El filo de los quinorrincos, conocidos popularmente como “dragones de barro”, abarca un grupo de especies de meiofauna marina que habitan en los centímetros superiores de los sedimentos oceánicos o estuarinos desde las profundidades intermareales hasta las abisales.
Los quinorrincos están distribuidos por todo el mundo, pero los datos biogeográficos disponibles están fuertemente sesgados por las estrategias de los especialistas en el filo que han muestreado intensivamente ciertas áreas en detrimento de otras poco estudiadas, siendo el Mar del Norte, el Mar Mediterráneo, la costa noroeste del Atlántico americano y el Mar de Japón las áreas más muestreadas del mundo hasta el momento.
En las Antillas del Caribe
En este contexto, hay que destacar lo poco que se conoce sobre los quinorrincos en el Caribe, a pesar de que la región generalmente alberga la mayor biodiversidad marina del Océano Atlántico occidental y es un punto caliente de especies marinas a escala mundial.

Toda la información disponible sobre los quinorrincos del Caribe se limita a la identificación de 31 especies de la plataforma continental, sin tener en cuenta las plataformas de las Antillas.
Para abordar estas carencias, un equipo de investigadores de la Universidad Complutense de Madrid estudió muestras obtenidas entre los años 1966 a 1991 en aguas de Haití y República Dominicana que se encuentran depositadas en el Museo de Historia Natural del Instituto Smithsoniano.
Con la investigación realizada, el conocimiento de los quinorrincos caribeños se ha incrementado con la descripción de cuatro nuevas especies: Cristaphyes retractilis, Fujuriphyes dalii, Equinoderes brevipes y Equinoderes parahorni.
Características morfológicas
Cristaphyes retractilis puede distinguirse fácilmente de la mayoría de sus congéneres por la falta de espinas terminales laterales. Esta especie posee setae paradorsal emparejadas en los segmentos 2, 4, 6 y 8. Su nombre deriva del latín «retractilis», que significa retraer, que se refiere a los segmentos 10 y 11 que a menudo aparecen retraídos en los segmentos precedentes.
El Fujuriphyes dalii, nombrado en honor al famoso pintor español Salvador Dali, se distingue fácilmente por la presencia de setae paralelos en el segmento 1, setae lateroventrales en los segmentos 2, 4 y 10, un solo par de setae ventrolaterales en los segmentos 1, 3-7 y 10, y por la ausencia de tubos ventromediales en el segmento 2.

Los Equinoderes brevipes muestran espinas dorsales medias en los segmentos 4, 6 y 8, tubos subdorsales y ventrolaterales más salidas glandulares sublaterales en el segmento 2; tubos lateroventrales en el segmento 5 y espinas lateroventrales en los segmentos 6-9; así como por espinas terminales laterales muy cortas. Su nombre, que deriva de «brevis», que significa corto, y «pes», que significa pie, se refiere a la posesión de espinas terminales laterales muy cortas en comparación con la longitud total del tronco de la especie.
La especie Equinoderes parahorni carece de espinas dorsales medias, pero posee tubos ventrolaterales y salidas de células glandulares subdorsales en el segmento 2; tubos lateroventrales en el segmento 5, tubos laterodorsales en el segmento 10 (muy reducidos en las hembras). Su nombre proviene del griego “para”, que significa “similar a”, que se refiere a las características morfológicas similares que la especie recién descrita comparte con su congénere Equinoderes horni.
Estos hallazgos, explican los investigadores, son cruciales a la hora de conocer la biodiversidad marina en un contexto de cambio global.
Referencia: First extensive account of the phylum Kinorhyncha from Haiti and the Dominican Republic (Caribbean Sea), with the description of four new species. Marine Biodiversity, 2019. https://doi.org/10.1007/s12526-019-00963-x