Durante casi un siglo, los antibióticos –fármacos utilizados para combatir las infecciones bacterianas– han ayudado a controlar y destruir muchas enfermedades infecciosas ocasionadas por bacterias dañinas. Pero en las últimas décadas, estos medicamentos han perdido su efectividad contra algunos tipos de bacterias.
Lamentablemente, la forma en que hemos estado usando antibióticos está ayudando a crear nuevas “súperbacterias” que son resistentes a la acción de los medicamentos, un fenómeno que la Organización Mundial de Salud califica como una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo.
Uso excesivo de antibióticos
Aunque se desarrollen nuevos fármacos, si no se modifican los comportamientos actuales, la resistencia a los antibióticos seguirá representando una grave amenaza. Por lo tanto, es necesario que se cambie urgentemente la forma de prescribir y utilizar los antibióticos.

Existen muchas prácticas para combatir el uso excesivo de antibióticos en los hospitales, pero la mayoría de las instituciones desconocen las recomendaciones o no las están implementando.
Un estudio reciente encontró que cuando se implementaron dos recomendaciones particulares de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de América en cuatro hospitales comunitarios, se logró hacer una reducción significativa en el uso de antibióticos.
El estudio, que fue realizado por científicos de la Universidad de Duke, sugiere que un enfoque dirigido por farmacéuticos puede reducir el uso innecesario de antibióticos, especialmente en pequeños hospitales comunitarios.
El estudio examinó dos estrategias centrales recomendadas de administración de antibióticos: la preautorización y la auditoría y revisión posterior a la prescripción, para ver si estos protocolos son factibles para los hospitales comunitarios.
Reducción evidenciada
Los investigadores implementaron la prueba en cuatro hospitales comunitarios en Carolina del Norte, y observaron a pacientes que recibían agentes antibacterianos específicos o agentes antibacterianos alternativos no estudiados entre octubre del año 2014 y octubre de 2015.

Durante el tiempo de estudio, los farmacéuticos de los cuatro hospitales participantes realizaron 1.456 aprobaciones de recetas modificadas y 1.236 auditorías y revisión posterior a la prescripción.
El estudio encontró que la estrategia de preaprobación estricta, en la que un farmaceuta daba la aprobación previa a los médicos antes de que pudieran recetar los medicamentos a los pacientes, no era factible.
Pero el enfoque de revisión posterior a la prescripción, donde los farmacéuticos revisaron la efectividad del antibiótico para determinar si un paciente debía continuar tomándolo o recibir algo diferente después de tomarlo durante tres días, y una estrategia de preautorización modificada, mostraron factibilidad.
Los investigadores evidenciaron que la estrategia de revisión posterior a la prescripción tuvo más éxito porque disminuyó el uso de antibióticos, en comparación a la estrategia de preaprobación modificada.
Estos resultados se suman a la creciente literatura de que es factible implementar estrategias de administración de medicamentos que pueden lograr una reducción en el uso general de antibióticos.
Referencia: Feasibility of Core Antimicrobial Stewardship Interventions in Community Hospitals. JAMA Open Network, 2019. https://doi.org/10.1001/jamanetworkopen.2019.9369