indudablemente, las personas que nos rodean tienen un profundo impacto en nuestras vidas. En estudios científicos se ha demostrado que el comportamiento de las personas con las que más se comparte, influye en el perfil de conducta propia de cada individuo, para bien o para mal.
En ese entorno, un equipo de investigadores de la Universidad de Missouri realizó un estudio cuyos resultados sugieren que los niños que necesitan asistencia para mejorar sus habilidades sociales, podrían beneficiarse más cuando se agrupan con compañeros que tienen niveles de habilidades sociales similares, en lugar de los que tienen una discapacidad o trastorno similar.
En el estudio, que realizó un seguimiento de más de 300 estudiantes con diversos trastornos sociales en 34 escuelas intermedias, los investigadores evaluaron qué condiciones hacen que las intervenciones sociales grupales sean más efectivas.
Los autores manifiestan que las prácticas actuales suelen ser ineficaces, debido a que los niños se agrupan de acuerdo a la conveniencia de horarios de clase o similitud de trastornos.
El equipo descubrió que la agrupación por discapacidad o trastorno tiene menos éxito en la creación de cambios de conducta positivos que la agrupación de niños por habilidades sociales similares.
La Dra. Janine Peck Stichter, profesora de educación especial en la Facultad de Educación de la Universidad de Missouri y coautora del estudio, explicó:
“Un niño podría tener dificultades para hacer contacto visual directo, mientras que otro podría tener problemas para mantenerse al tanto de un tema. Sin embargo, si ambos están en el nivel en el que pueden interactuar y darse cuenta de que tienen comportamientos que deben corregirse, pueden comunicarse de manera efectiva y ayudarse uno a otro en un entorno grupal. Básicamente aprenden juntos.”
Los autores señalan que formar grupos compuestos únicamente por niños que se encuentren en el espectro del autismo, por ejemplo, podría no ser lo más ideal. En cambio, podría ser más beneficioso para el desarrollo de los niños agruparlos con otros que tienen habilidades sociales similares pero que tienen una amplia gama de desafíos.
El término “habilidad social” no se refiere únicamente a la capacidad de tener amistades; se trata de poder reaccionar y prosperar en el entorno circundante. Esto es lo que impulsa a familiares y profesionales a brindar, tan pronto como sea posible, ayuda a los niños que muestran déficits en su capacidad de socializar.
Pero si no se toman las intervenciones correctas se corre el riesgo de perder el tiempo y posiblemente obstaculizar su desarrollo. Allí es donde el hallazgo de este estudio toma importancia, ya que aporta una valiosa evidencia que puede tener efectos positivos en el desarrollo de estos niños.
Referencia: Influence of homogeneity of student characteristics in a group-based social competence intervention. School Psychology Quarterly. http://dx.doi.org/10.1037/spq0000261