Las autoridades de China han comenzado a obligar a los turistas que cruzan por algunas de sus fronteras a instalar apps de vigilancia que recopilan sus datos personales. La información se conoció tras una investigación en la que participaron The New York Times (NYT), Süddeutsche Zeitung, Vice Motherboard, The Guardian y la emisora NDR, de Alemania.
La vigilancia del gobierno en la región de Xinjiang ha aumentado recientemente ante la presencia de la minoría musulmana local. En este sentido, las autoridades han instalado cámaras de reconocimiento facial en las calles y en las mezquitas y, ahora, han obligado a los residentes a descargar software de vigilancia.
En busca de «terroristas»
Los funcionarios de la guardia fronteriza, en algunos cruces de la región, solicitan los dispositivos Android de los viajeros para instalar una app llamada ‘Fengcai’, la cual analiza más de 73,000 archivos diferentes en busca de pistas sobre conexiones con grupos extremistas como ISIS. Además, la aplicación analiza los mensajes de texto del usuario y su lista de contactos.
En el caso de los usuarios de Apple, sus dispositivos son conectados a un cable USB, que a su vez se conecta a un gadget de vigilancia de los funcionarios para extraer información. La lista de archivos que busca el software de vigilancia también incluye mensajes del Corán, fotos de Dalai Lama, muestras de palabras árabes y, por un motivo desconocido, también busca una canción de una banda de metal japonesa.
En declaraciones al NYT, Maya Wang, investigadora de la organización Human Right Watch, afirmó:
El gobierno chino, tanto en la ley como en la práctica, a menudo relaciona las actividades religiosas pacíficas con el terrorismo (…) Puedes ver en Xinjiang, la privacidad es una puerta de entrada correcta: una vez que pierdas tu derecho a la privacidad, tendrás miedo de practicar tu religión, de decir lo que piensas o de pensar lo que piensas.
Los investigadores revelaron que la app podría haber sido desarrollada por FiberHome, una firma de telecomunicaciones china en donde el gobierno tiene una participación importante. A pesar de que no existe evidencia de que la app espíe a los usuarios más allá de su paso por los puestos fronterizos, los datos de ubicación recopilados podrían permitir a las autoridades localizar a cualquier usuario a futuro.