En cuanto al sentido de la audición, los expertos plantean que existen dos tipos de tejido nervioso que transportan la información desde el sistema auditivo hasta el cerebro, permitiéndonos escuchar sonidos.
Específicamente, estos nervios son de tipo I y de tipo II, cada uno de los cuales cumplen funciones distintas.
Sin embargo, recientemente, un equipo de científicos descubrió que hay más de dos clases de tejidos nerviosos que participan en el proceso de la audición.
¿Cómo funciona el proceso auditivo?
Tal como casi todo el mundo sabe, cuando las ondas de sonido entran a nuestros oídos, sacuden una membrana en nuestro oído medio, llamada tímpano, la cual, tiene la función de sacudir un trío de minúsculos huesos que están conectados a la cóclea, un espiral lleno de líquido en el oído interno.
A su vez, en la cóclea, una especie de pelos microscópicos, llamados células ciliadas auditivas son estimulados, por lo que, al moverse, producen distorsiones celulares que las neuronas transforman en señales químicas, lo que nos permite percibir el sonido.
Específicamente, estas neuronas se conocen como neuronas ganglionares en espiral; de este tipo de células nerviosas, el 88% se corresponden se denominan células nerviosas tipo I.
En este sentido, las células nerviosas tipo I tienen una cubierta protectora de mielina a lo largo de su axón, que les facilita el envío de señales nerviosas.
Por su parte, las neuronas que carecen de esta cubierta de mielina se conocen como células nerviosas tipo II.
Así, a diferencia de las células nerviosas tipo I, las neuronas auditivas tipo II, además de enviar señales nerviosas, también reciben y reaccionan a la información externa, por lo que se cree que responden al estrés auditivo como una especie de factor de protección.
Tres nuevas células en el sistema auditivo

Al respecto, si bien se tiene información respecto al funcionamiento de estas clases de células en cuanto al proceso auditivo, a nivel molecular se desconoce cómo funciona realmente el proceso.
Por tanto, un equipo de neurólogos provenientes del Instituto Karolinska se trazó como objetivo analizar la composición química de estas células.
Para ello, los investigadores secuenciaron el ARN de células auditivas de ratones, obteniendo un registro de la composición genética de estas neuronas.
Al hacerlo, se descubrió que los nervios tipo I, en realidad, se corresponden con 3 clases distintas de células nerviosas.
En torno a esto, François Lallemend, quien lideró el equipo de investigación, plantea que ahora se tienen evidencias de que existen 3 vías distintas hacia el sistema auditivo a nivel central, en lugar de una sola, como se creía anteriormente.
Particularmente, se observó que existen cuatro clases de neuronas ganglionares en espiral, conocidas como Ia, Ib, Ic y tipo II, cada una de las cuales se encarga de sintonizar diferentes umbrales de sonido, filtrando, además, las diferentes intensidades en lugares donde hay ruido excesivo.
Adicionalmente, se observó que este tipo de nervios pueden observarse poco tiempo después del nacimiento, por lo que es poco probable que sean el resultado de la influencia ambiental.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que se necesitan más investigaciones a fin de descubrir si esto ocurre también en los seres humanos, pues el estudio se llevó a cabo con ratones de laboratorio.
Finalmente, los investigadores se muestran esperanzados puesto que, al mejorar la comprensión del funcionamiento del sistema auditivo, aumentan las posibilidades de desarrollar tratamientos más adecuados para los problemas de audición.
Referencia: Neuronal heterogeneity and stereotyped connectivity in the auditory afferent system, (2018). https://doi.org/10.1038/s41467-018-06033-3