En el año 2002, el gen FOXP2 saltó a la palestra pública y acaparó titulares cuando los investigadores pensaron que habían encontrado evidencia de que hace unos 200.000 años, un ajuste en FOXP2 se extendió rápidamente a todos los humanos, intercambiando dos aminoácidos en la versión humana del gen por otros diferentes a las versiones del gen de otros animales, otorgándole a los humanos el don de la palabra.

El habla, una característica única de los humanos, habría otrogado una ventaja sobre la competencia de los neandertales y otros homínidos antiguos. El gen FOXP2 está involucrado en el aprendizaje vocal en aves cantoras, y las personas con mutaciones en el gen presentan problemas de habla y lenguaje.

Esa visión hizo que el gen FOXP2 fuera considerado un ejemplo de los que los científicos llaman barridos selectivos. Algunos investigadores incluso sugirieron que FOXP2 era el gen que definía a los humanos, hasta que quedó claro que el gen no permitió que los humanos colonizaran el mundo y reemplazaran a otros homínidos.

A fin de revisar la evolución del gen, un grupo de investigadores utilizó modernas técnicas de secuenciación para hacer una revisión de los patrones de variación genética en FOXP2, tal como se hizo en el estudio de 2002, pero esta vez el equipo estudió a más personas, especialmente de ascendencia africana, y utilizó datos de todo el genoma.

Al considerar a todas las personas en su estudio juntas, los investigadores obtuvieron, de manera similar al año 2002, la misma señal estadística para un barrido selectivo. Pero cuando el equipo examinó a los africanos por separado de europeos y asiáticos, las señales de una barrida se disiparon completamente.

Los investigadores manifiestan que ese resultado refleja lo que sucedió en la historia de la humanidad.

Cuando los humanos emigraron de África, ciertas versiones de genes fueron llevadas con los migrantes y otras formas quedaron atrás en África. La versión de FOXP2 que se fue con los migrantes se volvió más común a medida que crecía la población migrante.

Al observar los cambios en otras partes del genoma, el equipo de investigación identificó la señal estadística como resultado del crecimiento de la población, en lugar de un barrido selectivo.

El hallazgo no significa que los cambios en FOXP2 no fueron importantes para la evolución del lenguaje. Pero los genetistas pueden tener que reconsiderar algunas suposiciones sobre cómo funciona la evolución de las especies.

Se pensó que los barridos selectivos eran una forma importante de que la selección natural (el proceso que impulsa la evolución) alterara las especies. Pero estos y otros resultados sugieren que los barridos selectivos no fueron muy comunes en la evolución humana.

Referencia: No Evidence for Recent Selection at FOXP2 among Diverse Human Populations. Cell, 2018. https://doi.org/10.1016/j.cell.2018.06.048

Mary Quintero

Bióloga. Apasionada por la escritura. Asesora y orientadora de medios digitales. Escribo sobre mi pasión: las ciencias.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *