Aunque existe evidencia que sugiere que la alergia al gluten podría incrementar el riesgo de esquizofrenia y otros trastornos del estado de ánimo, el papel del gluten en la fisiopatología de las enfermedades mentales graves sigue siendo incierto.
El gluten es un compuesto de proteína que se encuentra en granos como el trigo, el centeno, la cebada y la espelta. En realidad, consta de 2 proteínas diferentes: glutelina y gliadina, y es la sustancia que le da a la masa su textura elástica.
Sensibilidad al gluten
Los problemas con el gluten generalmente se asocian con la enfermedad celíaca, que es una afección autoinmune en la que el sistema inmune reacciona anormalmente al gluten y causa daño al intestino delgado. Este daño interfiere con la absorción de nutrientes y conduce a diversos trastornos gastrointestinales y de otro tipo.
Hay muchos trastornos psiquiátricos asociados con la enfermedad celíaca incluyendo depresión, ansiedad, esquizofrenia, TDAH y autismo, entre otros.
La sensibilidad al gluten es un problema que ha sido reconocido recientemente. Las personas con esta condición no muestran los mismos síntomas gastrointestinales que las personas con enfermedad celíaca y, de hecho, pueden no tener ningún problema gastrointestinal.
Los problemas neurológicos y psiquiátricos pueden ser las principales presentaciones para las personas con sensibilidad al gluten y, debido a que estos temas son en gran parte desconocidos o no reconocidos por la profesión médica general, pueden pasar sin tratamiento.
Investigadores han encontrado péptidos de gluten en la orina de personas con esquizofrenia, autismo, TDAH y depresión.
Salud intestinal y problemas de salud mental
Estos hallazgos sugieren que los trastornos psicológicos se originan en el intestino y que las proteínas de gluten que no se digieren adecuadamente se convierten en sustancias con propiedades químicas similares a los opiáceos como la morfina y la heroína, que cruzan la barrera hematoencefálica y bloquean ciertas áreas del cerebro.
Curiosamente, hay una prevalencia mucho mayor de enfermedad celíaca en personas con esquizofrenia; aunque estos dos trastornos tienen aproximadamente la misma prevalencia en la población general, estas incidencias son mucho mayores de lo que cabría esperar sólo por azar.
El vínculo entre estos trastornos se reconoció ya en la década de 1950. Para 1966 se planteó una hipótesis de que en individuos portadores del genotipo de esquizofrenia, la ocurrencia real del trastorno puede estar relacionada con el consumo de cereales como el trigo y el centeno.
Es decir, que tener una predisposición genética a la esquizofrenia no necesariamente significa que se vaya a desarrollar este trastorno, pero que ciertas cosas pueden desencadenar su desarrollo.
Existen varias teorías sobre por qué el gluten causa o desencadena estos problemas de salud mental en personas susceptibles. Estas teorías incluyen alergias alimentarias, respuestas inmunes e interferencia en procesos cerebrales, provocados por exorfinas que se absorben en la corriente sanguínea del intestino y luego pasan a través de la barrera hematoencefálica para afectar el sistema nervioso central.
Todo esto revela el papel que tiene la salud intestinal en el desarrollo y mantenimiento de problemas de salud mental y pone de relieve la conexión del eje intestino-cerebro. Para muchas personas el gluten es un problema para la salud intestinal, pero claramente tiene vínculos con muchos problemas de salud mental.
Referencias:
Autism and Schizophrenia: Intestinal Disorders. Nutritional Neuroscience, 2016. https://doi.org/10.1080/1028415X.2000.11747303
Prevalence of Celiac Disease and Gluten Sensitivity in the United States Clinical Antipsychotic Trials of Intervention Effectiveness Study Population. Schizophrenia Bulletin, 2011. https://doi.org/10.1093/schbul/sbp055
Antibodies to wheat gliadin in blood of psychiatric patients: possible role of emotional factors. Biological Psychiatry, 1972. http://psycnet.apa.org/record/1973-09330-001
Gluten related illnesses and severe mental disorders: a comprehensive review. Neuroscience & Biobehavioral Reviews, 2018. https://doi.org/10.1016/j.neubiorev.2017.08.009