Un equipo de biólogos ha descubierto en la India una población extremadamente inusual de mantis religiosa, que además de alimentarse de otros insectos, busca presas mucho más grandes: peces que nadan cerca de la superficie de los ríos y lagos.
La mantis religiosa, un insecto fácilmente reconocible por sus brazos doblados y puntiagudos, y sus caras triangulares de ojos grandes, es bien conocida por su habilidad depredadora, la cual utiliza principalmente en otros insectos.
Algo nunca antes observado
A pesar de que se ha observado que algunos ejemplares de mantis llegan a alimentarse de vertebrados, como aves pequeñas, lagartijas y ranas, entre otros, en su mayoría, dichos registros no se han validado científicamente o se han producido bajo circunstancias inducidas o manipuladas por el hombre.
Sin embargo, el caso detallado en la India es el primero en el que se registra cómo el insecto se alimenta de peces en un ambiente natural.
De acuerdo a la investigación, el cazador, un macho de la especie conocida como mantis asiática gigante (Hierodula tenuidentata), medía aproximadamente 6 centímetros (2 pulgadas) de longitud, y capturaba pequeños peces guppies, que medían de 2 a 3 centímetros (0.8 a 1.2 pulgadas) de largo.
Curiosamente, el depredador regresó cinco días seguidos y capturó un total de nueve peces. Para alcanzar a su presa, el insecto se desplazó sobre las hojas de los nenúfares y las coles de agua que crecen en la superficie del estanque.
Puntos para analizar
Los investigadores indican que además de ser un caso inusual, curioso y primero en su tipo, la observación de la mantis cazando peces plantea tres nuevos puntos de discusión dignos de más estudio.

Inicialmente, el hecho de que las mantis religiosas cacen vertebrados fuera de las jaulas en los laboratorios, es decir, en su ambiente natural, confirma que una sola especie de invertebrado es capaz de tener un impacto en todo un ecosistema.
En segundo lugar, el descubrimiento cuestiona el conocimiento previo sobre las habilidades visuales de las mantis. Si bien la estructura de sus ojos indica claramente que han evolucionado para cazar a la luz del día, el espécimen masculino estudiado demostró ser un excelente cazador en la oscuridad. Todos los peces que cazó los atrapó al atardecer o a altas horas de la noche.
Nuevas destrezas
Pero además de las habilidades visuales, las mantis pueden haber desarrollado destrezas de aprendizaje, sofisticadas habilidades cognitivas que podrían haber permitido a la mantis desarrollar sus novedosas estrategias de caza.
Al respecto, el coautor del estudio, Roberto Battiston, investigador afiliado al Museo del Canal de Brenta en Valstagna, Italia, manifestó:
“Recordar la abundancia de la presa en un sitio en particular, en relación con su facilidad de captura y su contenido nutricional, podría ser un factor importante de esta elección e indirectamente influir en la aptitud individual del depredador.”
Los autores señalan que esto debería investigarse en nuevos estudios.
Referencia: The fishing mantid: predation on fish as a new adaptive strategy for praying mantids (Insecta: Mantodea). Journal of Orthoptera Research, 2018. https://doi.org/10.3897/jor.27.28067