Muchos seres vivos tienen un sentido magnético que les permite percibir el campo magnético de la Tierra. Quizá el ejemplo más notorio sean las aves migratorias, las cuales utilizan su sentido magnético para orientarse. El hecho de que los humanos sean capaces de percibir o no el magnetismo, es científicamente controvertido. Después de todo, ya se ha demostrado que se cumple un requisito previo: el cerebro humano cuenta con partículas magnéticas.
Ahora, en lo que representa una primicia, científicos de la Universidad de Múnich en Alemania, han mapeado las partículas magnéticas en el cerebro humano. La investigación, muestra que las partículas magnéticas del cerebro se concentran principalmente dentro del cerebelo y el tallo cerebral.
Los datos se obtuvieron de siete cerebros humanos post mortem, que habían sido donados para su uso en investigación médica. Los investigadores sometieron a magnetometría un total de 822 muestras de tejido.
Las mediciones se realizaron en un laboratorio magnéticamente blindado ubicado en un bosque a 80 km de la ciudad de Múnich, que en gran parte está libre de la contaminación magnética dominante que distingue a los entornos urbanos en la actualidad.
En su estudio, los investigadores confirmaron la presencia de partículas magnéticas en cerebros humanos. Las partículas se encontraron principalmente en el cerebelo y el tallo cerebral, y hubo una sorprendente asimetría en la distribución entre el hemisferio izquierdo y derecho del cerebro.
El investigador Christoph Schmitz, profesor en el Departamento de Neuroanatomía de la Universidad de Múnich y coautor del estudio, se refirió al respecto manifestando:
«El cerebro humano explota las asimetrías en las respuestas sensoriales para la orientación espacial, y también para la localización de la fuente de sonido. La distribución asimétrica de las partículas magnéticas es por lo tanto compatible con la idea de que los humanos puedan tener un sensor magnético. Pero con toda probabilidad, este sensor es demasiado insensible para cumplir cualquier función biológica útil”.
La naturaleza química de las partículas magnéticas sigue siendo desconocida. Pero los autores del estudio suponen que todas están hechos de magnetita (Fe3O4), pero todavía no es posible poder asegurarlo.
En experimentos adicionales, el equipo de investigadores planea caracterizar las propiedades de las partículas magnéticas encontradas en cerebros humanos; también esperan realizar estudios de localización análogos en mamíferos mucho más grandes: las ballenas.
Se sabe que estos enormes mamíferos marinos migran entre las zonas de alimentación y reproducción a grandes distancias en los océanos del mundo. Los científicos esperan detectar partículas magnéticas en el cerebro de las ballenas, y confirmar si también se encuentran distribuidas asimétricamente.
Referencia: Distribution of magnetic remanence carriers in the human brain. Scientific Reports, 2018. http://dx.doi.org/10.1038/s41598-018-29766-z