‘Fortnite’ siempre da de qué hablar, para bien o para mal. Es uno de los videojuegos con la mejor estrategia de mercadeo de los últimos tiempos, por ello se mantienen en el top of mind de la gente. Y porque en realidad es un juego con muchas características que lo hacen interesante.
Recientemente, han surgido opiniones divididas a raíz de un reportaje publicado por el Wall Street Journal cuya historia gira en torno a los padres de los chicos que juegan ‘Fortnite’ que están contratando tutores que los ayuden a mejorar en el videojuego.
Han sido reacciones divididas, pues mientras a algunos les parece una soberana tontería en el contexto del mundo en que vivimos, a otras personas les parece completamente razonable. Sin embargo, los videojuegos ganan cada vez más terreno en la vida social de los gamers, algunos estudios han señalado que el estereotipo del gamer solitario ha perdido vigencia, entre otros mitos.
El reportaje resalta que los padres están pagando estos tutores por varias razones. Unos porque simplemente quieren ayudar a sus hijos a mejorar en el videojuego, otros pagan las clases para sí mismos, y otros aprovechan la oportunidad como una actividad padre-hijo que los ayuda a conectar.
La periodista Sarah E. Needleman, autora del reportaje, describe ‘Fortnite’ como un ‘campo de prueba social’ para chicos. «Ganar otorga una serie de derechos para alardear que solía estar reservado para el campeón de una liga de béisbol local», añade.
«Justo como los padres orgullosos solían abrir sus billeteras para pagar por lecciones de lanzamiento, los padres de gamers están más que dispuestos a hacer lo mismo para que su descendencia obtenga una ventaja», dice Needleman sobre el fenómeno.
Un presentador de televisión reflexionó al respecto durante una noticia sobre ‘Fortnite’ y dijo: «No entendía esto. Me estaba burlando hasta que lo mencionaste… Si un niño es el último en ser seleccionado para el equipo de quemados, yo podría pagar un tutor en ese punto también».
Es curioso que la industria de los videojuegos ha existido por casi 40 años, y a pesar de numerosos estudios que destacan que los videojuegos no son lo que la gente solía pensar, siguen siendo renegados y relacionados con hechos negativos como la violencia o la adicción a los videojuegos.