Las compulsiones son rituales o conductas repetitivas bastante rígidas que ejecutan las personas para reducir la ansiedad; en particular, las conductas compulsivas son un síntoma característico del trastorno obsesivo compulsivo.
En este sentido, el trastorno obsesivo compulsivo afecta aproximadamente al 2% de los estadounidenses; no obstante, los tratamientos farmacológicos existentes, no resultan del todo efectivos para aliviar el malestar de los pacientes diagnosticados con este trastorno.
A este respecto, un equipo de investigadores de la Universidad de California ha descubierto uno de los mecanismos cerebrales asociados a las conductas repetitivas que, en el mejor de los casos, puede allanar el camino para desarrollar tratamientos más efectivos para este trastorno.
Los astrocitos y las conductas compulsivas
La investigación estuvo dirigida por Baljit Khakh, quien, junto a su equipo de investigadores, se centraron en estudiar una clase de células neurales llamadas astrocitos, cuya principal función es servir de soporte para las neuronas.
Adicional a esto, se ha observado que los astrocitos participan de alguna forma en la regulación del comportamiento neuronal a partir de señales de calcio, sin embargo, hasta el momento, esta función no había sido estudiada a cabalidad.
Para investigar esto, los científicos desarrollaron un método que les permitió reducir las señales de calcio de los astrocitos en el cerebro de un grupo de ratones, para lo que desarrollaron una variación de una bomba, denominada CalEx, que reducía las elevaciones de calcio a nivel celular.
En la misma línea, los investigadores prestaron especial atención a una estructura cerebral llamada cuerpo estriado, que está relacionado al control motor y se ve involucrada en algunos trastornos cerebrales.
Entonces, al poner esto en práctica en un grupo de ratones sanos, se observó que su comportamiento cambió sorprendentemente, pues, al ser colocados en áreas abiertas, estos animales preferían quedarse en las esquinas, lo que llevó a pensar a los investigadores que estaban sufriendo de algún trastorno motor o de ansiedad.
Sin embargo, al evaluar esto, se descubrió que este no era el problema, sino que, más bien, los ratones habían empezado a acicalarse de forma excesiva. De hecho, sus sesiones de acicalado fueron un 450% más largas que las de ratones que no habían sido tratados.
Al respecto, los investigadores indican que su comportamiento se asemejaba a las conductas repetitivas de las personas diagnosticadas con trastorno obsesivo compulsivo.
El cuerpo estriado participa en las compulsiones
Por su parte, cuando se llevó a cabo el mismo procedimiento en otras partes del cerebro, no se observaron los mismos efectos, lo que lleva a pensar que es el cuerpo estriado el área cerebral clave en el trastorno obsesivo compulsivo.
Entonces, tras realizar otras evaluaciones a fin de determinar los mecanismos funcionales, tanto moleculares como neurales, los investigadores descubrieron que los astrocitos son las células responsables de regular la actividad de las neuronas cercanas al modificar los niveles del neurotransmisor GABA en el cuerpo estriado.
De esta manera, los investigadores concluyen que este descubrimiento puede significar el desarrollo de nuevos y mejores tratamientos para el trastorno obsesivo compulsivo y otros padecimientos psiquiátricos.
Referencia: Reducing Astrocyte Calcium Signaling In Vivo Alters Striatal Microcircuits and Causes Repetitive Behavior, (2018). https://doi.org/10.1016/j.neuron.2018.08.015