De acuerdo con los resultados de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Northwestern, el alto nivel de azúcar en la sangre de una mujer embarazada está relacionado con un riesgo significativamente mayor de obesidad a largo plazo en su hijo, incluso más de una década después.
La investigación también reveló que las madres con niveles elevados de azúcar en sangre durante el embarazo, incluso si no son lo suficientemente altas como para cumplir con la definición de diabetes gestacional, también tuvieron una probabilidad significativamente mayor de desarrollar diabetes tipo 2 una década después del embarazo.
Efectos a largo plazo
Los criterios se basaron en los datos del Hiperglicemia y Embarazo Adverso (HAPO, por sus siglas en inglés), un estudio de cohorte multinacional, racialmente y étnicamente diverso, cuyos resultados se informaron por primera vez en 2008.
El estudio de seguimiento examinó 23.316 parejas de madres y sus hijos en 10 centros clínicos en siete países: Estados Unidos, Canadá, Israel, el Reino Unido, Hong Kong, Tailandia y Barbados.
La investigación demuestra que las perturbaciones de tener niveles de glucosa sanguínea modestamente elevada durante el embarazo, se extienden por más de una década, tanto para la madre como para el niño.
Los autores del estudio analizaron a 4.832 niños por sobrepeso y obesidad, considerando los datos del índice de masa corporal (IMC), el porcentaje de grasa corporal, el grosor del pliegue cutáneo y la circunferencia de la cintura.
Todas estas medidas mostraron que los niños nacidos de madres con niveles elevados de glucosa a los 10 y 14 años de edad tenían más probabilidades de ser obesos.
Los investigadores encontraron que entre los hijos de madres con diabetes gestacional, el 39,5 por ciento presentó sobrepeso u obesidad moderada y el 19,1 por ciento eran obesos. Por su parte, los hijos de madres sin diabetes, el 28,6 por ciento mostró sobrepeso u obesidad moderada y el 9,9 por ciento, obesidad.
No sólo afecta a los hijos, también a las madres
En complemento, el estudio examinó a 4.697 madres con diabetes tipo 2, prediabetes y otros trastornos del metabolismo de la glucosa.
En la visita de seguimiento realizada entre 10 y 14 años después del parto, las mujeres con niveles de glucosa elevados durante el embarazo, casi el 11 por ciento tenía diabetes tipo 2 y alrededor del 42 por ciento tenía prediabetes.
De sus contrapartes que no tuvieron niveles elevados de glucosa durante el embarazo, alrededor del 2 por ciento tenía diabetes tipo 2 y cerca del 18 por ciento tenía prediabetes.
El Dr. Boyd E. Metzger, catedrático en la Escuela de Medicina de la Universidad de Northwestern y autor principal del estudio, comentó:
“Esta investigación demuestra los efectos perjudiciales a largo plazo para la madre y el niño de la glucosa sanguínea elevada en el embarazo, y revela la importancia de la intervención temprana para las mujeres en riesgo de diabetes gestacional.”
Los autores de estudio esperan que estos resultados se utilicen para mejorar la salud de las generaciones venideras.
Referencia: Association of Gestational Diabetes With Maternal Disorders of Glucose Metabolism and Childhood Adiposity. JAMA Network, 2018. https://doi.org/10.1001/jama.2018.11628