El Salmón del Pacífico es una de las especies más afectadas por la acidificación de las costas.

De acuerdo a un estudio reciente, las aguas costeras y los estuarios de los ríos son más vulnerables al proceso de acidificación que las aguas del mar.

En este sentido, la acidificación que se ha detectado en la costa oeste de los Estados Unidos y en el Golfo de México puede ser la responsable de la desaparición de especies como el salmón, los tiburones y el bacalao.

Específicamente, las especies marinas se ven afectadas de forma negativa por la hipercapnia, una condición en la que hay demasiado Dióxido de Carbono en el agua de mar.

Cuando los niveles de Dióxido de Carbono aumentan por encima de 1.000 micro-atmósferas, muchas especies de peces empiezan a sufrir de problemas cognitivos como desorientación, de forma que pierden su camino o, incluso, nadan hacia los depredadores.

Los niveles parciales de Dióxido de Carbono en el océano superficial tienden a ser de 400 micro-atmósferas, lo que le hacía pensar a los expertos que la hipercapnia sería un problema que sólo sería evidente con el paso del tiempo.

No obstante, de acuerdo a diversas investigaciones llevadas a cabo por laboratorios marinos de los Estados Unidos, en las aguas costeras sub-superficiales, los niveles de Dióxido de Carbono se están elevando a niveles tales que se ve amenazado el bienestar de los peces.

Adicionalmente, de acuerdo a los resultados, este problema puede afectar de forma desproporcionada a las aguas más frías del hemisferio norte, un ecosistema realmente importante para el salmón del Pacifico.

La investigación estuvo a cargo del Doctor Richard Feely, adscrito al Laboratorio Ambiental Marino del Pacifico, perteneciente a la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, en Seattle; al respecto, comenta:

“Al revisar las aguas costeras del Golfo de México, además de la costa oeste de los Estados Unidos, descubrimos que el frío cambia la química del agua, por lo que no se amortiguan eficazmente los cambios en la acidez, amenazando el bienestar de la vida marina”.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron muestras de agua recabadas desde el 2007 hasta el 2016, encontrando que habían diferencias significativas en los niveles de Dióxido de Carbono disuelto en el agua.

Específicamente, los científicos alertan que las aguas estuarinas y costeras se ven afectadas de forma más intensa por la acidificación de los océanos que las aguas del mar abierto, siendo las aguas más frías del hemisferio norte las que son más susceptibles al aumento del Dióxido de Carbono disuelto.

Esto implica que los peces, tal como cuando los humanos son expuestos a altas concentraciones de Dióxido de Carbono, pueden sufrir de problemas cognitivos y desorientación.

De esta manera, se plantea que las aguas de las costas del hemisferio norte ya tienen niveles de Dióxido de Carbono que superan las 1.000 micro-atmósferas, lo que implica una grave afectación para las especies marinas.

Finalmente, de acuerdo a los expertos, esto se debe al uso excesivo de combustibles fósiles, lo que representa una amenaza constante a la vida de las especies marinas y para el planeta en general.

Por tanto, se sugiere una observación constante de la vida marina y del proceso de acidificación, además de un seguimiento cercano de la química de las aguas costeras para evaluar el progreso de este peligroso fenómeno.

Referencia: The Combined Effects of Acidification and Hypoxia on pH and Aragonite Saturation in the Coastal Waters of the California Current Ecosystem and the northern Gulf of Mexico, (2018). https://www.doi.org/10.1016/j.csr.2017.11.002

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