Amelia Earhart es considerada una de las aviadoras más conocidas a nivel mundial, gracias a sus hazañas tras el mando de un avión, además de su trágica desaparición en el océano Pacífico.

Asimismo, dadas sus peculiares cualidades, es un símbolo de la liberación femenina y un personaje admirado por muchas mujeres alrededor del mundo.

Esta aviadora nació el 24 de julio de 1897, en Atchinson, Kansas y, desde muy joven, se mostraba interesada por actividades que para ese momento no se consideraban típicamente femeninas.

De hecho, desde su más tierna infancia, Earhart fue inquieta y audaz, disfrutando de escalar árboles, deslizarse en trineo y disparar con el rifle.

También disfrutaba de coleccionar recortes de periódicos de mujeres famosas que se destacaban en actividades tradicionalmente practicadas por hombres.

Entre sus proezas, tal como comentaremos más adelante, se cuentan haber cruzado el Atlántico a bordo de un avión pilotado por ella misma y haber llevado a cabo exitosamente el primer vuelo desde Hawái hasta territorio continental en Estados Unidos, entre otras.

Hagamos entonces, un recorrido de la vida y obra de esta gran mujer que, con mucho esfuerzo y entereza, se convirtió en un ídolo mundial y en una figura de suma importancia dentro del movimiento feminista.

Amelia Earhart: leyenda de la aviación

El primero contacto de Amelia Earhart con el mundo de la aviación ocurrió cuando tenía tan solo 10 años; sin embargo, cuando vio su primer avión, no se sintió tan impresionada.

De hecho, describió el aeroplano como “una cosa de alambre oxidado y madera que no tiene nada de interesante”, sin saber que más adelante, se convertiría en la primera mujer en sobrevolar el atlántico en solitario.

Luego de esta experiencia, Amelia no tendría más contacto con el mundo de la aviación hasta el año de 1920, cuando, al asistir a un espectáculo aéreo en Long Beach junto a su familia, quedó irremediablemente prendada de los aviones.

En este espectáculo, logró que la llevasen a bordo de un biplano en el que sobrevoló durante 10 minutos sobre la ciudad de Los Ángeles, sobre lo que comentó: “tan pronto como despegamos, sabía que tendría que volar de ahora en adelante”.

Por tanto, tomó clases de aviación junto a otra pionera en el campo, Neta Snook, logrando comprar su primer aeroplano, una nave tipo Kinner a la que le puso por nombre “El Canario”.

Tras múltiples accidentes, no logró ganar mucha credibilidad como piloto, hasta que, con mucho esfuerzo, en octubre de 1922 consiguió romper el récord de altitud al volar a 4.276 metros de altura.

Por su parte, recibió su licencia de piloto, de la mano de la Federación Aeronáutica Internacional, en 1923, convirtiéndose en la decimosexta mujer en la historia en recibir esta credencial.

Así, poco a poco fue llamando la atención de los medios, lo que le valió la inclusión en diversas asociaciones de aeronáutica, además del título de una de las mejores mujeres piloto de los Estados Unidos.

Sin embargo, aún faltaba para consagrarse como el ícono que representa en la actualidad, pues sería la hazaña de sobrevolar el atlántico por sí misma lo que consolidaría su posición en el mundo de la aviación.

La primera mujer en sobrevolar el Atlántico

Durante el mes de abril de 1928, Amelia Earhart recibiría una llamada que cambiaría su vida sin vuelta atrás.

El Capitán H.H. Railey la contactó para convencerla de que se convirtiera en la primera mujer en cruzar el océano Atlántico, con el apoyo de Amy  Guest, una aristócrata estadounidense que había adquirido un Fokker F.VII para la aventura.

La idea original era que Amelia pilotara la nave; sin embargo, las presiones familiares hicieron que desistiera de la idea, por lo que el avión terminó siendo dirigido por el piloto Wilmer Stultz y el Mecánico Louis Gordon.

De esta manera, Amelia, en compañía de Stultz y Gordon, se convirtió en la primera mujer en cruzar el Atlántico como pasajera en un vuelo de avión; esta nave fue bautizada “Friendship”, o amistad, despegando el 3 de Junio de 1928 con destino a Nueva Escocia.

No obstante, se vieron obligados a aterrizar en Burry Port, al sur de Gales, en lugar de Irlanda tal como estaba planeado, debido a que tenían poco combustible.

Si bien esta hazaña le valió una gran cantidad de reconocimiento internacional, Earhart no se creía merecedora de ello, pues, en sus palabras, sólo había viajado como pasajera o, como ella lo describe “Sólo era un equipaje, como un saco de patatas”.

Por tanto, cuatro años más tarde, Amelia intentaría hacer el vuelo en solitario, emulando al único que lo había logrado: Charles Lindbergh.

De esta manera, el 20 de mayo de 1932, Amelia despegó a bordo de un Lockheed Vega 5B de color rojo desde Harbor Grace con destino a París.

A lo largo del recorrido, se vio obligada a enfrentar muchos obstáculos, tales como la fatiga asociada al esfuerzo, además de fugas en el tanque de combustible y fallas en el colector del avión, que producían llamas por el costado del capó del motor.

Así, debido a las condiciones climáticas y a las dificultades mecánicas que experimentó durante el vuelo, terminó aterrizando en una granja cerca de la localidad de Derry, en Irlanda, completando su proeza en tan solo 14 horas y 56 minutos.

De esta manera, sin ningún tipo de ayuda y confiando plenamente en sus capacidades como piloto, Amelia Earhart logró demostrarle al mundo entero que la aviación no es un campo restringido para las hombres, pues con los conocimientos y las capacidades necesarias, cualquier mujer puede alcanzar los objetivos que se plantee.

Por su hazaña, Amelia fue recibida con un desfile en la ciudad de Nueva York, además de conferírsele una medalla de National Geographic Society de la mano del mismísimo presidente John Edgar Hoover, además del reconocimiento Distinguished Flying Cross, por parte del Congreso de los Estados Unidos de Norteamérica.

Sin embargo, la ambición que le caracterizaba, le valdría su desaparición al intentar darle la vuelta al mundo en 1937; veamos qué hay detrás de la misteriosa desaparición de Amelia Earhart.

La fatídica y misteriosa desaparición de Amelia Earhart

Amelia y Noonan se preparan para lo que sería su viaje final.

Amelia Earhart anunció, en 1937, que intentaría dar la vuelta al mundo usando una ruta distinta a la que frecuentemente se utilizaba en esta aventura.

Para el momento, para hacer un viaje alrededor del mundo, era necesario hacerlo en etapas cortas a lo largo de los cielos del Hemisferio Norte.

Sin embargo, Amelia estaba decidida a hacerlo siguiendo la línea del Ecuador, junto a su copiloto, el Capitán Frederick J. Noonan, a bordo de un avión bimotor modelo Lockheed Electra 10-E.

Iniciaron su travesía el 1 de junio de 1937, despegando desde Miami hasta Sudamérica, donde virarían hacia África para después llegar a las Indias Orientales.

Pero, lamentablemente, el avión nunca llegaría a su destino; luego de completar 33.000 kilómetros de viaje en 30 días, lo que corresponde a dos tercios de la travesía, la aeronave desapareció en medio de una tormenta el 2 de Julio de ese mismo año.

Esta desgracia ocurrió justo cuando Amelia y su acompañante realizaban la penúltima etapa de su travesía, yendo desde Lae, en Nueva Guinea, hasta la isla Howland, cerca de Australia.

En este sentido, su último contacto fue con un guardacostas de la Isla Howland, a quien se le comunicó que no habían sido capaces de divisar la isla aún y que se estaban quedando sin gasolina.

Al saberse de la desaparición, el Gobierno de los Estados Unidos invirtió una gran cantidad de recursos en labores de búsqueda y rescate para dar con Amelia y Noonan, sin embargo, los esfuerzos no rindieron sus frutos.

En torno a esta misteriosa desaparición, se desarrollaron múltiples teorías especulativas, que, hasta el momento, no han sido confirmadas totalmente.

¿Qué pasó con Amelia Earhart?

La conclusión oficial por parte de las autoridades es que Amelia y su copiloto se quedaron sin combustible en medio del océano Pacífico, por lo que se estrellaron y murieron.

Sin embargo, en los últimos tiempos, otra teoría, que plantea que murieron como náufragos, ha cobrado fuerza significativamente.

De acuerdo al Grupo Internacional para la Recuperación de Aviones Históricos, Earhart sobrevivió a un aterrizaje de emergencia en el Pacífico, que la llevaría hasta la Isla Gardner, a unos 350 kilómetros de la isla Howland, pero moriría poco después como naufraga.

Sobre esto se tienen evidencias tales como una imagen analizada por analistas forenses en los que se puede ver, aparentemente, su tren de aterrizaje, como parte de los restos del aterrizaje forzoso.

Así mismo, tal como veremos más adelante, el análisis de un esqueleto de un náufrago, descubierto en esa isla en 1940, parece coincidir con el de una mujer con sus características peculiares.

Otra teoría en torno a la desaparición de Amelia y Noonan reza que lograron aterrizar en las Islas Marshall, donde fueron hechos prisioneros por los japoneses y murieron en cautividad en Saipán.

Parte de las evidencias que respaldan esta teoría están representadas por una foto en el muelle del Atolón de Jaluit, en las mencionadas islas, donde vagamente se puede distinguir la figura de ambos pilotos en vida, cerca de una nave japonesa.

Se cree que la persona sentada al fondo es Amelia, mientras que el hombre de la izquierda, se ha identificado como Noonan.

En la misma línea, hay personas que defienden que Emilia y Noonan eran espías que fueron encomendados a realizar una misión secreta de reconocimiento sobre las islas en cuestión, pero fueron capturados, por lo que la historia se mantiene como un secreto de estado.

No obstante, estos planteamientos se basan principalmente en una película de ficción de 1943, llamada Flight for Freedom, en la que se hace referencia, de forma poco precisa, a la vida de Amelia Earhart.

Finalmente, una variación de esta extravagante teoría conspirativa es que Amelia sobrevivió y volvió a los Estados Unidos, donde continuó su vida con una identidad falsa, llamándose Irene Bolam, hasta 1982 cuando supuestamente murió.

Nuevas pistas parecen develar el misterio en torno a su desaparición

En 1940 fueron encontrados restos humanos en un remoto lugar en al sur del Océano Pacífico; sobre estos, tras un primer análisis forense llevado a cabo por el médico D.W. Hoodles, se llegó a la conclusión de estos huesos pertenecían a un hombre.

Sin embargo, en marzo de 2018, el Profesor emérito de Antropología y Director del Centro de Antropología Forense de la Universidad de Tennessee, Richard Jantz, tras un reexaminar estos restos, concluyó que se corresponden de forma muy cercana con las cualidades antropométricas de Amelia Earhart, desaparecida en 1937 y cuyo caso se convirtió en uno de los mayores misterios de la aviación.

Específicamente, Jantz plantea que existen evidencias certeras que permiten afirmar que Amelia murió como náufraga en la isla de Nikumamororo, entre Hawái y las Islas Salomón.

Usando técnicas cuantitativas modernas, Jantz y su equipo compararon las longitudes de los huesos encontrados con los de la aviadora, estimados a partir de fotografías y su ropa, además de medidas tomadas en algún momento de su vida por una costurera, dentro de las que se incluían la longitud de su entrepierna y la circunferencia de su cintura.

Por tanto, los investigadores se encuentran bastante seguros al afirmar que estos restos óseos tienen más similitud con la fisiología de Earhart que con el 99% de las personas que componen las bases de datos de referencia.

Así mismo, junto a los restos en cuestión, fueron descubiertas otras pertenencias que apoyan las conjeturas, tales como parte de un zapato femenino y una caja sextante, diseñada para contener un Brandis Navy Surveying Sextant, similar al que poseía Noonan, además de una botella de licor Benedictine, que tanto disfrutaba Amelia.

Por tanto, todas las evidencias parecen apuntar a que, dada la falta de combustible, Amelia y su copiloto se vieron obligados a aterrizar en la isla Nikumamororo donde vivieron como náufragos hasta el momento de su fallecimiento.

Y así es como esta mujer, con esfuerzo y dedicación, logró convertirse tanto en un ícono del movimiento de liberación femenina, abriéndose paso en un área prácticamente exclusiva para los hombres, como en una leyenda en el mundo de la aviación, dado el velo de misterio que envuelve su desaparición.

Referencias:

  1. Amelia Earhart and the Nikumaroro Bones: A 1941 Analysis versus Modern Quantitative Techniques. https://www.doi.org/10.5744/fa.2018.0009
  2. Examining Conspiracist Beliefs About the Disappearance of Amelia Earhart. https://doi.org/10.1080/00221309.2012.697932
  3. Amelia Earhart, alveolar mechanics, and other great mysteries. https://doi.org/10.1152/japplphysiol.01482.2011

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