El uso de carbón activado es la última tendencia en lo que se refiere a productos para la desintoxicación del cuerpo. Se le encuentra en una amplia gama de presentaciones y promete una variedad de beneficios, desde eliminar toxinas, reducir la inflamación estomacal, blanquear los dientes e incluso curar una resaca.
El carbón activado es carbón regular que se combina con diferentes gases y se expone a temperaturas muy altas. A través de este proceso, llamado activación, el carbón desarrolla una porosidad particular en su superficie.
Es esta porosidad lo que hace que el carbón activado sea tan popular entre los consumidores, debido a su supuesta capacidad para atrapar sustancias químicas y toxinas en el cuerpo.
El carbón activado tiene una larga historia de uso en medicina de emergencia para el tratamiento de sobredosis de drogas o envenenamiento accidental; su administración inmediata en dosis suficientes le permite unirse con ciertas drogas o venenos, reduciendo su absorción en el intestino, minimizando los efectos perjudiciales.
En base a ese historial es que hoy vemos un notable aumento de productos de salud “desintoxicantes” elaborados de carbón activado, afirmando beneficios impresionantes.
Hasta la fecha no se han realizado estudios que analicen los efectos del uso a largo plazo de carbón activado en los niveles presentes en los productos de “salud” y “desintoxicación” de venta libre.
La mayoría de los estudios que examinan el uso de carbón activado se centran en el envenenamiento y muchos otros tienen una calidad limitada debido al pequeño número de participantes involucrados. Incluso cuando hay hallazgos positivos, por ejemplo para reducir la flatulencia, hay pruebas contradictorias.
Algunos estudios informan resultados positivos que confirman que, a los niveles recomendados, el carbón activado puede ayudar a eliminar el exceso de gas del intestino, mientras que otros no informan ningún efecto.
Aunque el carbón activado no parece ser especialmente dañino cuando se ingiere por vía oral, no puede decirse lo mismo de todas esas pastas de dientes a base de carbón activado que han aparecido en la escena del blanqueamiento dental en los últimos años.
A pesar que los fabricantes de estos productos ofrecen “eliminar las toxinas, las manchas y la placa de los dientes”, el uso regular de pastas dentífricas con carbón activado podría terminar dañando el esmalte dental, debido a que literalmente debilita la capa protectora de los dientes.
El odontólogo John K. Brooks, profesor en la Universidad de Maryland, se refirió al uso del carbón activado en productos odontológicos expresando:
“Me preocupa que el público pueda estar utilizando un producto que podría ser inseguro o, como mínimo, inútil. La inclusión de carbón activado en estos productos plantea inquietudes sobre la seguridad de las estructuras orales, así como el aumento de la susceptibilidad a la caries debido a la potencial pérdida de esmalte”.
En resumen, no hay evidencia que apoye el consumo regular de carbón activado como beneficioso o útil. Además, la idea de que el cuerpo necesita ayuda adicional para eliminar toxinas cotidianas es un mito.
En una persona típicamente sana, la desintoxicación es efectuada muy eficazmente por el cuerpo a través de órganos como el hígado y los riñones, y no se ve favorecida por la ingesta de jugos desintoxicantes, batidos o suplementos a base de carbón activado.
Referencias:
Charcoal and charcoal-based dentifrices. The Journal of the American Dental Association, 2017. https://doi.org/10.1016/j.adaj.2017.05.001
Failure of activated charcoal to reduce the release of gases produced by the colonic flora. American Journal of Gastroenterology, 1999. https://doi.org/10.1111/j.1572-0241.1999.00798.x
Activated charcoal: In vivo and in vitro studies of effect on gas formation. Gastroenterology, 1985. https://doi.org/10.1016/0016-5085(85)90129-5