Desde hace mucho tiempo se ha planteado un debate, aún sin resolver completamente, respecto al carácter hereditario o genético de la inteligencia.
Al respecto, algunos alegan que la mayor parte de la inteligencia es heredada; por otro lado, otros argumentan que la experiencia y las interacciones con el entorno son los factores más determinantes para el desarrollo del intelecto.
Sobre este tema, recientemente se ha descubierto que el ambiente tiene la capacidad de alterar la expresión de un gen a nivel cerebral que tiene gran influencia sobre la inteligencia.
¿Qué es la epigenética?
El hecho de que el ambiente influya sobre la expresión genética no es una sorpresa para nadie, es lo que se conoce como epigenética.
Al respecto, numerosas investigaciones han demostrado cómo las experiencias modifican la expresión de ciertos genes.
Sin embargo, hasta el momento no se habían llevado a cabo estudios como estos en torno a la inteligencia.
En la actualidad, la epigenética es un campo de estudio bastante fértil, pues ha permitido explorar las relaciones entre el funcionamiento genético y el ambiente.
Así, se ha observado que ciertas condiciones de vida, tales como amenazas persistentes de violencia, desnutrición, altos niveles de estrés y determinados cambios fisiológicos alteran la expresión genética.
También, estos cambios pueden ser favorables, pues se ha observado que el afecto durante la infancia cambia la expresión genética de forma beneficiosa.
Por su parte, los cambios epigenéticos tienen el potencial de tener un efecto determinante en el desarrollo de otras funciones, alterando el curso del desarrollo del organismo, lo que incluye desde el funcionamiento del sistema inmunológico hasta el metabolismo.
Además, se ha observado que algunos cambios epigenéticos pueden ser transmitidos genéticamente a las generaciones futuras, demostrando el poder del ambiente sobre el organismo humano.
A este respecto, recientemente, un equipo de investigadores ha descubierto que las modificaciones epigenéticas de un gen particular están estrechamente relacionadas con la inteligencia.
Esto parece indicar que el ambiente, además de influir sobre el funcionamiento del cerebro, tiene el potencial de modificar el funcionamiento genético a niveles básicos.
El ambiente modifica la expresión de genes asociados a la inteligencia
Para descubrir esto, los investigadores, provenientes de la Charité – Universitätsmedizin Berlín, se dedicaron a analizar las características de varios genes de un grupo de 1.500 adolescentes, comparándolas con sus resultados en pruebas de inteligencia, además de algunos rasgos cerebrales.
En particular, los investigadores se centraron en los genes encargados de la anticipación de recompensas en el cuerpo estriado, la estructura cerebral encargada de la toma de decisiones.
De esta manera, se observó que los bloqueos epigenéticos en el gen DRD2 se traducen en niveles inferiores de inteligencia.
En líneas generales, este gen se encarga del desarrollo de receptores de dopamina, por lo que, al alterarse este proceso en el cuerpo estriado, se ven afectados los procesos de señalización neuronal asociados a la planificación y a la motivación.
Adicionalmente, se observó que el tejido cerebral en dicha estructura era menos denso en los sujetos con el gen DRD2 modificado, lo que aporta más evidencias que apoyan el planteamiento.
Al respecto, los investigadores afirman que si bien no resulta sencillo identificar las causas de este cambio, dados los resultados, es posible concluir que el medio ambiente tiene una gran influencia sobre la actividad genética relacionada con la inteligencia.
Por tanto, se proponen continuar la línea de investigación a fin de comprender en mayor profundidad la relación entre los cambios epigenéticos influidos por el ambiente y las diferencias individuales en torno a la inteligencia.
Referencia: Epigenetic variance in dopamine D2 receptor: a marker of IQ malleability?, (2018). https://doi.org/10.1038/s41398-018-0222-7