Probablemente no haya festividad más enaltecida que la navidad. En esta época, las luces, los adornos, los regalos y las celebraciones están por doquier. En este entorno, uno de los elementos más recurrentes es la música de navidad.
En las plazas, ferias y centros comerciales, las melodías navideñas resultan inevitables. No importa a dónde vayas, las mismas clásicas canciones se reproducen repetidamente. Si bien los sonidos de la temporada pueden ponerte en el espíritu de las fiestas, investigaciones muestran que escuchar demasiada música navideña puede ser perjudicial para tu salud mental.
Estrategia comercial
Para los comerciantes resulta una estrategia productiva. Se ha demostrado que la música navideña incita un estado de ánimo que impulsa a las personas a comprar más.

La psicóloga Linda Blair, miembro de la Sociedad Británica de Psicología, explica que la música navideña se dirige directamente a nuestras emociones y pasa por alto la racionalidad, por lo que actúa como un recordatorio de que tenemos que comprar regalos, atender a las personas y organizar celebraciones.
Pero el bucle continuo que se reproduce en las tiendas puede afectar la salud mental tanto de trabajadores como de clientes.
Las canciones festivas pueden ser especialmente agotadoras para las personas que trabajan en tiendas y escuchan los villancicos en repetición constante, lo que resulta en un elemento distractor que influye de manera negativa en la productividad de los empleados.

Un cerebro sobresaturado
Al principio, la música navideña puede despertar la nostalgia y ponerte en el espíritu festivo. Pero escuchar a «Jingle Bells» por enésima vez puede llegar a generar molestia, aburrimiento e incluso angustia.
Eso es porque el cerebro se ha sobresaturado, provocando una respuesta negativa. Si ya hay preocupación por las exigencias económicas propias de la época, el trabajo o la familia, la constante inundación de melodías alegres puede reforzar ese estrés en lugar de aliviarlo.

Pero la respuesta a las canciones de navidad depende de la asociación. Para muchas personas esta música evoca la infancia y momentos felices de regalos, tradiciones y todas las especialidades que ocurren en esa época del año, lo que lleva al cerebro a asociarla con algo muy positivo y placentero.
Pero para otras personas, mayormente quienes tuvieron una infancia abusiva o sufrieron una pérdida de algún tipo, la temporada festiva está relacionada a eventos negativos, por lo tanto, la música navideña puede desencadenar una avalancha de ansiedad y tristeza.
Por supuesto, el problema no es de la música navideña en sí, sino la sobreexposición a ella. Si bien poco se puede hacer con el ambiente musical de los centros comerciales, en casa es posible “refrescar” el entorno. Bien se podría cambiar esas canciones tantas veces repetidas por algunas interpretaciones modernas de los clásicos de la navidad.
Referencia: It’s beginning to smell (and sound) a lot like Christmas: the interactive effects of ambient scent and music in a retail setting. Journal of Business Research, 2005. https://doi.org/10.1016/j.jbusres.2004.09.005