Cada día, los investigadores profundizan en su comprensión sobre cómo los alimentos ingeridos interactúan con el microbioma intestinal y con el funcionamiento corporal.
Poder predecir cómo están asociados los cambios de la comunidad de microbios intestinales con las enfermedades, la dieta o ambos, ha resultado desafiante debido a la naturaleza cambiante tanto de las bacterias intestinales, como del consumo de alimentos.
Varios estudios muestran la asociación entre la composición del microbioma intestinal y la dieta, pero las relaciones precisas entre los nutrientes individuales y su efecto sobre la composición bacteriana son difíciles de precisar.
Estabilizar es la meta
En este sentido, un equipo de investigadores buscó descubrir cómo estabilizar el microbioma intestinal y separar los efectos de los cambios bacterianos intestinales de la dieta o la enfermedad, un avance que permitiría una comprensión más amplia del vínculo entre el intestino y la salud humana.
Diseñar e implementar una dieta fija es difícil, especialmente en un grupo de personas. La aplicación de un patrón de alimentación en particular es crucial, porque la ausencia de sólo un ingrediente alteraría la composición de esa comida en particular y afectaría los resultados.
En los centros de atención hospitalaria, a pacientes que van desde ancianos hasta personas que están siendo tratadas por trastornos alimentarios, se suele administrar comidas líquidas en forma de batidos embotellados como un suplemento nutricional, y ocasionalmente como la fuente exclusiva de nutrición.
Este enfoque ofreció a los investigadores una oportunidad viable y conveniente para alcanzar unos de los objetivos cruciales del estudio: estabilizar el microbioma intestinal.
Resultados inesperados
Un grupo de 60 voluntarios sanos, compuestos por 25 mujeres y 35 hombres, con edades entre 18 y 70 años, fueron alimentados por seis días exclusivamente con un batido alimenticio de amplia disponibilidad en el mercado (Ensure).
Durante el estudio, los participantes podían tomar todo el batido sustitutivo de la comida como quisieran, pero no tenían otro alimento o bebida. además del agua. Después del tercer día, los sujetos recibieron una gran cantidad de un nutriente, llamado spike-ins, para ver qué efectos tenía en el microbioma y si su influencia era reproducible.
Para sorpresa de los autores, la variabilidad día a día del microbioma intestinal no disminuyó.
Los investigadores llegaron a la conclusión de que la dieta estandarizada no tiene el efecto de estabilizar el microbioma intestinal.
Lo que se detectó a lo largo del estudio fue un alto grado de estrés en la microbiota de los participantes individuales inducido por la dieta, que, podría atribuirse a la cantidad de azúcar procesada contenida en el batido alimenticio.
El equipo se sorprendió igualmente al descubrir que los efectos de la mayoría de los nutrientes, excluyendo las fibras inulina y pectina, a pesar de ser administrados en dosis altas, produjeron poco efecto en la composición del microbioma y ningún impacto reproducible entre los sujetos.
El investigador Thomas Gurry, académico en el Departamento de Ingeniería Biológica y al Centro de Microbioma Informática y Terapéutica del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), y coautor del estudio, expresó:
“Ahora sabemos que una dieta estandarizada no es una forma efectiva de limpiar una señal en un estudio que mide las asociaciones entre la composición del microbioma y la enfermedad, ni reduce la variabilidad del microbioma intestinal cotidiana.”
Referencia: Predictability and persistence of prebiotic dietary supplementation in a healthy human cohort, Scientific Reports, 2018. https://doi.org/10.1038/s41598-018-30783-1