Pocas bebidas son tan refrescantes como una cerveza, sobre todo cuando hace calor. No obstante, para nadie es un secreto que, cuando el clima se caracteriza por un calor húmedo, como en el verano, la cerveza, y cualquier otra bebida en lata, se calienta más rápido.
Tras investigar esta situación, Dale Durran, un Profesor de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Washington, concluyó que la condensación en las latas donde se almacena la cerveza proporciona más calor que el aire circundante, por lo que los climas húmedos calientan la bebida con una mayor rapidez que el calor seco.
Así, durante el estudio, se comparó el efecto de distintos niveles de calor y humedad sobre la temperatura del líquido dentro de latas; de esta manera, se observó que, por ejemplo, en el clima típico del verano en Nueva Orleans, el calor liberado por la condensación, calienta la bebida en 6 grados Fahrenheit en tan sólo cinco minutos.
Este estudio inició por el interés de Durran respecto al calor generado por la condensación, lo que le llevó a pensar que las gotas que se forman en las latas de las bebidas pudiesen ser el objeto de estudio perfecto.
Así, tras una evaluación rápida de la parte posterior de una servilleta que cubría una lata, observó que el calor liberado por el líquido, con solo cuatro milésimas de pulgada de espesor, calentaba el contenido en 9 grados Fahrenheit. Al respecto comenta:
“Me sorprendió darme cuenta de que una película de agua tan pequeña pudiese causar tanto calor”.
Por tanto, reclutó a su colega Dargan Frierson, a fin de llevar a cabo un experimento en el baño de su casa, usando un calentador y una ducha de agua caliente para tener control sobre los niveles de temperatura y humedad.
Al hacerlo, se corroboraron los planteamientos iniciales, por lo que decidieron dar el siguiente paso, para lo que contaron con la participación de otros expertos. Entonces, enfriaron una lata en un cubo de agua helada, luego la secaron y la colocaron en una cámara experimental que mantenía ciertas condiciones experimentales.
Cinco minutos después, retiraron la lata, la pesaron para medir la cantidad de condensación producida y registraron la temperatura final del líquido en su interior.
De esta manera, corroboraron que, a mayor humedad, aumenta la temperatura del líquido de la lata, pues la condensación supera el calor del ambiente circundante.
Estos resultados tienen una implicación más amplia que la temperatura de las cervezas que tomamos, pues, de acuerdo a Frierson, en tanto aumenta la humedad en la atmósfera, producto del calentamiento global, se produce más vapor de agua, formándose un ciclo de retroalimentación que se traduce en temperaturas aún más altas.
Esto, además, afecta la circulación del viento, los patrones climáticos y la formación de tormentas, poniendo en riesgo, incluso, miles de vidas humanas.
Teniendo esto en cuenta, los investigadores se han concentrado actualmente en desarrollar herramientas educativas que le permitan a estudiantes de cualquier parte del mundo poner a prueba el experimento y enriquecer la línea de investigación.
Referencia: Condensation, atmospheric motion, and cold beer. https://doi.org/10.1063/PT.3.1958