Por siglos, los humanos hemos estado tratando de comprender el comportamiento animal, especialmente el de los perros. El movimiento de la cola, levantar la pata y dar vueltas en propio eje antes de echarse, se encuentran entre muchas otras acciones que han sido objeto de estudios. En esta ocasión nos centraremos en una enigmática actuación canina: rascar el suelo luego de liberar sus excreciones.
No es extraño ver a un perro rascar el suelo después de orinar o defecar; se mueven un paso adelante de lo que han depositado y arañan el piso para echarle que un poco de tierra o pasto a sus deposiciones. Parece un intento poco entusiasta de cubrir sus excreciones, pero este no es el caso.
Los perros se comunican con el mundo que los rodea; esto incluye a humanos, otros animales y especialmente a otros perros. Esto se debe a un complejo conjunto de razones que no siempre podemos determinar, como marcar territorio, intento de apareamiento o búsqueda.
Los perros rascan el suelo después de defecar u orinar para dejar un marcador olfativo y / o visual de su presencia. Es un acto territorial diseñado para mostrar a otros perros que esta es su tierra y que pueden hacer lo que quieran con ella.
Rascar el suelo de esta manera también puede ser un movimiento ofensivo cuando se está en el territorio de otro perro. Los arañazos muestran que no sólo hicieron sus necesidades allí, sino que serán el rey o la reina de este perímetro en particular.
En el fondo de sus patas los perros tienen glándulas especiales que liberan un aroma territorial en el suelo cuando lo rascan. Este olor le hace saber a otros perros que lleguen a este lugar en particular que deben seguir moviéndose ya que ese punto ya ha sido reclamado.
Por otro lado, algunos perros más sumisos podrían intentar rascar el suelo para eliminar la evidencia de sus acciones. Es posible que simplemente el perro haya tenido la necesidad de defecar u orinar en ese lugar, pero no quiere enojar al perro alfa del área. El rascado puede usarse para dispersar el olor o cubrir el producto físico. Si este fuera el caso, es probable que el animal muestre otros síntomas, como temblores, baja postura o poner la cola entre sus piernas.
Además de esto, se sabe que la conducta de rascar el suelo es una acción residual de una práctica ancestral. Sabiendo que los comportamientos de excavación y rascado fueron útiles para los perros salvajes en el pasado, la necesidad de continuar con dicha práctica está integrada literalmente en el ADN canino de la actualidad.
De este modo, se puede concluir que rascar el suelo es una exhibición o acción instintiva desencadenada por un complicado sistema de comunicación heredado de sus ancestros salvajes, completamente ajeno a nosotros.
La falta de comprensión podría impulsar a los propietarios de las mascotas a tratar de interrumpir o desalentar este comportamiento; pero es importante señalar que privar a un perro de sus conductas instintivas puede generarles profundas consecuencias negativas.
Referencia: Ground Scratching by Male Domestic Dogs: A Composite Signal. Journal of Mammalogy, 2018. https://doi.org/10.2307/1380206