Más de 112 millones de donaciones de sangre son recolectadas cada año en todo el mundo, pero la mayoría de estas contribuciones son inutilizables para algunos de los pacientes más necesitados.

Para realizar una transfusión, el tipo de sangre del donante debe coincidir con la del receptor; de lo contrario, el sistema inmune del receptor podría atacar la sangre extraña, causando una enfermedad grave.

Existen cuatro tipos principales de sangre: AB, A, B y O, los cuales se distinguen por los azúcares que los glóbulos rojos transportan en su superficie, llamados antígenos. De estos, sólo O es un “donante universal”, lo que significa que una persona con este tipo de sangre puede donar sangre con seguridad a todos los otros grupos.

Sin embargo, las personas con sangre tipo A sólo pueden donar a las personas con los tipos A y AB, mientras que el tipo B a los tipos B y AB, y el tipo AB sólo a otros AB.

La perspectiva de convertir la sangre donada en el tipo de donante universal, es comprensiblemente atractiva para los investigadores y los profesionales médicos. Sin embargo, aún no se ha encontrado ningún proceso que funcione de manera rápida, segura y factiblemente económica.

Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Columbia Británica (UBC) informa que pueden haber encontrado una forma efectiva y segura de convertir los tipos de sangre A y B en tipo O; el notable avance se basa en el uso de ciertas enzimas que se encuentran en el intestino.

El Dr. Stephen Withers, profesor en el Departamento de Química y Bioquímica de la Facultad de Ciencias en la UBC y coautor de la investigación, comentó:

“Hemos estado particularmente interesados ​​en las enzimas que nos permiten eliminar los antígenos A o B de los glóbulos rojos. Básicamente, si puedes eliminar esos antígenos, que son azúcares simples, entonces puedes convertir sangre de tipo A o B en sangre tipo O”.

Para identificar enzimas potencialmente capaces de actuar sobre la sangre de manera tal que la hagan universalmente segura y utilizable, el equipo utilizó un método llamado metagenómica.

Posteriormente, los investigadores usaron la bacteria Escherichia coli para determinar qué tipos de ADN podían codificar enzimas capaces de eliminar azúcares simples, como los antígenos específicos del tipo de sangre que determinan la incompatibilidad del grupo sanguíneo.

Si bien los investigadores planearon comenzar por muestrear el ADN de los mosquitos y las sanguijuelas, ambos organismos que degradan la sangre, finalmente encontraron posibles candidatos en la flora intestinal humana.

Una cierta familia de enzimas llamadas mucinas recubre la pared intestinal y proporciona azúcares para las bacterias que ayudan en la digestión. Estos azúcares sirven como puntos de unión y alimentación para dichas bacterias.

Algunos de estos azúcares se parecen mucho a la estructura de los antígenos en sangre de tipo A y B. El equipo identificó qué enzimas usan las bacterias para absorber estos azúcares de las moléculas de mucina e informan que son 30 veces más efectivas para eliminar los antígenos de la sangre en comparación con cualquier candidato anterior.

En la actualidad, Withers y sus colegas están buscando probar las enzimas aisladas en una escala mayor, con el objetivo de establecer finalmente ensayos clínicos. Por supuesto, este enfoque tendrá que pasar por muchos controles para asegurarse de que no tenga consecuencias adversas, pero lo observado hasta ahora luce muy prometedor.

Referencia: Discovery of CAZYmes for cell surface glycan removal through metagenomics: Towards universal blood. The 256th National Meeting & Exposition of the American Chemical Society (ACS), 2018. https://goo.gl/UGGBuw

Mary Quintero

Bióloga. Apasionada por la escritura. Asesora y orientadora de medios digitales. Escribo sobre mi pasión: las ciencias.

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