Cada vez más, los cigarrillos electrónicos se comercializan como una alternativa para dejar de fumar. Sin embargo, las pruebas de su efectividad, en comparación con los productos de nicotina aprobados para abandonar el hábito, son limitadas.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Queen Mary de Londres, mostró que los fumadores de cigarrillos que intentaron dejar el hábito con cigarrillos electrónicos, tenían casi el doble de probabilidades de alcanzar su meta, en comparación con otras terapias de reemplazo de nicotina (TRN).
Renunciando al mal hábito
Para el estudio, que contó con la participación de casi 900 fumadores que buscaban dejar el hábito, los investigadores les asignaron aleatoriamente usar cigarrillos electrónicos o terapias TRN.

Las personas asignadas al uso de cigarrillo electrónico recibieron un cigarrillo electrónico recargable de segunda generación con una botella de 30 ml de nicotina e-líquido. Se les alentó a comprar futuros e-líquidos en línea o en tiendas locales, y experimentar con diferentes sabores y niveles de nicotina.
Los participantes en el grupo TRN fueron informados sobre la gama de productos disponibles (goma, parche, pastilla, aerosol nasal, inhalador, aerosol para la boca y otros) y seleccionaron el producto de su preferencia.
A estos participantes se les alentó al uso combinado, generalmente un parche y una TRN oral de acción rápida, y se les indicó que podrían cambiar los productos durante la prueba, si fuera ese su deseo.
Todos los participantes recibieron terapia conductual.
En las semanas 26 y 52, se contactó a los participantes por teléfono, y los entrevistadores preguntaron sobre el uso del producto y la abstinencia de fumar.
Los encuestados que informaron sobre la abstinencia o una reducción en el hábito de fumar de al menos el 50 por ciento a las 52 semanas, fueron invitados a proporcionar lecturas de monóxido de carbono para confirmar su estado de fumador.
Transcurrido un año, los datos revelaron que el 18 por ciento de los usuarios de cigarrillos electrónicos no fumaban cigarrillos convencionales, en comparación con el 9,9 por ciento de los participantes que intentaron dejar el hábito utilizando otras terapias.
Pueden ayudar, pero…
Los autores del estudio señalaron que tanto los cigarrillos electrónicos como las terapias de reemplazo de nicotina fueron percibidos como menos satisfactorios que los cigarrillos.
Sin embargo, los cigarrillos electrónicos proporcionaron una mayor satisfacción y fueron calificados como más útiles para abstenerse de fumar que las otras alternativas disponibles.

Sin bien estos resultados muestran que los cigarrillos electrónicos pueden ser una alternativa más efectiva para dejar de fumar cigarrillos convencionales, no ayudó mucho a los participantes a dejar la nicotina por completo.
El conocimiento sobre la farmacología de los efectos de la nicotina de los cigarrillos electrónicos sigue siendo limitado.
Los autores del estudio destacan que debido a que el uso de cigarrillos electrónicos de un usuario puede afectar significativamente el suministro de nicotina, se deben realizar estudios farmacocinéticos y farmacodinámicos de nicotina en el futuro, para evaluar con precisión el impacto que tiene estos productos en la salud.
Dicho esto, los efectos a largo plazo de vapear siguen siendo un álgido tema de debate, con estudios que muestran secuelas perjudiciales para la salud, refutaciones de todo tipo y una gran zona gris donde entran defensores y adversos.
Referencia: A Randomized Trial of E-Cigarettes versus Nicotine-Replacement Therapy. The New England Journal of Medicine, 2019. https://doi.org/10.1056/NEJMoa1808779