El peligro que implica para los astronautas la primera misión a Marte no puede ser cuestionado, sobre todo por las revelaciones científicas que sugieren que los niveles de radiación en el ‘Planeta Rojo’ podrían superar la ‘dosis’ máxima permitida para la carrera de un astronauta promedio, exponiéndolo a riesgo de desarrollar cáncer y otras enfermedades crónicas.
Sin embargo, nuevos datos presentados por ESA’s ExoMars sugieren que la situación no es tan grave como se cree, pese a los evidentes riesgos. En concreto, la organización asegura que los astronautas en un viaje a Marte estarían expuestos sólo al 60 por ciento del límite de la dosis recomendada de radiación para su oficio durante el viaje hasta Marte y de regreso a la Tierra.
Los datos, que serán presentados en el Congreso Europeo de Ciencias Planetarias (EPSC), en Berlín, dejan cifras que superan por mucho el nivel de radiación que experimentan los miembros de la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), pero son relativamente bajas, si se comparan con estudios anteriores y el temor de algunos expertos en astronomía y física.
Como hemos dicho, el gran desafío y los riesgos a los que estarán enfrentados los miembros de la tripulación siguen siendo elementos que generan temor, llegando incluso a desalentar a algunos. De hecho, en el supuesto caso de que se pudiera controlar el nivel de radiación en el camino de ida y vuelta a Marte, todavía quedaría por abordar la radiación a la que estarán expuestos los astronautas una vez estén sobre la superficie del planeta.
El informe revela además que Marte no cuenta con el campo magnético o la atmósfera suficiente para prevenir otro aspecto negativo: los rayos cósmicos. Por ello, los miembros de la tripulación deberán contar con protección adicional para proteger sus vidas mientras permanecen en suelo rojo. Por su parte, la NASA ya ha comenzado a probar un chaleco que protege de la radiación para los tripulantes de su nave Orion.