El periquito migrador (Lathamus discolor) es una especie socialmente monógama que se reproduce a lo largo de la costa oriental de la gran isla de Tasmania en el sur Australia.

La proporción de machos a hembras entre esta especie fue alguna vez equilibrada, pero desde que en los años 1800 se introdujo el petauro del azúcar (Petaurus breviceps), un pequeño mamífero de costumbres arborícolas, la población de periquitos migradores ha venido presentando una disparidad importante a favor de los machos.

Evaluando la disparidad

El contraste en la población de los periquitos se debe a que los petauros del azúcar, acceden a los nidos y matan a las hembras migradoras mientras incuban sus huevos. Se sabe que más de la mitad de las hembras de la especie mueren cada año en sus áreas de reproducción.

Nido de periquitos migradores.

La creciente desproporción de machos y hembras ha generado consecuencias previsibles en una especie que se distingue por ser monógama.

A fin de profundizar en el impacto que tiene esta disparidad, investigadores de la Universidad Nacional de Australia (ANU) estudiaron el sistema de apareamiento de los periquitos migradores.

Para este propósito, los científicos analizaron las pequeñas aves usando técnicas moleculares y modelos poblacionales, y descubrieron que más de la mitad de los nidos tenían bebés con más de un padre.

Estos resultados muestran que la escasez crónica de hembras en la especie, ha generado el surgimiento de triángulos amorosos, relaciones sexuales furtivas, el aumento de las peleas entre los machos y, en consecuencia, un menor número de crías.

El investigador Rob Heinsohn, coautor del estudio y profesor en la Escuela de Medio Ambiente y Sociedad de la ANU, puntualizó:

“Lo que hemos encontrado es notable para los periquitos debido a que la mayoría de estas especies son monógamas. Nuestras observaciones revelaron que compartir pareja no ha resultado beneficioso. El número total de crías nacidas disminuyó cuando la proporción de sexos se inclinó a favor de los machos y la paternidad compartida aumentó.”

Un comportamiento inesperado y poco provechoso

Petauro del azúcar, un pequeño mamífero de costumbres arborícolas.

Los investigadores explican que, si bien la mayor parte de la disminución de la población de hembras es directamente atribuible a la acción de los petauros, el impacto del conflicto y el menor éxito del apareamiento compartido, también son aspectos que influyen en la reducción de la población de los periquitos migradores, una especie que en la actualidad se encuentra en peligro de extinción.

Obviamente la baja cantidad de hembras disponibles crea conflictos entre los machos, que luchan entre ellos para ganarse la oportunidad de aparearse.

También es previsible que muchos machos pretendan a una hembra, pero lo que resultó inesperado, fue que las hembras accedieran a aparearse con ellos, contrariando el histórico comportamiento monógamo que caracteriza la especie.

Los autores del estudio manifiestan que la investigación realizada es significativa, ya que revela cómo los depredadores introducidos afectan de manera diferente a los individuos en las poblaciones.

Ahora que se entiende bien el impacto de los petauros del azúcar, el equipo de investigadores planea embarcarse en un importante programa para encontrar formas innovadoras de limitar su impacto en los periquitos migradores.

Referencia: Sex ratio bias and shared paternity reduce individual fitness and population viability in a critically endangered parrot. Journal of Animal Ecology, 2018. https://doi.org/10.1111/1365-2656.12922

Bióloga. Apasionada por la escritura. Asesora y orientadora de medios digitales. Escribo sobre mi pasión: las ciencias.

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