Cualquier persona se hace esta pregunta al menos una vez en la vida. Puede ser justo cuando se independiza o cuando está usando una bayeta que lleva meses sin cambiar: ¿cada cuánto hay que cambiar las sábanas, las toallas, los estropajos, las bayetas e, incluso, el pijama?

Las sábanas y el pijama siempre irán de la mano al cesto de la ropa sucia. Los expertos recomiendan que se laven cada 4 u 11 días porque además de soltar entre 30.000 y 40.000 células muertas durante la noche, también nos llevamos a la cama hongos, bacterías, polen, tierra, etc. Así pues, dependiendo de varios factores como si hemos estado enfermos, mantenido relaciones sexuales, dormimos desnudos o sudamos mucho, habrá que lavar las sábanas antes de lo acordado social y cientificamente, que está en una media de 7 días.

Las bayetas, por su parte, acumulan una gran cantidad de bacterias y microbios. No se pueden cambiar todos los días, aunque esto sería lo más higiénico, pero para evitar que estos microorganismos campen a sus anchas por nuestras bayetas y de ahí pasen a las superficies de la cocina basta con aclararlas y escurrirlas a diarios, además de lavarlas con detergente cada dos días. Nada de dejarlas tiradas como una bolita hasta que se sequen. Para evitar que las bacterias crezcan lo mejor parece ser cambiar todas las semanas de bayetas.

Y lo mismo sucede con los estropajos, concluyen en este estudio publicado en la revista Nature. En esta investigación, los científicos analizaron 14 estropajos, que contenían más de 362 tipos de gérmenes.

Y, es más, al tratar de desinfectarlos con agua hirviendo y microondas, se dieron cuenta de que las bacterias más peligrosas para el ser humano continuaban vivas y se veían reforzadas, como la Acinetobacter o la Chryseobacterium (responsables de la neumonía o la meningitis).

Por tanto, es mejor que tanto las bayetas como los estropajos vayan de camino a la basura una vez a la semana o, como mucho, cada dos semanas, ya que ni siquiera la lejía puede con estos microorganismos.

No obstante, si no se hace un uso diario de la bayeta o los estropajos y tan solo se utilizan los fines de semana, por ejemplo, con cambiarlos una vez al mes puede ser suficiente.

En el caso de las toallas y los albornoces, hay que echarlos a lavar cada tres o cuatro usos ya que se quedan húmedas tras el paso por la ducha. Una opción es tener dos toallas y alternarlas durante la semana, así el fin de semana se pueden lavar juntas. Por otro lado, los expertos indican que las toallas de mano, al ser compartidas, deberían lavarse cada tres días puesto que muchas personas las utilizan a lo largo de la jornada. Y, por último, en el caso de la alfombrilla del baño, que se queda húmeda tras su uso, lo mejor es lavarla cada quince días.

Este artículo fue publicado originalmente por Hipertextual.

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