Rusia no ha tenido una tarea fácil al tratar de bloquear definitivamente el acceso a Telegram, el servicio de mensajería creado por Pavel Durov. Desde principios de este año, el gobierno ruso ha solicitado el acceso a los datos de todos los usuarios de la aplicación, pero Durov no ha cedido.

Esto ocasionó que Rusia intentara bloquear Telegram en el país pero le acarreó una serie de inconvenientes con otras aplicaciones, generando un desequilibrio en el internet del país, y además, los dejó al descubierto.

A pesar de todos los intentos por prohibir la aplicación, Telegram continúa operativa en Rusia, por ello el país se ha planteado una nueva manera –y más precisa– de lograrlo.

Siguiendo los pasos de China

A raíz de todos los inconvenientes que ha tenido, el Roskomnadzor, ente que regula las comunicaciones en Rusia, ha decidido probar una nueva tecnología llamada Deep Pocket Inspection (DPI) o Inspección Profunda de Paquete, que tiene una serie de funciones de seguridad más avanzadas que incluyen la minería de datos y la censura.

Según Reuters, las autoridades rusas han estado realizando pruebas de “sistemas diseñados para permitir un bloqueo más preciso de servicios individuales”, citando documentos de las reuniones a los que los oficiales han estado discutiendo el plan.

A pesar de que la agencia de noticias pudo confirmar la información con algunos asistentes a las reuniones, resalta que el Roskomnadzor respondió alegando que no tienen ningún conocimiento sobre las pruebas de la DPI, al igual que la Agencia de Seguridad de Estado (FSB).

Este tipo de tecnología es utilizada por empresas y gobiernos para aplicaciones varias, sin embargo, algunas personas han expresado su preocupación por posibles usos para restringir el acceso a un internet libre y abierto.

Entre los países más conocidos en utilizar la tecnología DPI se encuentran Estados Unidos, China e Irán, y ahora Rusia quiere seguir estos pasos.

Específicamente, en Estados Unidos, la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) ha aplicado la DPI en empresas como AT&T, mientras que en Irán algunos expertos opinan que “los esfuerzos del gobierno por monitorear la información van más allá de bloquear el acceso a sitios web o cortar las conexiones de internet”. Casualmente, Irán también prohibió el uso de Telegram en mayo.

Ahora, en el caso de China, el bloqueo a la información está a la orden del día gracias al uso de la tecnología DPI, con la que monitorea y censura el tráfico en la web de ciertos contenidos que van en contra de los intereses del gobierno chino.

Usuarios buscan herramientas más seguras

A principios de este año, un artículo de The Next Web destacó que tanto Telegram como Signal estaban creciendo rápidamente en países con problemas de corrupción, entre los que listan a Venezuela, Nigeria, Kenia, Rusia y Ucrania.

Según cifras de Telegram publicadas por el mismo Pavel Durov en marzo de este año, la aplicación cuenta con más de 200 millones de usuarios activos.

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