El desinfectante para manos basado en alcohol parece que ya no es suficiente para combatir algunas bacterias en los hospitales, según un nuevo estudio. En concreto, los investigadores hablan de una nueva ola de ‘superbacterias’, cuya resistencia se comprobó estudiando cambios genéticos específicos durante 20 años en el Enterococcus resistente a la vancomicina, o VRE.
Los virus VRE son capaces de ocasionar infecciones del tracto urinario, en heridas y en el propio torrente sanguíneo, las cuales son difíciles de tratar, sobre todo porque son resistentes a una gran variedad de antibióticos.
Hospitales e instituciones médicas de todo el mundo han buscado frenar el aumento de superbacterias como el VRE y el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (MRSA), a través de estrictas medidas de higiene, entre las que destacan el uso de desinfectantes para manos con alcohol.
Tim Stinear, microbiólogo del Instituto Doherty de Australia, coautor del estudio, dijo que solamente en Australia, el uso de desinfectantes con alcohol para las manos se ha multiplicado por diez en los últimos 20 años.
A pesar de que este hecho ha permitido que las tasas de MRSA y otras infecciones se estabilicen, sin embargo, las infecciones por VRE no lo han hecho, lo que condujo a los investigadores a analizar la interacción del VRE con los desinfectantes basados en alcohol.
En el estudio, se analizaron 139 muestras bacterianas aisladas, cuya recolección se hizo entre 1997 y 2015 en dos hospitales de la ciudad de Melbourne, y se estudió qué tan bien superó cada una la exposición al alcohol isopropílico diluido. En este sentido, se descubrió que las muestras recolectadas después del año 2009 fueron más resistentes al alcohol que las recolectadas en 2004.
Posteriormente, expandieron la bacteria sobre el piso de una jaula con ratones, encontrando que las muestras resistentes al desinfectante entraron y crecieron en las entrañas de los animales con más rapidez cuando la jaula se limpió con alcohol isopropílico. Según Paul Johnson, también coautor del estudio y profesor de enfermedades infecciosas en Austin Health, aseguró que estos resultados no deben propiciar cambios en el uso de estos desinfectantes para manos.
Finalmente, se instó a los hospitales a probar los productos con mayor concentración de alcohol y a garantizar la correcta limpieza de sus instalaciones, para que los pacientes estén aislados de infecciones por VRE.
Referencia: Sacha J.Pidot., Andrew H. Buultjens., Ian R. Monk. Science Translational Medicine 01, ago 2018: Vol. 10, edición 452, eaar6115. DOI: 10.1126 / scitranslmed.aar6115.