Las criptomonedas aparecieron como una alternativa para revolucionar por completo la forma en que realizamos nuestras transacciones. La primera fue el Bitcoin, cuyo origen se remonta al año 2009, y luego de ello aparecieron muchas otras como Ethereum, Ripple y Litecoin, que han tenido buena aceptación hasta el momento.

Recordemos una vez más que el dinero fiduciario es emitido y regulado por una institución, que puede ser gubernamental o un banco, el cual a su vez asume el papel de mediador para aprobar, verificar y registrar nuestras transacciones económicas. Este proceso se acopla a las condiciones y tiempos de dicha compañía, por lo que sus usuarios deben esperar determinados períodos para hacer efectivas sus transferencias y pagar comisiones por la realización de las mismas, siendo estas muchas veces bastante elevadas.

En la red Bitcoin, en cambio, contamos con una cadena de bloques, conocida como blockchain, que sirve de libro contable en el cual se registran todas las transacciones realizadas entre los integrantes de la red. Para que la transferencia del dinero de un usuario a otro se haga efectiva, primero debe ser verificada por los mineros.

Dichas operaciones van acumulándose en lo que se conoce como Mempool (abreviación de Memory Pool), donde se alojan todas las que requieren ser verificadas. Cada minero tomará de allí las que desee y conformará con ellas un bloque que deberá aprobar a partir de la resolución de un algoritmo matemático complejo. El primero que lo resuelva, añadirá un bloque más con un respectivo hash a la cadena y las transacciones contenidas en el mismo se harán efectivas.

Por supuesto, debemos mencionar que la prioridad de las operaciones a verificar por lo mineros están sujetas al catálogo de tarifas de transacción asociadas. Las personas que pagan mayores tarifas, obtendrán su aprobación de manera mucho más rápida. De modo que a mayor tarifa, mayor posibilidad de que determinada transferencia sea añadida en un bloque de la blockchain.

Como es de esperar, a medida que más personas fueron uniéndose a la red Bitcoin, el número de transacciones se incrementó también, llegando a alcanzar hasta 300.000 por día para el mes de noviembre del año 2017, época en la que el precio del Bitcoin se había elevado considerablemente, llegando a alcanzar ATH.

A pesar de ello, como bien sabemos, en lo que va del 2018, ha ocurrido un descenso importante en la valoración de la criptomoneda, por lo que es de esperar que esta tasa bajara. Aunque esto fue completamente cierto, en la actualidad aún se realizan alrededor de 200.000 transferencias en la red, un número bastante alto que ha desencadenado un pequeño problema del cual hablaremos a continuación.

Imaginemos la red Bitcoin como una carretera. Si hay una gran cantidad de automóviles circulando por la misma, estos no podrán correr a una gran velocidad puesto que están bloqueados por sus antecesores. Por el contrario, cuando hay poco tráfico, es mucho más fácil aumentar la velocidad para llegar rápidamente a nuestro destino.

Exactamente lo mismo ocurre actualmente con las transacciones, que serían los autos en dicho ejemplo. A pesar de que el aumento de la demanda del Bitcoin y, por consiguiente, del envío de este de un usuario a otro, implica un buen pronóstico para la criptomoneda puesto que aumenta su valorización, lo cierto es que la gran cantidad de operaciones simultáneas ha logrado saturar la red. Esto ha traído como consecuencia la ralentización del proceso, razón por la cual los usuarios deben esperar desde 5 horas hasta una semana para recibir algún pago.

Encontramos aquí una desventaja en un protocolo descentralizado, el mismo que conseguimos cuando son los bancos los encargados de procesar los pagos. A pesar de seguir siendo solo los integrantes de la comunidad de dicha criptomoneda los encargados de verificar los pagos, esto puede que tome un tiempo considerable en el estado actual de saturación de la red.

Pero por supuesto, no todo está perdido. A pesar de su carácter descentralizado e inalterable, existen algunos trucos para hacer nuestras transferencias, o recibir nuestros Bitcoins, de manera rápida. Para ello, podemos usar los aceleradores de transacciones de Bitcoin, que  pesar de ser pagos, han sido muy bien recibidos por algunos integrantes de la red con urgencias.

¿Qué es un acelerador de transacciones de Bitcoin?

Definamos el acelerador de transacciones como una solicitud paga que podemos hacer a grupos de minería con el fin de que estos den prioridad a nuestras transacciones. Se trata de una solicitud fuera de la cadena en la que los mineros se encargarán de incluir de manera deliberada una determinada transacción (aun cuando sea de bajo monto) en el próximo bloque.

¿Cuáles son los aceleradores de transacciones Bitcoin más recomendados?

ViaBTC

 

El primer acelerador de transacciones que mencionaremos es ViaBTC, una plataforma china especializada en el intercambio de criptomonedas, que permite realizar transacciones a muy altas velocidades. No requiere seguir un proceso de registro, y otra de sus principales ventajas es el hecho de ser gratuita, aunque también provee varios servicios pagos para acelerar transferencias de Bitcoins en situaciones especiales.

Para poder usar este acelerador, el límite inferior para transacciones es de 0.0001BTC/KB, no aceptando tarifas inferiores a esta. Pero a pesar de ello, permite acelerar hasta 100 transacciones completamente gratis.

Es importante mencionar que las operaciones de intercambio de ViaBTC fueron suspendidas en el año 2017 luego de que se prohibieran las ICO’s y las casas de cambio en China, pero continúan trabajando como uno de los pools de minería más grandes del mundo, ubicándose en el cuarto lugar.

Pueden utilizar el acelerador de transacciones de ViaBTC siguiendo este enlace.

BTC.com

BTC.com es otra plataforma dedicada a acelerar las transacciones de Bitcoin. Su eficiencia permite aumentar a un 75% la probabilidad de que cualquier transferencia se haga efectiva en menos de una hora, y a un 98% de que se confirme en un lapso de cuatro horas. Además de ello, confiere cierta garantía a sus usuarios, pue si el proceso no se cumple en un tiempo máximo de 12 horas, se devuelve el dinero al usuario involucrado, a menos que este haya cancelado la operación en cuestión.

Sus tarifas han logrado figurar entre las más caras del mercado, sobre todo a finales del año 2017, sin embargo, en términos generales estas rondan entre los 5 $ y los 10 $. Sin embargo, el usuario puede escoger el pago de la tarifa de transacción bien en una moneda fiduciaria o en como moneda digital.

Pueden utilizar el acelerador de BTC.com siguiendo este enlace.

Bitcoin Afterburner

A mediados del año 2017, dimos a conocer la noticia de que los desarrolladores de la billetera Samourai Wallet crean herramienta para ayudar a usuarios Bitcoin a impulsar sus transacciones bloqueadas conocida como Bitcoin Afterburner. Hablamos de una aplicación disponible para dispositivos Android que permite acelerar aquellas transferencias atascadas por tener bajas tarifas. Funciona con criptomonedas en diferentes billeteras de Bitcoin BIP 44 y BIP 39.

Su funcionamiento es bastante sencillo. Para acelerar nuestra transacción no confirmada, bastará con seleccionarla y asignar nuevas tarifas (más altas), y en poco tiempo esta será verificada por los mineros y añadida a la cadena de bloques.

Conclusión

Como conclusión, tenemos que las transacciones con tarifas muy bajas por lo general tardarán mucho más tiempo en ser confirmadas por los mineros. De modo que, si estamos encargados de hacer pagos en Bitcoins, estamos haciendo experimentos o simplemente nuestra transferencia tiene carácter de urgencia, lo más recomendable es asignarle tarifas altas para evitarnos la incertidumbre de la espera de hasta una semana, aunque sin lugar a dudas estas llegarán a destino.

Sin embargo, esto nos lleva a analizar más el problema. Actualmente esta es una situación recurrente debido a la gran afluencia de usuarios en la red, lo cual a su vez podría ocasionar la deserción de estos hacia otras redes de criptomonedas en las que las transacciones puedan verificarse de manera más rápida sin mayores costos. Muchos atribuyen la situación al tamaño del bloque, de 1Mb, que resulta insuficiente ante tal tráfico, por lo que entre las alternativas de solución podría considerarse el aumento de la capacidad del mismo, aunque esto no suene muy conveniente para los mineros que han podido sacar provecho de ello.

Romina Monteverde

Venezolana, ingeniera química, redactora y autodidacta.

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