Hace más de 10.000 años, cuando terminó la última Edad de Hielo, grandes capas de hielo retrocedieron, lo que provocó la aparición de enormes grietas en el puente entre América del Norte y América del Sur. En ese momento, se sabía que el puente de tierra estaba habitado por temibles bestias.
Ahora, nuevas evidencias muestran que estas bestias prehistóricas incluyeron gigantes carnívoros parecidos a los lobos y el oso más grande que haya pisado el planeta Tierra.
Registro fósil
En el fondo de una cueva submarina en la península de Yucatán, en México, un equipo de arqueólogos descubrió un nutrido cementerio en el que encontraron restos fósiles de los esqueletos de una serie de animales extintos del final del último período glacial.

Los investigadores informan haber recuperado restos óseos de perezosos antiguos, gatos sabretes, pumas, gonfoterios, osos y lobos. Estos hallazgos podrían ayudarnos a comprender mejor cómo se desplazaron los animales prehistóricos en las Américas.
Con la ayuda de buzos profesionales, los investigadores encontraron los restos fósiles en una cueva que se encuentra a 55 metros bajo el nivel del mar. El sitio, llamado Hoyo Negro, habría sido un terreno seco antes de que los glaciares se derritieran y lo llenaran de agua.
Hoyo Negro estaba en la intersección de tres corredores a través de las cuevas, creando una trampa natural donde muchos animales se encontraban con su muerte.
Es tal la abundancia fósil del pozo que los buzos no tuvieron que hacer ninguna excavación. Los restos de estos animales simplemente yacían en la superficie, y algunos han estado allí durante 30.000 años.
Al respecto, el paleontólogo Blaine W. Schubert, académico en el Departamento de Geociencias de la Universidad Estatal del Este de Tennessee y coautor del hallazgo, comentó:
“Por lo general, como paleontólogo, si voy a un viaje de espeleología en busca de animales de la edad de hielo, tengo la suerte de encontrar un diente. Este pozo tenía muchos restos de animales”.
Migración desconocida
El registro fósil en América Central para este periodo es bastante escaso, por lo que este descubrimiento ayuda a llenar los vacíos en nuestra comprensión de cómo estos animales migraron a lo largo de las Américas.

Antes de esta expedición, se pensaba que el oso Arctotherium wingei y el lobo Protocyon troglodytes solo estaban presentes en América del Sur durante este período. Ahora tenemos evidencia de que se trataba de una percepción errónea.
Hace unos 3 millones de años, el istmo de Panamá se elevó y creó un puente terrestre entre el norte y el sur del continente, permitiendo lo que se conoce como el Gran Intercambio Biótico Americano, un período en el que se pensaba que Arctotherium y Protocyon habían emigrado al sur y allí se habrían quedado.
Pero los restos fósiles recabados en esta investigación demuestran que estos animales volvieron a cruzar el istmo y alcanzar el norte, algo que los investigadores señalan, hasta ahora no se tenía registro alguno.
Referencia: Yucatán carnivorans shed light on the Great American Biotic Interchange. Biology Letters, 2019. https://doi.org/10.1098/rsbl.2019.0148