En tierra, las lombrices se alimentan de hojas muertas y hongos, y excretan pequeños fragmentos de materia orgánica que enriquecen el suelo; pero en el mar, la historia es otra. Una reciente investigación realizada por científicos en Corea del Sur encontró que algunos gusanos marinos están alimentándose de plástico flotante y expulsando microplásticos, un descubrimiento que resulta preocupante.

Interesado en los efectos de la contaminación plástica en los ecosistemas marinos, científicos del Instituto Coreano de Ciencia y Tecnología Oceánicas, recogieron ocho boyas descartadas que estaban a la deriva frente a la costa coreana. Las boyas de plástico estaban hechas de poliestireno expandido, mejor conocido como espuma de poliestireno, y los investigadores querían ver si había algo vivo en ellas.

El equipo encontró todo tipo de organismos en la superficie de las boyas, desde algas marinas hasta cangrejos. Pero cuando desmontaron las boyas, encontraron encontrar gusanos marinos (Marphysa sanguínea) enterrados en lo profundo de las boyas; se sorprendieron al evidenciar que las diminutas criaturas se estaban alimentando con el plástico.

El hallazgo es una mala noticia para los gusanos y para el ecosistema marino en general. Se sabe que las partículas de plástico tardan más en atravesar el intestino de los gusanos poliquetos que los alimentos normales, lo que lleva a una reducción en su crecimiento y por ende, de su población. Dado que los gusanos marinos son una importante fuente de alimento para muchos peces y aves, esto podría tener consecuencias en toda la cadena alimentaria.

Estos gusanos, que generalmente viven en sedimentos fangosos en aguas poco profundas, utilizaron sus fuertes dientes para roer y excavar en las boyas de plástico. Las partículas blancas de espuma de poliestireno se dispersaron a través de sus madrigueras y fueron claramente visibles en sus tractos digestivos.

En el laboratorio, los investigadores estudiaron 10 de los gusanos en recipientes llenos de agua de mar y recogieron sus heces. Durante los siguientes tres días, los poliquetos excretaron un total de 1.306 piezas de espuma de poliestireno, en tamaños que variaron entre 0,2 a 3,8 milímetros.

Para tener una mejor idea de cuán efectivos son estos gusanos para descomponer el plástico flotante en microplástico, los científicos colocaron a un adulto y un menor en recipientes separados con bloques de espuma de poliestireno. En unos pocos días, los gusanos comenzaron a esconderse. Durante la semana siguiente, el gusano adulto produjo 11.200 partículas microplásticas, mientras que el juvenil produjo 2.740, un promedio de 1.600 y 390 partículas por día, respectivamente.

Las micropiezas de plástico excretadas por los gusanos representan un problema complejo; inicialmente un riesgo para otras criaturas, ya que su diminuto tamaño facilita su ingestión, con las negativas consecuencias que ello conlleva; adicionalmente también resultan más difíciles de eliminar del ecosistema marino.

Esta investigación, además de puntualizar otro efecto de la contaminación plástica, nos recuerda la necesidad de afinar e implementar estrategias orientadas a detener el flujo de plástico al medio ambiente.

Referencia: Formation of microplastics by polychaetes (Marphysa sanguinea) inhabiting expanded polystyrene marine debris. Marine Pollution Bulletin, 2018. https://doi.org/10.1016/j.marpolbul.2018.04.017

Mary Quintero

Bióloga. Apasionada por la escritura. Asesora y orientadora de medios digitales. Escribo sobre mi pasión: las ciencias.

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