Durante gran parte de la historia, se pensó que la Antártida no contenía agua líquida; sin embargo, las expediciones realizadas a mediados del siglo XX descubrieron que esto no era así, y en la actualidad, mediante el uso de levantamientos aéreos y varias tecnologías de detección remota, se han localizado más de 400 lagos subglaciales en el continente.
Estos entornos naturales son los menos explorados del planeta y su naturaleza prístina representa una oportunidad única de estudio.
El ambiente subglacial antártico es un ecosistema dinámico donde la vida, el hielo, el agua y las rocas forman una red de interacciones complejas.
Un largo camino
Para comprender mejor este bioma subglacial, un equipo de científicos del proyecto de Acceso Científico a los Lagos Antárticos Subglaciales (SALSA, por sus siglas en inglés), se está preparando para realizar una travesía extrema, y lograr acceder a uno de los entornos más aislados y desconocidos de la Tierra: el lago subglacial Mercer.

Este cuerpo hídrico cubre unos 160 kilómetros cuadrados, dos veces el tamaño de Manhattan, y puede tener una profundidad de 10 a 15 metros. A pesar de que las temperaturas se mantienen por debajo de 0 ° C, el lago no se congela, debido a la intensa presión del hielo arriba.
Para trasladarse al sitio de estudio, que se encuentra ubicado a unos 600 kilómetros del Polo Sur, los miembros del equipo conformado por científicos, perforadores y personal de apoyo, se valdrán de tractores especializados y aviones equipados con esquís.
Una vez movilizado el equipo y todo el personal se haya instalado en el campamento, la primera tarea consiste en atravesar la gruesa capa de hielo que cubre el lago.
Para ello, los técnicos utilizaran un taladro de agua caliente para derretir un estimado de 28.000 kilogramos de nieve y perforar un agujero de 60 centímetros de diámetro y 1.100 metros de profundidad.
Recopilando muestras
Superada esta meta, los investigadores tomarán muestras del agua, hielo basal y sedimentos de su interior. Adicionalmente se enviará un vehículo operado por control remoto para explorar las aguas oscuras con cámaras de video.

Pero tomar estas muestras requiere unas consideraciones especiales. La preservación de la naturaleza prístina del ecosistema subglacial antártico requiere una gestión ambiental durante su exploración.
El acceso al lago Mercer se realizará utilizando un sistema limpio y estéril que minimiza la contaminación microbiana y química del medio ambiente, así como de las muestras recuperadas.
El fruto del esfuerzo
Los estudios de las muestras ampliarán el conocimiento de la vida antártica en ambientes extremos, desde microbios modernos que prosperan en, y debajo de la capa de hielo, hasta microorganismos fósiles que vivieron durante los períodos interglaciales más cálidos, cuando vastos mares inundaron estas áreas ahora ocupadas por hielo.

A través de la combinación de resultados en múltiples disciplinas, estas muestras podrían aportar nueva información sobre el pasado del planeta, y con ello adquirir conocimientos sobre procesos como el ciclo del carbono y la dinámica del hielo de agua.
Los sedimentos que se logren extraer del fondo del lago Mercer podrían proporcionar pistas sobre cuán susceptible será la capa de hielo que cubre la Antártida occidental al calentamiento global.
Además, la biosfera subglacial proporciona un análogo para los hábitats en las profundidades de Marte o en las lunas cubiertas de hielo de Júpiter y Saturno. Los científicos esperan que el ecosistema del lago Mercer aporte información sobre qué tipo de vida puede sobrevivir en entornos con condiciones tan adversas.
Referencia: Project Subglacial Antarctic Lakes Scientific Access, 2018. https://salsa-antarctica.org/