Dentro de las células, en color azul, pueden observarse los ovillos neurofibrilares de proteína Tau. Créditos: National Institute on Aging/NIH.

El envejecimiento celular es un proceso completamente normal en la vida de los organismos; sin embargo, el aumento de las células envejecidas está asociado a una pérdida significativa de la calidad de vida.

Así, se ha demostrado que las células envejecidas, afectan el tejido circundante, actuando como moléculas tóxicas que deterioran al resto de las células que le rodean.

Aún más, diversas investigaciones han vinculado el envejecimiento celular con la enfermedad de Alzheimer.

Al respecto, recientemente un equipo de investigadores ha descubierto que erradicar este tipo de células puede prevenir y mejorar el pronóstico de la enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencias.

Las células envejecidas aceleran el proceso de neurodegeneración

Tal como se ha señalado, el envejecimiento celular a nivel cerebral promueve la neurodegeneración y, por tanto, la pérdida de las habilidades cognitivas, lo que reduce significativamente la calidad de vida de las personas.

No obstante, siguiendo los resultados de una investigación dirigida por Darren Baker, de la Clínica Mayo, en Minnesota, evitar la acumulación de células envejecidas puede prevenir la enfermedad o atenuar sus síntomas.

En otras palabras, al erradicar las células envejecidas a medida que se van desarrollando a lo largo de la vida, es posible proteger al cerebro contra la degeneración asociada al proceso del envejecimiento celular.

Eliminar las células envejecidas evita el deterioro cognitivo

Los ovillos neurofibrilares de proteína tau están estrechamente relacionados a la enfermedad de Alzheimer. Créditos: Thomas Deerinck, Ncmir/Science Photo Library.

Para concluir esto, los investigadores estudiaron ratones genéticamente modificados para que sus cerebros se degenerasen rápidamente gracias al aumento de ovillos neurofibrilares de proteína tau, característicos del Alzheimer.

Así, tan solo un año después, se observó que en los cerebros de estos ratones había una docena de veces más de estos ovillos que en los ratones sanos el grupo control.

Específicamente, la mayoría de los ovillos neurofibrilares se ubicaban principalmente en las estructuras cerebrales asociadas en la memoria, como el hipocampo, y en la corteza cerebral, sede del pensamiento.

Posteriormente, con el objetivo de determinar si la destrucción de las células envejecidas detenía el proceso de degeneración cerebral, los investigadores cruzaron estos ratones con otro tipo de ratones cuyas células envejecidas podían destruirse de forma selectiva gracias a un medicamento llamado AP.

De esta forma, se observó que la erradicación de las células envejecidas se tradujo en la detención de la degeneración cerebral en los ratones propensos a desarrollar ovillos neurofibrilares de proteína tau, lo que evitó la pérdida de memoria y habilidades cognitivas.

En la misma línea, otras investigaciones han logrado aumentar hasta en un 36% la vida de ratones ancianos al administrarles medicamentos que destruyen las células envejecidas.

En conclusión, todo parece indicar que la destrucción de las células envejecidas detiene el proceso de neurodegeneración, evitando las pérdidas cognitivas asociadas al proceso de envejecimiento celular.

Por tal razón, los científicos se muestran esperanzados, ya que esto pudiese significar el desarrollo de medicamentos que permitan prevenir el Alzheimer o atenuar significativamente sus síntomas.

Referencia: Clearance of senescent glial cells prevents tau-dependent pathology and cognitive decline, (2018). https://doi.org/10.1038/s41586-018-0543-y

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