El esfuerzo que Twitter está haciendo por combatir los bots y las cuentas que difunden noticias falsas ha sido abrumador, y no se espera menos de una red social que desde hace bastante tiempo es utilizada para difundir información de interés mundial.
El pasado mes de julio, informamos sobre la suspensión de al menos 70 millones de cuentas de Twitter, lo que representó uno de los mayores descensos en el número de usuarios de la plataforma desde que fue creada. En este sentido, Twitter ha aclarado en repetidas ocasiones que está buscando maneras de analizar el comportamiento indebido de los usuarios sin que esto atente contra la libertad de pensamiento en su plataforma.
Ahora, Twitter anunció que comenzará a eliminar a los usuarios que hayan intentado evadir dicha suspensión de cuentas. De hecho, la compañía asegura que estos usuarios han sido suspendidos previamente de Twitter por su comportamiento abusivo o por intentar evadir una suspensión anterior.
This week, we are suspending accounts for attempting to evade an account suspension. These accounts were previously suspended for abusive behavior or evading a previous suspension, and are not allowed to continue using Twitter.
— Twitter Safety (@TwitterSafety) August 14, 2018
Al parecer, los usuarios que han intentado evadir la suspensión de Twitter han creado nuevas cuentas desde donde se difunden mensajes de odio, racismo, violencia y otro tipo de contenido extremista. Con respecto al momento en el que se ejecutará la nueva suspensión de cuentas, Twitter aseguró que se realizará en las próximas semanas, mientras su equipo continúa identificando los malos actores en su red social.
De momento, la duda que nos queda es cómo la compañía identificó que los mismos usuarios suspendidos en el pasado regresaron a Twitter, además de que no fue revelado el número de usuarios que se verán afectados por esta decisión.
La suspensión agresiva de cuentas parece ser la medida más coherente para Twitter, teniendo en cuenta que su plataforma también fue utilizada por actores rusos durante las elecciones de EE.UU en 2016, a través de la difusión de noticias falsas para influir negativamente en la campaña de Hillary Clinton.
