Desde su introducción al mercado, la píldora anticonceptiva se ha considerado como una maravilla de la química moderna, pues, al ser el método más popular de control de la fertilidad, le da a la mujer total potestad de tomar decisiones en torno a su sexualidad y su maternidad.

Ya desde la antigüedad existían métodos anticonceptivos, pues existen registros que sugieren que, para el año 1500 a.C., las mujeres introducían heces de cocodrilo en su canal vaginal antes de tener relaciones sexuales para evitar el embarazo.

También, las egipcias descubrieron que al introducir una especie de supositorios en su vagina, compuestos de semillas trituradas de granada y cera, podían evitar el embarazo, ya que esta fruta contiene estrógenos naturales que impiden la ovulación.

A partir de allí, fueron muchos los métodos que empleaban las mujeres para evitar embarazos no deseados; sin embargo, no fue sino hasta la década de los sesenta cuando se introduce la primera píldora anticonceptiva en los Estados Unidos, de mano de la empresa farmacéutica Searle.

Más adelante, la píldora llega a Europa, sin embargo, solo está disponible en farmacias y únicamente se consigue por prescripción médica, ya que era recomendada exclusivamente para regular trastornos menstruales en mujeres casadas.

Finalmente, al finalizar esta década y al inicio de los años setenta, gracias a la revolución sexual, los anticonceptivos orales dejan de ser la manzana de la discordia, llegando a ser usados por millones de mujeres alrededor del mundo.

En este sentido, se considera que el desarrollo y la comercialización de la píldora anticonceptiva ha sido el fenómeno que más impacto ha tenido sobre la sociedad durante el siglo 20, permitiendo una adecuada planificación familiar.

En la actualidad, la píldora y otros métodos anticonceptivos forman parte normal de nuestra vida cotidiana, pues constantemente se desarrollan nuevos productos que aumentan nuestro rango de elección, dependiendo de las características de cada quien y de los beneficios que se desean alcanzar.

No obstante, si bien la píldora anticonceptiva es una de las maravillas modernas de la humanidad, tiene un lado oscuro, pues las mujeres que la toman se someten a la probabilidad de sufrir efectos secundarios adversos de los que muchas personas no hablan. Veamos qué hay detrás de todo esto.

Así funcionan las píldoras anticonceptivas

En líneas generales, la píldora anticonceptiva suele ser una combinación de estrógenos y progesterona que evitan que la mujer ovule, además de ejercer cambios en el aparato reproductor femenino, impidiendo el desarrollo de un embarazo.

El ciclo menstrual inicia con un aumento de los niveles de estrógeno, hormonas sexuales femeninas responsables de su capacidad reproductiva. Así, esta hormona engrosa el tejido que reviste el útero, de forma que esté preparado para recibir el óvulo una vez que ha sido fecundado.

Catorce días después de esto, cuando los niveles de estrógenos llegan a su pico máximo, el organismo considera que el endometrio, tejido que reviste el útero, está listo para recibir el óvulo, por lo que este es liberado por uno de los ovarios.

Luego de la ovulación, la progesterona, otra hormona sexual femenina, empieza a aumentar a modo de preparación para un posible embarazo; si el embarazo no ocurre, los niveles de progesterona disminuyen, el endometrio cae y la mujer menstrúa.

De esta manera, siendo las píldoras anticonceptivas una forma sintética de progesterona y estrógeno, evitan la ovulación, puesto impiden que los niveles de estrógeno suban.

Por tanto, el organismo nunca llega a estar preparado para liberar el óvulo y no se produce la ovulación.

Adicionalmente, esta combinación de hormonas espesa el moco cervical, impidiendo que los espermatozoides puedan llegar hasta el óvulo.

No obstante, la introducción de hormonas adicionales en el organismo, puede implicar efectos secundarios no deseados bastante molestos. Tal como sabemos, las hormonas tienen un gran poder para regular ritmos biológicos y el comportamiento humano.

En este sentido, si de por si el organismo femenino está sujeto a cambios hormonales constantes y en ocasiones extremos, añadir dosis más altas de hormonas puede resultar en efectos secundarios desagradables que merman el bienestar de las mujeres; veamos las posibilidades más comunes.

Estos son los efectos secundarios del píldora anticonceptiva

1. Sangrado intermenstrual

Las pastillas anticonceptivas pueden descontrolar el ciclo menstrual; de hecho, uno de los efectos secundarios más comunes tras el consumo de anticonceptivos orales es el sangrado vaginal entre períodos menstruales.

De acuerdo a diversas investigaciones, el 50% de las mujeres suelen experimentar sangrado intermenstrual cuando empiezan a tomar píldoras anticonceptivas, al menos durante los primeros tres meses.

Luego de esto, el porcentaje suele reducirse a un 10%; sin embargo, el sangrado intermenstrual, además de ser molesto para la mayoría de las mujeres, cuando ocurre por demasiado tiempo, puede desencadenar anemia, afectando de forma significativa la salud de las mujeres.

Esto se debe a que tomar hormonas descontrola el ciclo natural, especialmente cuando el régimen se sigue de forma irregular. Por tanto, es importante mantener contacto con el médico tratante para evitar consecuencias negativas.

1. Náuseas y sensibilidad en los senos

Estos son otros dos efectos secundarios bastante comunes que experimentan las mujeres al tomar píldoras anticonceptivas.

El consumo de anticonceptivos orales puede hacer que los senos se inflamen y aumenten de tamaño, por lo que estarán más sensibles.

Adicionalmente, las pastillas anticonceptivas pueden hacer que el organismo retenga líquido, lo que también afecta la sensibilidad en los senos.

En segundo lugar, las náuseas y las ganas de vomitar, son otros de los efectos secundarios de las píldoras anticonceptivas, especialmente cuando se inicia el consumo, ya que el organismo aún no se ha adaptado a niveles tan altos de hormonas.

3. Migraña y dolor de cabeza

La píldora anticonceptiva, especialmente las cíclicas y las que se componen de altas cargas de estrógeno, pueden afectar la incidencia de migraña.

En líneas generales, se ha demostrado que la migraña afecta, en mayor medida, a las mujeres que a los hombres, debido a los cambios hormonales.

De hecho, se plantea que el 60% de las mujeres que sufren de migraña, ven exacerbado este padecimiento con los cambios característicos del ciclo menstrual, especialmente durante la mitad del ciclo, cuando los niveles sanguíneos de estradiol, un tipo de estrógenos, disminuyen estrepitosamente.

3. Aumento de peso

Este es uno de los efectos secundarios más temidos por las mujeres, además de la principal causa del abandono de las píldoras anticonceptivas.

En este sentido, se advierte que, tras consumir este medicamento, pueden aumentarse entre 2 y 3 kilogramos.

Al respecto, se ha observado que los estrógenos y la progesterona alteran el metabolismo de las grasas y el colesterol, por lo que los tratamientos basados en anticonceptivos orales, pueden implicar el aumento de la acumulación de lípidos, especialmente en el área abdominal.

Por su parte, las mujeres que tienen susceptibilidad genética al aumento de peso, además de un estilo de vida poco saludable, pueden ser más vulnerables a engordar tras consumir píldoras anticonceptivas.

4. Cambios de humor: ansiedad, depresión y bienestar

Muchas mujeres reportan que, tras iniciar el consumo de píldoras anticonceptivas, dejan de sentirse ellas mismas, de hecho, investigaciones demuestran que este fármaco altera el cerebro de las mujeres, lo que se traduce en cambios conductuales importantes.

En un estudio se comparó el cerebro de mujeres que toman la píldora anticonceptiva con el de mujeres que no la consumen, descubriéndose que ciertas estructuras cerebrales, especialmente a nivel de la corteza prefrontal, cambian morfológicamente.

Esto afecta diversas funciones, tal como la toma de decisiones y la regulación de las emociones, aumentando el riesgo de padecer ansiedad y depresión.

Así mismo, siguiendo los resultados de una investigación del Instituto Karolinska, en Suecia, se observó que los anticonceptivos orales tienen un efecto negativo sobre el bienestar femenino.

Específicamente, tras evaluar a 340 mujeres de entre 18 y 35 años, algunas de las cuales tomaron anticonceptivos combinados de etinilestradiol y levonogestrel por tres meses, se descubrió que aquellas que recibieron el tratamiento reportaban menores niveles de energía y autocontrol, además de un desmejoramiento general del estado de ánimo.

5. Disminución del deseo sexual

Tal como se ha demostrado, las hormonas pueden alterar el funcionamiento del organismo, por lo que, uno de los efectos secundarios de los anticonceptivos orales puede ser la pérdida o disminución del deseo sexual.

El estrógeno que compone las píldoras anticonceptivas se ha relacionado con la reducción de los niveles de testosterona, una hormona predominantemente masculina que se asocia a altos niveles de deseo sexual.

En torno a esto, de acuerdo a un estudio, cuando se toman pastillas anticonceptivas, aumentan hasta cuatro veces los niveles de globulina fijadora de hormonas sexuales, lo que se traduce en un descenso importante de los niveles de testosterona.

En la misma línea, la píldora anticonceptiva puede hacer que disminuyan los niveles de lubricación vaginal, por lo que puede mermar el desempeño sexual de las mujeres.

6. Infecciones vaginales

En la vagina se encuentran una serie de bacterias beneficiosas que forman parte de la microbiota vaginal, cuya función es proteger la zona y evitar que sea colonizada por organismos patógenos que son la causa de infecciones y problemas vaginales.

En este sentido, algunos factores que pueden afectar la microbiota vaginal son los cambios hormonales durante el ciclo menstrual, la actividad sexual y el uso de anticonceptivos orales.

Cuando esto ocurre, los agentes patógenos pueden destruir las microbiota vaginal, generando dolencias tales como vaginitis y vaginosis bacteriana.

La vaginitis, también conocida como vulvovaginitis es una inflamación común de la mucosa vaginal que produce síntomas tales como dolor, picor, edema, aumento de las secreciones vaginales y hasta mal olor.

Por su parte, la vaginosis bacteriana se trata de una infección causada por el exceso de ciertas bacterias en el área vaginal que produce síntomas desagradables tales como picazón, ardor al orinar y flujo vaginal anormal con olores desagradables.

7. Enfermedades cardiovasculares

Finalmente, otro efecto secundario de la píldora anticonceptiva es el aumento del riesgo de que se formen coágulos sanguíneos en las arterias.

Específicamente, al consumir pastillas anticonceptivas, aumentan las probabilidades de sufrir enfermedades tales como tromboembolismo, hipertensión, accidentes cerebrovasculares e infartos en el miocardio.

Así mismo, estos riesgos son más elevados en mujeres fumadoras, mayores de 35 años, diabéticas, hipertensas y con trastornos del metabolismo, por lo que están contraindicadas para este grupo de personas.

Referencias:

  1. The Contraceptive Pill, Side Effects and Personality: Report of a Controlled Double Blind Trial. https://doi.org/10.1192/bjp.116.531.169
  2. Hormonal birth control use and relationship jealousy: Evidence for estrogen dosage effects. https://doi.org/10.1016/j.paid.2010.09.012
  3. Oral contraceptive use changes brain activity and mood in women with previous negative affect on the pill—A double-blinded, placebo-controlled randomized trial of a levonorgestrel-containing combined oral contraceptive. https://doi.org/10.1016/j.psyneuen.2012.11.006
  4. Women’s satisfaction with birth control: a population survey of physical and psychological effects of oral contraceptives, intrauterine devices, condoms, natural family planning, and sterilization among 1466 women. https://doi.org/10.1016/S0010-7824(99)00034-7

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