La firma de corretaje Monex Group Inc., reconocida por comprar Coincheck, el exchange de criptomonedas hackeado años atrás, se encuentra considerando la posibilidad de añadir criptomonedas a su oferta de clientes minoristas. La información proviene de un reporte publicado por Bloomberg el lunes 15 de abril, en el que se presenta como una medida para resaltar en el mercado de valores local.
Yuko Seimei, la nueva presidente de Monex Securities Inc., ha reconocido que la empresa se ha estancado en comparación con SBI Holdings Inc. y el minorista de Internet Rakuten Inc., quienes han tenido una participación mucho más activa en el mercado:
“Nos hemos quedado atrás, no podemos negarlo. Si seguimos haciendo las cosas como lo hemos hecho, es posible que no podamos cerrar la brecha».
Durante nueve meses finalizados en noviembre, ambas compañías ratificaron su liderazgo sobre Monex, que manejó solo la quinta cantidad más alta de transacciones en línea, según el informe de Bloomberg. A esto se suma la próxima asociación de Nomura Holdings Inc. con la plataforma de mensajería Line Corp. para lanzar una correduría en línea.
Monex inició en el año 1999 y llegó a ser la correduría en línea más grande de Japón. Adquirió el exchange japonés Coincheck en el mes de abril del 2018, y en los meses posteriores, el propietario realizó todos los procedimientos para obtener la licencia de parte de la Agencia de Servicios Financieras. Ante el estancamiento actual, Coincheck ha empezado a figurar como una alternativa para ayudar a la empresa a recuperarse frente a los grandes rivales.
La idea que considera Seimei para la reactivación de la compañía también implica ciertas dificultades. Bien sabemos que el mercado de las criptomonedas presentó más de un año de condiciones bajistas, por lo que los inversionistas individuales se mantienen desconfiados respecto a este.
Sin embargo, existen puntos a favor, como el simple hecho de que Japón está entre los terrenos de comercio de criptomonedas más activos en todo el mundo, y aunque sus regulaciones son estrictas, los reguladores están más dispuestos a negociar con la industria.