El crecimiento del Bitcoin a lo largo de casi 10 años ha dado origen a muchas interrogantes, sobre todo en aquellos que no se encuentran integrados a la red, o bien aquellos que comprenden su funcionamiento, pero aún no confían plenamente en ello.

Y es que para muchos, esta criptomoneda no es más que una moda con un ATH que causó furor en su momento, pero que está destinada a desaparecer. Para otros, sin embargo, sigue teniendo mucho para ofrecer, y se mantienen muy positivos con respecto a su pronóstico. Son estos últimos los que comparan el Bitcoin con el oro, y han llegado incluso a denominar como el “oro digital”. Ahora veremos por qué.

Bitcoin, ¿el oro digital?

Hablemos primero del patrón oro. Podemos definirlo como un sistema monetario en el cual el papel moneda tiene una equivalencia en este metal. Esto significa que el Estado podrá garantizar que cualquier poseedor de determinada cantidad de dólares, por ejemplo, reciba la cantidad de oro equivalente a dichos billetes. En el pasado, esta era una forma de dar garantía a la población de la solidez de una moneda.

Bien sabemos que el oro es un material de sumo valor en todo el mundo, razón por la cual no es extraño que tenga mención a la hora de hablar de economía y negocios. De hecho, ha jugado un papel importante a lo largo de la historia de la humanidad. En este oportunidad, lo utilizaremos como referencia para explicar aspectos relativos al valor de las cosas, pero más aún, para entender el valor del Bitcoin.

Partiendo de aspectos muy básicos, pero relevantes, tenemos que el oro es un producto resultante del procesamiento de una materia prima en bruto. El Bitcoin, de manera similar, es el producto del procesamiento de grandes cantidades de información en bruto. Así también, para extraer el oro, grupos de personas se ubican en lugares oscuros de la tierra, utilizando maquinarias pesadas para dicho proceso. El Bitcoin también es procesado en un lugar oscuro, por grupos de personas cuyos computadores (máquinas pesadas y con un alto poder de cómputo) resuelven algoritmos matemáticos de gran complejidad. Ahora comienza a tener sentido todo, entendemos por qué se ha adoptado el término de minería para la verificación de transacciones para la blockchain.

Bifurcaciones: otra similitud entre el Bitcoin y el oro

Continuando con la referencia del oro, hablamos de un producto brillante, de alto valor, que debe cumplir con un estricto estándar de calidad para poder ser considerado puro, de 24k. El mundo de las criptomonedas se muestra un poco más flexible en este aspecto, y ahora veremos por qué.

En primer lugar, expliquemos en qué consiste una bifurcación. Habrá ocasiones en que para un grupo de personas pertenecientes a una red de criptomonedas será necesario aplicar cambios con los que otros integrantes no estén de acuerdo. Con ello, se genera incompatibilidades que irremediablemente conducen a la separación de ambos grupos. Bien sabemos que este mundo es un vivo ejemplo de democracia, por lo que en estos casos el resultado es la creación de una nueva criptomoneda, con reglas diferentes. Este ha sido el caso, por ejemplo, de otras como Litecoin o Bitcoin Cash.

Existen varios tipos de oro que tienen diferentes usos, y es precisamente este punto de la utilidad un elemento determinante del valor de las cosas. Tenemos oro en capas, blanco, oro rosa, oro verde, oro amarillo, entre otros, y aunque estos ciertamente poseen oro en su composición, no tienen el mismo valor que el de 24k, pues tienen fines diferentes. De manera similar, aquellas bifurcaciones de la cadena de bloques del Bitcoin han dado origen a otras criptomonedas, estas tendrán reglas y funcionamientos diferentes al de esta, y hasta ahora no han logrado igualar su precio.

Sin embargo, a pesar de la gran cantidad de similitudes planteadas entre el Bitcoin y el metal precioso, este último sigue pareciendo más confiable y amigable a la vista de muchos inversores. Podría deberse a que las criptomonedas siguen siendo muy jóvenes en comparación con el oro, tal como ocurre con nuevas monedas digitales que no logran desplazar a este gigante por ser la más antigua, quizás. Sin embargo, el valor en este caso no está dado por la antigüedad, sino por la utilidad y la disponibilidad en un mercado.

Entonces, ¿en qué reside el valor del Bitcoin?

Partamos del hecho de que el valor es subjetivo, es decir, dependerá de la percepción y necesidades de cada persona. Pudiera parecer confuso, pero podemos visualizarlo a través de un ejemplo muy simple. Para una persona sedienta que se encuentre en un desierto, encontrar un vaso de agua o un manantial resultará mucho más útil que conseguir únicamente dinero, por la valorará de manera diferente a como lo haría en otro contexto. Con ello, tenemos que el valor de un determinado bien será definido tanto por la escasez como por la utilidad del mismo.

Durante la primera mitad del siglo XIX, el papel moneda tenía un respaldo en bienes físicos, que por lo general se referían a metales preciosos como el oro y la plata. Por ejemplo, para el año 1944 las Naciones Unidas, en el acuerdo financiero de Bretton Woods estableció que cada onza de oro tendría un valor de US$ 35. En años posteriores, esta equivalencia comenzó a desmoronarse, hasta que en el año 1971 el presidente Richard Nixon tomó la decisión de derribarla. De modo que el dólar dejó de restar respaldado en oro hace ya bastante tiempo.

El dólar americano es una moneda fiduciaria. Esto quiere decir que existe un organismo encargado de emitirla y administrarla, que es una institución bancaria o el Estado de cada país. También la llamamos así porque, aunque en el pasado estuvo apoyada en el oro, actualmente su respaldo es la confianza de los ciudadanos que la utilizan.

El Bitcoin aún genera desconfianza en muchas personas por el hecho de ser una moneda digital, descentralizada, por los complejos procesos de encriptación bajo los cuales funciona la cadena de bloques, pero principalmente por el hecho de carecer de un respaldo en bienes físicos. Pero si comparamos esta situación con el dólar americano de nuestros tiempos, encontramos una similitud muy curiosa, pues ninguno de los dos está respaldado en oro ni ningún tipo de metal precioso.

Ahora bien, imaginemos una situación en que el respaldo del Bitcoin es el oro. Tendríamos una moneda digital que deberá tener su equivalente en forma física, de altísima calidad, el cual debería estar resguardado en un lugar seguro, bajo el cuidado de un tercero, y que además debe dar garantía de cumplir bien con sus funciones. Con ello, se derrumbaría la alabada descentralización, pues incluso el gobierno del país en que se encuentre almacenado el metal precioso deberá ejercer vigilancia y hacer cumplir sus leyes en este tema.

A pesar de que quizás podría dar mayor seguridad a quienes aún se muestran escépticos con relación al mundo de las criptomonedas, lo cierto es que dicho escenario arrastraría nuevamente los problemas asociados a la centralización. Bien sabemos que las monedas digitales tienen sus propios inconvenientes particulares de su estructura y conversión, pero sin lugar a dudas, han logrado revolucionar la forma en que manejamos nuestras finanzas de manera electrónica, brindando gran variedad de ventajas.

Tal como hemos dicho, el valor de las cosas es meramente subjetivo, y esta aseveración nos permite llegar a un punto clave. Tal como con el dólar americano, las personas utilizan el Bitcoin por la confianza que les genera. Y no es para menos, pues funciona bajo una tecnología que garantiza la seguridad de las transacciones sin necesidad de un intermediario. Además de ello, se acaban las barreras territoriales y las comisiones entre bancos diferentes. Con esta criptomoneda, es posible incluso transferir un valor de un lugar del mundo a otro, sin ningún tipo de restricción más que tanto emisor como receptor estén integrados en la red. Es precisamente esto lo que sirve de respaldo para el Bitcoin.

Por supuesto, veremos casos de muchos que aseguran que el Bitcoin es de gran utilidad, pero que muy poco comprenden de ello. Recordemos que su columna vertebral es la cadena de bloques. No únicamente sirve para crear registrar transacciones de criptomonedas, sino que es considerada como un mecanismo de registro y seguridad innovador, aplicable en campos que van más allá del ámbito financiero, y han logrado alcanzar el campo de la medicina.

Romina Monteverde

Venezolana, ingeniera química, redactora y autodidacta.

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