Teniendo en cuenta las extrañas órbitas de objetos distantes, como los planetas enanos Sedna y 2012 VP113, desde hace unos años se plantea la existencia de un noveno planeta en nuestro Sistema Solar.

Sin embargo, evidencias más recientes sugieren que este extraño fenómeno, en lugar de deberse a la existencia de otro planeta, puede explicarse en función a la atracción gravitacional proveniente de varios objetos transneptunianos.

El noveno planeta podría no existir

Desde el 2014, astrónomos de todo el mundo se han esforzado por encontrar un noveno planeta en nuestro Sistema Solar. En este sentido, dadas las rarezas observadas en las orbitas de cuerpos distantes, como el planeta Sedna, se plantea la posible existencia de un noveno planeta, llamado Planeta X o Planeta Gigante Cinco.

Al respecto, se estima que este planeta puede ser 10 veces más grande que la Tierra y que se encuentra a unas 600 unidades astronómicas de distancia. A modo de referencia, las unidades astronómicas se refieren a la distancia entre el planeta Tierra y el Sol. En total, una unidad astronómica se corresponde con 150 millones de kilómetros.

Sin embargo, desde el 2016, un equipo de astrónomos ha planteado la posibilidad de que, en lugar de un enorme planeta, la causa de estas extrañas órbitas gire en torno a numerosos objetos transneptunianos y sus huellas gravitacionales.

A partir de esta posible explicación, numerosos astrónomos han encontrado cada vez mas de estos objetos. De hecho, hasta el momento, se han contado 30 objetos transneptunianos agrupados.

Dados estos resultados, se pone en tela de juicio la existencia de un noveno planeta. En este caso, de acuerdo a los expertos, lo más probable es que las órbitas de estos cuerpos espaciales sean el resultado de las fuerzas gravitacionales de muchos objetos pequeños.

Aún faltan estudios para tener conclusiones definitivas

La existencia del Planeta X aún está sujeta a dudas.

Sobre la base de estos planteamientos, un equipo de investigadores de la Universidad Americana de Beirut desarrolló un estudio en el que se ejecutó un modelo para analizar el posible escenario. Tras esto, se sugiere que la explicación respecto a las fuerzas gravitacionales de varios objetos funciona bajo ciertas condiciones.

Específicamente, los investigadores proponen que estas explicaciones son plausibles si la masa del Cinturón de Kuiper, el anillo de cuerpos más allá de Neptuno es 10 veces superior a la masa de la Tierra. Esto se debe a que los cálculos estiman que su masa es inferior al 10% en comparación al planeta Tierra.

Sin embargo, se ha demostrado que otros sistemas solares cuentan con enormes discos de material en sus extremos y que, a pesar de que aún no se ha detectado uno en nuestro sistema social, no significa, necesariamente, que no exista.

En este caso, el problema es que, al observar el disco desde el interior del sistema, resulta prácticamente imposible contemplar toda su magnitud. Por tanto, los investigadores concluyen que, a pesar de la ausencia de observaciones directas del disco, no es posible negar su existencia.

Además, tampoco se tienen evidencias certeras sobre la existencia de un noveno planeta. Teniendo esto en cuenta, los astrónomos continúan trabajando a fin de develar, finalmente, el misterio en torno a estas extrañas órbitas.

Referencia: Shepherding in a Self-Gravitating Disk of Trans-Neptunian Objects, (2019). https://arxiv.org/abs/1804.06859

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