Cuando hablamos de moda femenina, lo más probable es que en lo primero que pensemos sea en unos estilizados zapatos de tacón alto. Esta prenda se ha asociado a las mujeres desde el año 1.600; sin embargo, si revisamos la historia detrás de este calzado, podemos resultar sorprendidos.
Los años cincuenta marcaron el ascenso a la moda de los zapatos de tacón, lo que se corresponde con un momento crucial en la historia de la moda, el feminismo y la cultura. Sin este, las revistas de moda no serían lo mismo, y la famosa serie Sex and the City no hubiese sido tan llamativa
Sin embargo, los zapatos de tacón alto, tradicionalmente asociados a las mujeres, tal como veremos a continuación, en un principio eran utilizados únicamente por los hombres; sorprendente, ¿no?
En el pasado, los zapatos de tacón alto eran usados únicamente por hombres

Antes de que los zapatos de tacón alto fuesen imprescindibles en el armario de una mujer, eran una prenda tradicional de la vestimenta masculina; específicamente, fueron introducidos a Europa por un grupo de diplomáticos persas que se trasportaban a caballo.
En 1599, los diplomáticos se trasladaron a Francia para buscar alianzas en la guerra contra el Imperio Otomano, pasando por Moscú y Lisboa; por donde pasaban, llamaban la atención de las personas por sus particulares zapatos de tacón alto.
En particular, estos zapatos de tacón usados por los persas representaban una innovación tecnollógica que le permitía a los jinetes mantener la estabilidad sobre sus caballos, puesto que los zapatos se mantenían anclados de forma segura en los estribos.
Para esa época, entre los años de 1.643 y 1.715, los europeos estaban fascinados con todo lo que tenía que ver con Persia, por lo que no sorprende que adoptaran esta moda.
Uno de los mayores representantes de esta nueva moda fue Luis XIV, quien, angustiado por su altura, decidió usar zapatos de tacón alto como prenda imprescindible, teniendo en cuenta que, con los 163 centímetros de altura que le caracterizaban, estaba muy por debajo del promedio de altura poblacional para la época.
A medida que pasaba el tiempo, los tacones de Luis XIV se hicieron más altos y llamativos, por lo que sus allegados decidieron adoptar el estilo, a fin de emular su prestigio; de esta manera, con tal solo ver el calzado de las personas, era posible saber si pertenecían al círculo de confianza del Rey.
Así, poco a poco el estilo fue extendiéndose, gracias a las redes comerciales y políticas, por lo que, a mediados del siglo XVI, los hombres de distintas nacionalidades adoptaron el uso de los zapatos de tacón alto como parte de sus vestimentas habituales.
¿Cómo es que fueron las mujeres quienes terminaron usando los zapatos de tacón?

Al pasar el tiempo, esta moda dejó de ser exclusiva para los hombres. A medida que se acababa el interés por la moda persa y las mujeres europeas empezaban a luchar por la igualdad de género, estas empezaron a adoptar estilos tradicionalmente masculinos, lo que incluía los tacones. Uno de los primeros antecedentes de los tacones femeninos que actualmente conocemos son unos zapatos de plataforma conocidos como chopines, del siglo XVI.
Estos incomodos zapatos eran usados por mujeres de clase alta, especialmente pertenecientes a los tribunales venecianos y, para ostentarlos, era necesario que fuesen ayudadas por asistentes para mantener el equilibrio.
De esta manera, como un esfuerzo por masculinizar sus atuendos, empezaron a cortarse el cabello, usar chatarreras, fumar pipas, usar sombreros y calzarse con tacones. Ya para ese momento, tanto hombres como mujeres usaban zapatos de tacón.
Para el siglo XVII, la forma del tacón adquirió un sello distintivo: los tacones masculinos eran gruesos y redondeados, mientras que los de las mujeres eran finos y delgados.
Posteriormente, en el siglo XVIII, con la llegada de la Ilustración, la racionalidad y la noción de igualdad, el uso de zapatos de tacón en los hombres dejó de ser bien visto. Con la excepción de las botas de vaquero, los tacones empezaron a ser una prenda únicamente femenina, lo que se ha mantenido hasta la actualidad.
Con el paso del tiempo, unos mil años después, los zapatos de tacón se fueron haciendo más altos y osados, lo que representó el desarrollo de toda una industria, abriendo paso hacia la creatividad y el desarrollo de materiales innovadores.
No obstante, para el siglo XX, los zapatos de tacón altos no eran considerados deseables, pues se asociaron con mujeres dedicadas al mercado sexual. De esta manera, los ilustradores eróticos frecuentemente incluían esta prenda en sus creaciones femeninas, hasta que fueron llevadas a los campos de batalla de Europa y el Pacífico, creando nuevas expectativas sobre cómo deberían verse y actuar las mujeres.
Así, para la década de los cincuenta, los diseñadores de moda revivieron los tacones como una prenda imprescindible en el guardarropa de las mujeres, cimentando su reputación como un artículo de lujo proveniente de las grandes casas de moda.
La popularidad de este calzado ha aumentado y disminuido a lo largo de la última mitad de este siglo; mientras personalidades como Marilyn Monroe y Sarah Jessica Parker han declarado su pasión por los zapatos de tacón alto, desde la década de los sesenta, muchas mujeres los han encontrado como una forma de represión y una fuente de peligro.
Si bien el uso de materiales innovadores ha permitido desarrollar tacones más cómodos, aún las mujeres pueden terminar siendo víctimas de este incómodo calzado: uñas encarnadas, malformaciones en los pies, tendinitis y problemas en la columna vertebral.
Finalmente, en esta época se han diseñado zapatos de tacón ergonómicos que pretenden solucionar estas incomodidades, sin embargo, aun así, son pocas las mujeres que pueden usarlos todo el día sintiéndose cómodas.
Referencia: The History of the High Heel Sex, Gender and Status. https://doi.org/10.13140/RG.2.1.3893.1364