De acuerdo a estimaciones de la Organización Mundial de Salud (OMS), una generación de amantes de la música, los llamados millennials, está dañando su audición por reproductores de audio que no limitan sus peligrosamente altos niveles de ruido.
En la actualidad, unas 466 millones de personas en todo el mundo, 432 millones de adultos y 34 millones de niños, sufren una pérdida auditiva incapacitante, una cifra que contrasta con los 360 millones del año 2010, pero que palidece ante la estimación de que para el año 2050, alrededor de 900 millones de personas padezcan una discapacidad auditiva significativa por escuchar música a volúmenes sumamente altos.
Limitación o reducción automática
Alrededor de la mitad de todos los casos de pérdida de audición podrían prevenirse con medidas de salud pública, insiste la OMS, y sus recomendaciones se realizarán antes del Día Mundial de la Audición a realizarse el domingo 3 de marzo.

La doctora Shelly Chadha, del Programa de Prevención de Sordera y Pérdida de Audición de la OMS, manifestó:
“Más de mil millones de jóvenes corren el riesgo de perder la audición simplemente por hacer algo que disfrutan mucho, que es escuchar música a través de sus audífonos”.
Estas estimaciones han impulsado a la OMS a instar a los fabricantes y entes reguladores a certificar que los teléfonos inteligentes y otros reproductores de audio cuenten con un software que pueda garantizar que las personas no escuchen música demasiado alta durante demasiado tiempo.
La agencia de salud propone la incorporación de ciertas funciones como la limitación automática o la reducción automática del volumen y el control parental del volumen, para que cuando alguien supere su límite de sonido tenga la opción de que el dispositivo reduzca automáticamente el volumen a un nivel que no va a dañar sus oídos.
Eventos y establecimientos comerciales

Las directrices también proponen el uso de tecnología para generar perfiles de oyentes individualizados mediante el monitoreo de la cantidad de personas que usan sus dispositivos de audio, y luego les hace saber qué tan seguros o no ha sido el nivel de volumen que han escuchado.
Pero la OMS no se limita a los dispositivos portátiles; también está analizando los niveles de volumen a los que se exponen los usuarios en lugares como clubes nocturnos y estadios deportivos, que si bien ya existen algunas pautas reguladoras, su implementación no es absoluta.
En ese sentido, la agencia está trabajando en desarrollar marcos regulatorios sobre diferentes establecimientos comerciales y eventos, incluyendo restaurantes, bares, conciertos e incluso clases de acondicionamiento físico, que con frecuencia son entornos en los que se expone a los usuarios a niveles muy altos de sonido por prolongados periodos de tiempo.
Referencia: Sordera y pérdida de la audición. Organización Mundial de la Salud, 2018. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/deafness-and-hearing-loss