pandemia.
COVID-19, un claro ejemplo de zoonosis
Las zoonosis son responsables de aproximadamente 1,000 millones de casos de enfermedades y millones de muertes en humanos cada año en todo el mundo. Además, alrededor del 60 por ciento de las enfermedades emergentes notificadas a nivel mundial entran en esta clasificación. Y aunque suene irónico, el 75 por ciento de los nuevos patógenos que han afectado a los humanos en los últimos 30 años se originaron en animales.
Un claro ejemplo de ello es la pandemia de COVID-19 que atraviesa el mundo actualmente. Salió de un mercado de animales en la ciudad de Wuhan, China, donde los comerciantes vendían animales salvajes vivos para su compra, sacrifico y consumo.
Eventos prevenibles
A pesar de que estudios recientes sugieren que existen más de 1,6 millones de virus desconocido en aves y mamíferos y que 700,000 de estos podrían representar un riesgo zoonótico según la Sociedad de Conservación de la Vida Silvestre, este tipo de eventos pueden prevenirse.
La pandemia de COVID-19, que ha cobrado decenas de vidas hasta ahora, es un claro recordatorio del riesgo que corren los seres humanos al entrar en contacto cercano con la vida silvestre sin las precauciones adecuadas, como ocurre en los mercados húmedos como el de Huanan.
Por ende, una de las prioridades para evitar que otra tragedia como estas se repita en la historia de la humanidad es limitar las posibilidades de contacto entre humanos y animales salvajes, ya sea cerrando este tipo de mercados y combatiendo el tráfico de animales salvajes, un negocio muy lucrativo en algunas partes del mundo.
Referencia:
The COVID-19 pandemic has introduced us to a new word: Zoonosis (Op-Ed). https://www.livescience.com/dangers-of-zoonoses-pandemics.html