El sueño es una de las necesidades biológicas de mayor importancia, pues es en ese momento cuando el organismo descansa y se regenera. En este sentido, no quedan dudas respecto a la importancia de dormir lo suficiente para mantener la salud.
Al respecto, se recomienda dormir entre 6 y 8 horas al día; sin embargo, la cantidad de sueño suficiente varía de persona a persona en función de sus necesidades particulares.
No obstante, lo que sí está claro es que dormir mucho puede causar casi la misma cantidad de problemas que la falta de sueño.
Sobre esto, de acuerdo a una investigación reciente, las personas que duermen más de 8 horas por noche pudiesen tener más probabilidades de morir jóvenes por enfermedades del corazón, entre otros padecimientos.
En particular, se encontró que dormir por más de 10 horas al día se asocia a un aumento del 30% de las probabilidades de morir, además de un 56% más de riesgo de sufrir alguna apoplejía y un 49% más de probabilidades de sufrir alguna enfermedad cardiovascular.
La investigación fue llevada a cabo por investigadores en conjunto de la Universidad de Keele, la Universidad de Manchester, la Universidad de Leeds y la Universidad de East Anglia, a partir de lo que fueron revisados 74 estudios en los que se obtuvo información de tres millones de paciente.
Para esto, se analizó la relación entre los riesgos de morir joven con la cantidad y la calidad de sueño de los participantes. Al hacerlo se encontró que los patrones de sueño excesivos, de más de 8 horas al día, pueden representar un factor de riesgo importante respecto a enfermedades cardiovasculares y respiratorias, además de las mencionadas anteriormente.
No obstante, es necesario tener en cuenta las características cronobiológicas de cada persona, puesto que hay quienes pueden funcionar perfectamente con menos de siete horas de sueño, mientras que otros requieren dormir más tiempo.
En este sentido, de acuerdo a los expertos, lo más peligroso es la interrupción de estos ritmos naturales, pues esto se relaciona con problemas de salud mental, tales como depresión y dificultades para prestar atención, entre otros.
Sobre esto, los investigadores exponen:
“Nuestros hallazgos tienen importantes implicaciones, puesto que los médicos deben cerciorarse de explorar la calidad y la duración del sueño de sus pacientes. Desde la perspectiva cronobiológica, se sabe que el impacto del desajuste circadiano tiene implicaciones sumamente negativas para la salud”.
Sin embargo, son necesarias más investigaciones. Siendo este un estudio preliminar, es importante evaluar cómo el ritmo circadiano influye sobre el fenómeno. Adicionalmente, deben tenerse en cuenta algunos factores situacionales que pueden tener un efecto sobre la calidad y la cantidad de sueño de los participantes.
A modo de conclusión, los investigadores recomiendan dormir cuando esto sea necesario, sin exagerar, ni por déficit, ni por exceso. Es necesario prestar atención a las señales que envía el cuerpo respecto a la necesidad de descansar para aprovechar los beneficios de unos buenos hábitos de sueño.
Referencia: Self‐Reported Sleep Duration and Quality and Cardiovascular Disease and Mortality: A Dose‐Response Meta‐Analysis, (2018). https://doi.org/10.1161/JAHA.118.008552