El diclorodifeniltricloroetano, o simplemente DDT, fue uno de los primeros pesticidas ampliamente utilizados por la humanidad a escala mundial. Fue creado por los fundadores de la compañía Bayer a finales del siglo XIX, pero no fue sino hasta pasada la Segunda Guerra Mundial que fue utilizado como un medio para combatir plagas de los cultivos.

A finales de la década de 1960, los científicos descubrieron que el DDT se acumulaba en el cuerpo humano y casi nunca se eliminaba de los tejidos, lo que provocó la prohibición de su uso en la mayor parte del mundo desarrollado. Más tarde se descubrió que el DDT podía causar cáncer, abortos involuntarios, diversas enfermedades crónicas y también contribuir al desarrollo de la obesidad en varias generaciones de sus víctimas.

Ahora, un estudio realizado por investigadores de la Escuela de Salud Pública y el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Columbia, reveló otra característica negativa de este pesticida, al encontrar que la alta concentración de DDT en el cuerpo de las mujeres embarazadas se asoció estadísticamente con mayores probabilidades de tener hijos autistas.

Para llegar a tal determinación, el equipo de investigadores dio seguimiento a más de un millón de mujeres embarazadas y sus descendientes desde el año 1987 hasta el 2005. Durante este lapso de tiempo, pudieron identificar 778 casos de autismo infantil. Cada niño con autismo junto con la madre se emparejó con parejas de madre-hijo que no se vieron afectados por el autismo.

Los datos revelaron que las madres con altos niveles de un metabolito de DDT en la sangre, tenían más del doble de probabilidades de tener un hijo con autismo, incluida la discapacidad intelectual, en comparación con los controles.

Las probabilidades para los niños que desarrollaron cualquier tipo de autismo fueron casi un tercio más altas entre los niños expuestos a niveles elevados de DDT del metabolito materno. Curiosamente, otras sustancias como los bifenilos policlorados tóxicos (PCB) no influyeron en el desarrollo del autismo u otros problemas con la función cerebral en los niños.

De acuerdo a los autores del estudio, esto se debe al hecho de que el DDT inhibe de manera única el desarrollo de los niños y los obliga a abandonar el útero de su madre de manera prematura, y también interfiere con el trabajo de ciertas moléculas señalizadoras en su cerebro en crecimiento.

Aunque el uso de DDT y PCB fue ampliamente prohibido en Finlandia, y en muchos otros países, hace más de 30 años, todavía persisten en el medio ambiente debido a la baja velocidad a la que se degradan.

Todo esto, como dicen los investigadores, indica que el DDT sigue siendo una amenaza para la salud humana, y que su diseminación por todo el planeta debería continuar siendo monitoreada.

Referencia: Association of Maternal Insecticide Levels With Autism in Offspring From a National Birth Cohort. The American Journal of Psychiatry, 2018. https://ajp.psychiatryonline.org/doi/10.1176/appi.ajp.2018.17101129

Mary Quintero

Bióloga. Apasionada por la escritura. Asesora y orientadora de medios digitales. Escribo sobre mi pasión: las ciencias.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *